Blaquier: Un visitante de lujo de la secta de Yoga para tener relaciones íntimas

“Era un visitante muy seguido, venía tres veces por semana y se llegaba a quedar hasta seis y siete horas”, afirmó un testigo de identidad reservada se presentó espontáneamente, ante la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), en noviembre del año pasado sobre Carlos Pedro Tadeo Blaquier Estrogomou Guillón, en la investigación judicial sobre la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA), también conocida como la secta de Villa Crespo.

Luego, aclaró que era el empresario que más visitaba al “palacete” que había hecho construir “Azúcar”, así lo llamaban y figuraba en los registros, Escuela de Yoga Buenos Aires (EYBA), que reducía a mujeres a una situación de servidumbre y explotación sexual, para mantener allí encuentros sexuales con una joven que había sido captada cuando todavía era menor de edad.

Según la investigación de la justicia, la secta había diseñado un sistema de prostitución VIP. Este apuntaba a seducir a importantes empresarios de Argentina y del extranjero, con el objetivo de obtener dinero o influencias a cambio de sexo.

«Azúcar», en el cuaderno donde llevaban el registro de las víctimas y los clientes, le entregó a la organización más de un millón de dólares, a través de la mujer con la que estaba.

Blaquier mantenía relaciones con tres alumnas, aseguró el testigo en la Protex Alumnas era la forma de llamar a las mujeres que habían sido captadas por la secta y que eran explotadas sexualmente para conseguir réditos económicos para su líder, Juan Percowicz, y sus laderos.

El testigo contó que escuchaba llorar a la chica a quien más frecuentaba Blaquier antes de los encuentros. La mujer que estaba a cargo de todo lo que sucedía en el edificio que estaba sobre la avenida de Estado de Israel, en la ciudad autónoma de Buenos Aires.

Susana Mendelievich, que era conocida como “Mendy”, era quien le respondía que no llorara, que no había tiempo para elegir si le gustaba el lujo.

Ella, por su parte, sufría profundamente estar con él, y lloraba cuando tenía que verlo, intercedía “Mendy”, quién en realidad, era Susana Mendelievich, era la “Madame” y regenteaba el lugar. La mujer seleccionaba a las “alumnas” de la secta para los encuentros sexuales con personas de alto poder adquisitivo.

En el edificio de la calle Estado de Israel al 4400, Blaquier o Azúcar estaba registrado en un cuaderno que la policía halló en el departamento del líder de la secta, titulado «Trinchera CC Botánico, Departamento NOVIOS».

El ex presidente del Grupo económico Ledesma y ex dueño del Ingenio azucarero en Jujuy, había hecho refacciones y remodelaciones en la sede de EYBA, para lograr comodidad en sus largas horas de visita. Se había convertido en una especie de “palacete”, como lo conocían la escuela de yoga

La chica con la que él se relacionaba dejó de vivir con sus otras compañeras y pasó a vivir sola en el cuarto piso. El departamento era enorme porque Blaquier había adquirido varias unidades funcionales para su comodidad. El lugar se comunicaba con el quinto y sexto piso a través de una escalera interna.

Cuando la Policía Federal allanó el lugar comprobó que lo que había dicho el testigo era cierto. Además, encontró cuadros y fotos del empresario. Esa persona también había relatado que había sillas, servilletas y vajilla con las iniciales de Blaquier. “Es como que él la compró a ella, ella es de él”, afirmó el testigo.

Los investigadores también encontraron una serie de escrituras firmadas por Blaquier a través de las que él hacía distintas donaciones a la mujer víctima de explotación sexual por más de un millón de dólares.

Pagaba 10.000 dólares por mes más un “abono” de 1000 dólares por “otras compañías”. El objetivo que figuraba allí era que Blaquier le comprara un departamento a la muchacha con la que solía mantener relaciones sexuales.

En el bufete de Susana Barneix, quien fue imputada por la justicia, por montar una estructura legal que le permitía a EYBA manjar millones de pesos que les sacaba a los empresarios, para mantener a la secta.

Entre la documentación incautada en el allanamiento del estudio jurídico de la mujer, fue encontrado un contrato de renta mensual en favor de la chica por 120.000 dólares libres de impuestos.

Ese contrato se actualizaba anualmente según la inflación de Estados Unidos, de acuerdo a lo que explicaron fuentes judiciales, y se extinguía con la muerte de alguno de los dos contrayentes.

En abril de ese año, Blaquier habría ampliado su testamento y aclarado que era su voluntad que se pagaran esos 120.000 dólares de por vida. Ese mismo día le donó a la muchacha 1.000.000 de dólares e hizo otras donaciones por 100.000 dólares. Quienes conocen el expediente explican dos cuestiones fundamentales. En primer lugar, las donaciones, en realidad, eran pagos. En segundo lugar, la chica no recibía ese dinero, sino que pasaba a las arcas de la secta.

«Azúcar» y los delitos de lesa humanidad

Blaquier fue dueño del ingenio Ledesma, luego de la muerte de su suegro a Herminio Arrieta. Estuvo al frente de la planta fabril, durante el Proceso de Reorganización Nacional, la dictadura cívica-militar-eclesiástica.

Está procesado por la Noche del Apagón que se realizó durante una semana del mes de julio de 1976, donde se secuestró, torturó, desapareció y mató a estudiantes, obreros y dirigentes sindicales en Libertador General San Martín, cuando las fuerzas de seguridad que operaron en la provincia, produjeron un corte de energía eléctrica.

En esos siete días, decenas de personas de las localidades de Calilegua, Vinalito, El Talar y en la mencionada anteriormente, fueron detenidas ilegalmente y el propio Blaquier y su gerente, Alberto Lemos prestaron la logística, para realizar esos operativos.

“Azucar” durante muchos años fue impune en la justicia federal. En el 2012 fue indagado e imputado por el juez federal de Jujuy habilitado, Fernando Poviña. Un año más tarde, la Cámara Federal Penal de Salta confirmó los procesamientos de ambos.

En el 2015, Blaquier entregó la presidencia del Grupo económico y el Ingenio a sus hijos, Carlos y Santiago, tras abandonar la empresa familiar. En el 2017, la Cámara Federal de Casación Penal, conformada por Juan Carlos Gemignani, Gustavo Hornos y Eduardo Riggi, revocó el procesamiento de Blaquier.

Seis años después que la Corte Suprema de la Nación lo dejará al doctor en derechos, ciencias políticas y filosofó en un “limbo judicial”, los cortesanos, Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton anularon la decisión de Casación y denunciaron que ese tribunal había obstaculizado indebidamente el avance del proceso judicial.

Tras la decisión de los supremos, la defensa de “Azúcar” alegó que sufre un deterioro cognitivo y no está en condiciones de afrontar un proceso penal. El Cuerpo Médico Forense que depende del máximo tribunal, dijo que tenía graves problemas de salud que lo volvía incapaz de estar en un juicio oral y público. La misma postura tiene la Secretaría de Derechos Humanos.

Las querellas, como el Comité para la Defensa de la Salud, la Ética y los Derechos Humanos (Codesedh) y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), rechazaron, en cambio, el informe y reclamaron que se lo juzgue. Lo mismo que el Ministerio Público Fiscal.

La Cámara de Casación le ordenó al tribunal de Jujuy, que lo había apartado del juicio de lesa humanidad, que reitere los estudios para determinar cómo está la salud de Blaquier.

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