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La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner declaró en el juicio por el atentado que sufrió el 1 de septiembre de 2022. Durante casi una hora y media, apuntó al partido judicial por no haber investigado a los autores intelectuales y financiadores del ataque, y se refirió al clima de violencia política que antecedió al intento de magnicidio.
Los abogados Marcos Aldazábal y José Manuel Ubeira fueron los primeros en hacerle preguntas a la expresidenta. En ese marco, Cristina Kirchner describió el clima que se vivía en los días previos al del atentado. “Los episodios (de violencia) fueron increscendo”, dijo, y recordó las bolsas mortuorias y guillotinas en Plaza de Mayo. A su departamento de Recoleta, señaló, “venía una trafic con señoras y señores grandes que ponían marchas militares y después se iban”.
También mencionó las pedradas en su despacho en el Congreso. “Lo curioso es que durante 30 minutos apedrearon y destruyeron el despacho, y ni la Policía de la Ciudad y Federal intervinieron (…) En ningún momento tomaron la decisión o recibieron la orden de evitar eso”.
“Esos grupos que iban a mi casa, a partir del día del atentado del 1 de septiembre, desaparecieron”, dijo, y volvió a señalar que “esas personas (…) eran muy cuidadas por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires”.
Calificó de “acto de violencia” también el vallado policial que se organizó sobre su casa. Luego hizo mención a “la violencia simbólica” que padeció por su “condición de mujer” mientras fue presidenta de la Nación. Acompañó su declaración con reproducciones de tapas de diarios y revistas de la época.
“Mucha, mucha violencia siempre”, describió. Y atribuyó “esa violencia” a su posicionamiento político: “Fue por muchas políticas que produjeron la crispación” de los sectores concentrados de la economía, remarcó.
En esta línea, advirtió que «hoy sería imposible hacer un golpe de estado a la vieja usanza», pero dijo que «hay otros modos» para desplazar a las personas «que están en contra» de ciertas políticas. Y señaló que «si no hay una articulación con los medios hegemónicos y el poder judicial, que es el poder económico concentrado», estas situaciones no podrían suceder.
«Los que nos oponemos a esa entrega (del país) nos quieren eliminar con un tiro o con una sentencia, como tituló Clarín: ‘El tiro no salió pero la sentencia sí’. Hay una sociedad muy compleja a la que le han alterado la psiquis», indicó.
Además, resaltó que «cuando uno ve a las personas que han sido elegidas para representar a los argentinos decir lo que dicen en los medios es preocupante» y señaló que «quienes gobiernan se parecen a quienes son gobernados» porque «si no, estaríamos en frente a una anomalía».
Entre los episodios previos al atentado, también recordó “la diatriba del fiscal (Diego) Luciani” en su contra, durante el juicio por la causa Vialidad, y tomó el alegato del fiscal como un hito a partir de los cuales se desataron los “hechos de violencia” en su contra.
Se refirió al diputado del PRO Gerardo Milman, quien habría estado en conocimiento de que se iba a cometer el atentado. La expresidenta mencionó el proyecto de ley que había elaborado el legislador en el que advertía la posibilidad de que se produjera un ataque contra Fernández de Kirchner.
“Todo tiene que ver con todo”, afirmó.
CFK calificó de “desastre” a la etapa de instrucción a cargo de la jueza María Eugenia Capuchetti, a la que mencionó como parte del “partido judicial” junto con la Cámara de Casación que hicieron caso omiso a los planteos que apuntan sobre las responsabilidades intelectuales del intento de asesinato.
El atentado
El día del atentado “me revolean un libro (…) y veo como un tumulto, pero como el día anterior hubo un problema con un chico de Rappi no le presté atención. Entonces seguí a pesar de que me querían llevar adentro”, dijo y reconoció que no se dio cuenta de que le habían gatillado en la cabeza.
«Tal vez Dios y la Virgen no permitieron que saliera el tiro y los militantes impidieron que (Sabag Montiel) pudiera volver a montar el arma y cargarla», aseveró.
Afirmó que «no se dio cuenta» que le habían gatillado y que fue informada del intento de asesinato cuando el hecho ya se había consumado y Fernando Sabag Montiel, el principal imputado, ya había sido detenido por las personas de seguridad que la custodiaban.
Recién supo lo que había sucedido cuando ya estaba en su departamento. “Vi la imagen que recorrió el mundo”, contó.
Las consecuencias
Consultada sobre las consecuencias del ataque en su vida cotidiana, CFK dijo sentirse afectada respecto del contacto con la gente: “Esto de no poder acercarme porque me pueden pegar un tiro”, dijo.
También le afectó tomar “cuidados que antes no tenía” y agregó “los temores por mis hijos”, Florencia y Máximo. “Mi nieta Elenita tenía miedo de salir de su cuarto, pedía que la acompañen y obviamente le dimos tratamiento psicológico. Tenía miedo de que la mataran”.
Reveló que aun hoy trata «de no ver» la imagen del ataque, pero aclaró que si bien «seguramente» lo ocurrido «tiene que tener algún impacto» en ella, no se siente traumatizada.
La revictimización
La expresidenta consideró que el modo en que los medios de comunicación trataron el proceso judicial tuvo la intención de “revictimizarla”.
“Hay una doble revictimización. Primero, tuve que demostrar que yo no tengo la culpa de que quisieran matarme. Segundo, la invisibilización de todo este procesamiento” en el que “están los autores materiales pero no los intelectuales ni los financiadores, más allá de todas las pruebas que se adjuntaron”.
«Dijeron que me quiero hacer la víctima porque sufrí un atentado contra mi vida, inclusive compañeras compañeras de género que también tienen una profunda misoginia”, agregó.
El pedido del final
“Quiero reiterar que este juico es a los autores materiales, que faltan los intelectuales y financiadores, y que el partido judicial sigue protegiendo a quienes participaron en este atentado”, dijo CFK.
“Tenemos sentados acá los tres autores materiales pero no a los ideólogos. Esto es una deuda que se tiene que saldar con la democracia y con la gente que cree que la política sigue siendo un instrumento para cambiar la vida y no de gente que piensa que la política es para matar”, completó.
