«Ahora estoy poniendo los pies sobre la tierra en el mundo del que nunca me tendrían que haber sacado», describió Alberto «Beto» Cardozo sus primeras horas en libertad, tras el fallo que lo absolvió este jueves en la causa por la balacera de Azopardo. El dirigente social, referente de la organización Tekuré, pasó más de dos años detenido.
En diálogo con El Submarino Radio (91.5), Cardozo sostuvo, a modo de síntesis: «Yo, que fui víctima de la balacera, estuve privado de la libertad por decisión de un juez. Ahora estoy con la familia, que fue la columna vertebral que me mantuvo de pie, que estuvo en los momentos más difíciles de este calvario de dos años, privado de la libertad injustamente».
Describió además algunas situaciones «raras» que rodearon su último traslado como detenido, «como si hubiera habido una llamada de arriba», interpretó.
Cardozo asiste ahora en libertad a las audiencias que faltan de la causa Pibes Villeros, en la que está imputado junto a Milagro Sala y una treintena de excooperativistas.
-¿Cómo fue el trámite de la liberación?
-Ayer llegué con mi libertad en la mano. Hasta ese momento todo bien, porque se habían enterado de que había sido absuelto. Me sacaron del pabellón para ir a la audiencia del juicio Pibes Villeros pero me seguían tratando como un preso, con las esposas. Yo sé que hay un reglamento interno que hay que acatar, lo conozco, pero me pareció extraño, como si hubiera habido una llamada de arriba. El trato fue distinto, fue para mal. El traslado a la audiencia fue con mis compañeros que están detenidos en el pabellón 7 de Alto Comedero, yo estaba en la Unidad 1 de Gorriti. En el viaje fuimos bien, pero a la vuelta pasaron cosas raras, de cerrar las cortinas del móvil, trasladarme de un asiento al otro, pararse al lado mío de a tres o cuatro. Ese es un trato para las personas sancionadas. Después me pareció rara la movilización de efectivos del Servicio Penitenciario cuando me llevaban a Judiciales. A las 22 horas ingresaron al pabellón interno para el traslado, y me llevaron custodiado por seis efectivos, como llevan a las personas en situación de castigo al pabellón 2. Yo pregunté, pero nadie me respondía nada, me decían de manera prepotente que me calle la boca.
-¿Lo llevaron a buscar sus pertenencias?
-En el penal terminás regalando tus cosas, en realidad. Pero yo ni llegué a ver eso, porque me pasaron directamente a Judiciales de manera prepotente. No sé si les habrá molestado mi familia, la gente de la organización, gente que me conoce del ambiente político. Pero yo no tengo la culpa, soy del ambiente político, es mi trabajo.
-¿El trámite fue largo?
-En Judiciales me hicieron firmar la libertad. Y averiguaron que no tenía antecedentes. Yo veía copias de faxes de la Policía Federal, de Interpol, faltaba del FBI. Lo digo con todo respeto. Yo decía ¿Tanto va a ser? Si yo no tenía antecedentes. Un juez me firmó y me llevaron a la puerta de la calle, donde se habían juntado compañeros y compañeras, además de mi familia, mis hijos, mis nietos, amigos de la organización Tekuré. Yo creo que les molestó eso, que haya gente afuera que me estaba esperando. Pero yo voy a seguir trabajando en lo social y en lo político. Eso es lo que a mí me gusta, desde hace años. Tipo 22.30 o 23 horas estuve en libertad.
-¿De ahora en más qué viene?
-Ahora estoy poniendo los pies sobre la tierra. Tengo que seguir presentándome al juicio Pibes Villeros, como mis compañeros. Termina el año, el que viene es electoral, y todavía no puedo adelantar nada. Solo te puedo decir que estoy con mi familia, que es lo fundamental. Con mi gente, mis afectos, poniendo los pies sobre la tierra en el mundo del que nunca me tendrían que haber sacado.