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El presidente del Centro Vecinal del barrio Gorriti, Eduardo Giurda, denunció en El Submarino que en la zona hay ejercicio de la prostitución y explotación sexual de menores de edad en bares y comedores.
Giurda denunció que “hay alarmas en los vecinos, cuando detectamos hace mucho tiempo la existencia de locales que dicen ser comedores bajo una fachada, pero donde adentro se está ejerciendo la prostitución con menores de edad, en la parte alta”. Aclaró que uno de ellos está ubicado en la calle Alem al 800 y está regenteado “por una empleada municipal que es ñoqui, cuya pareja es un policía”, a quien no identificó.
Más adelante aseguró que “hay tráfico de personas; construyeron tres o cuatros habitaciones arriba de ese lugar, donde se cobra 120 pesos por hora, y hay niñas de 13 años que son explotadas sexualmente”. También hacen bailanta.
Destacó que se hizo la denuncia en forma verbal, y relató que el año pasado «una señora que tenía el grado de comisario hizo un allanamiento en el que demoraron a 96 personas, entre las que había colegas de ella, gendarmes, cuatro inspectores de la municipalidad, de control comercial, y allí se descubrió que había tres menores de edad de 13 años, más un travesti que ejercía la prostitución”.
Relató que “luego de hacer la denuncia en los medios, inmediatamente me convocó el subjefe de la policía de la provincia, Hugo Del Valle Sosa, me reuní con él y registró todo lo que dije, pero hasta ahora no pasó nada. Agradezco la atención policial que tuve, pero todo sigue como entonces y eso no sirve”.
Contó que “después de la reunión con Sosa, y hace dos fines de semana atrás, este comedor, por decirlo de alguna manera, celebró su primer aniversario, con bailanta y otros cosas. A la madrugada tiraron fuegos artificiales y bombas de estruendo. Un vecino llamó a la seccional 2 y le contestaron que no era cierto, que habían pasado por ahí y habían visto ‘todo cerrado’. Nos tratan como estúpidos. Yo tengo un video donde de ve cómo una bomba de estruendo casi le causa daño a un joven que estaba esperando el colectivo”.
Destacó que los vecinos tienen miedo: «Un matrimonio joven se tuvo que ir de su propia casa a vivir a una alquilada, porque a su bebé de dos meses le tenían que dar un ansiolítico para que durmira.”
Finalmente recalcó que hizo la denuncia porque los vecinos juntaron firmas, pero que se sienten intimidades y amenazados: «Nadie nos protege, la dueña de ese local está en pareja con un policía y al parecer ellos sí tienen protección».
