El Gobierno de Brasil anunció un programa de subsidios para rebajar el precio de los ómnibus para transporte público, camiones y automóviles populares, y un plan para que las familias endeudadas puedan renegociar sus deudas y salir de la lista de morosos vetados para el sistema bancario, medidas que tienden a reactivar el mercado interno al promediar el primer año de gestión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El anuncio lo hizo este lunes el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, que informó que el programa busca abaratar el costo de los vehículos a los consumidores, teniendo en cuenta que el ritmo de producción de las automotrices prácticamente se redujo a la mitad en los últimos diez años.
«Tendremos un programa enfocado a reducir el valor de compra del transporte colectivo y de las camionetas y camiones, transporte de carga en general, y los automóviles también están contemplados», dijo a periodistas el ministro.
El gobierno calcula que este programa de incentivo a la industria automovilística, cuya reactivación aún no ha regresado a los niveles prepandemia, significará unos 1.500 millones de reales.
En abril, la producción de vehículos cayó un 19,4% comparado con marzo debido a las paralizaciones determinadas por las empresas para ajustarse a la demanda de los consumidores.
Las interrupciones también impactaron las ventas de autos nuevos y las exportaciones del sector, que cayeron 19,2% y 24% respecto al mes anterior, respectivamente, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos (Anfavea).
En tanto, en los primeros cuatro meses de 2023, Brasil fabricó 715.000 unidades de vehículos, un volumen 4,8% mayor que en la comparación interanual.
La iniciativa del ministro Haddad pretende reducir el 10,8% el precio promedio de los automóviles que cuestan actualmente el equivalente a 14.000 dólares con reducción de impuestos de las empresas.
Esta renuncia fiscal sería ocupada por la tributación de las apuestas online, todo un furor que carece de reglamentación en Brasil, donde están prohibidos por ejemplo los casinos.
El ministro Haddad adelantó que espera implementar también el plan Desenrola para reactivar el mercado interno, que es la renegociación de deudas de las familias morosas para permitirles volver al mercado de crédito.
Según datos oficiales, 70 millones de brasileños son considerados morosos o en cesación de pagos, con un promedio de deuda de 750 dólares.
Este programa fue una de las promesas electorales de Lula para vencer en 2022 al entonces presidente Jair Bolsonaro.
El gobierno de Lula ha lanzado una serie de medidas para acelerar el consumo mientras critica al bolsonarista presidente del Banco Central, independiente del Poder Ejecutivo, Roberto Campos Neto, por mantener la tasa de interés básica en 13,75%, considerada la tasa real por encima de la inflación más alta del mundo.
Según el mercado financiero, Brasil crecerá 1,68% en 2023, pero Lula la semana pasada sostuvo que el avance del PBI será superior al 2%, contradiciendo incluso el pronóstico del Fondo Monetario Internacional.