Desgarrador testimonio de la pareja de Galeán evidenció la crueldad de la dictadura en Jujuy

No fue una audiencia más, como las que venían pasando. Fue una jornada desgarradora, con testimonios vivos y reales, que demostraron la crudeza y la maldad de la dictadura cívico militar en la provincia, a través de los relatos de la viuda de Paulino Galeán y la novia de Crescente. También declaró una testigo de contexto y, para no peder la costumbre, los abogados defensores se mostraron molestos ante los dichos de las víctimas y testigos.

En la audiencia del jueves último, el Tribunal Oral Federal 1 de Jujuy informó que esta etapa del proceso finaliza a fin de mes; luego vendrán los alegatos y la sentencia.

Fue el último testimonio, pero el más doloroso, Lidia Gallardo, era la pareja de Paulino Galeán, resaltó a sus 70 años, que “era y fue una constante el maltrato, la humillación que recibían los familiares de parte de los militares”.

Apuntó a Carlos Bulacio, quien era el jefe del área de operaciones 323 y el condenado a cadena perpetua Mariano Braga y aseguró: “A ellos los torturaron físicamente, a nosotros, fue de otra manera, tan cruel como a ellos”.

Recordó que fue detenido “por su ideología” relato al tribunal, en dos oportunidades, “la primera cuando lo liberaron los amigos le decían que se vaya del país porque formaba parte de una lista negra”, pero decidió quedarse porque “no había hecho mal a nadie”.

Sobre ese fatídico día, Lidia afirmó que “se lo llevaron de la Dirección de Arquitectura de Jujuy, delante de sus compañeros de trabajo y a partir de ahí nunca más lo vi hasta hoy”. Destacó que posteriormente, me entregaron su portafolio”.

Luego contó un encuentro con uno de los jefes de los grupo de tareas, el comisario Ernesto Jaig, “un día, estaba sentada en la plaza frente la Central de Policía, y me dije lo voy a esperar a Jaig y lo voy a seguir, y lo seguí. Haig, entro a la farmacia que estaba en frente al Colegio Nacional y ahí le pregunte si sabía algo de Paulino Galeán y del grupo Tumbaya, y me dijo: a ese no lo vas a ver más, así que no pregunte por él”, detalló Gallardo.

Contó que podían enviarse mensajes a través de un cura «tercermundista que después desapareció». Pasaron 40 años y enfatizó que “seguiré buscando la verdad” y admitió que el daño fue enorme en su vida, la desaparición de Paulino.

Antes, se escuchó el testimonió de Angélica Candelaria Condori, novia de Crescente Galean (hermano de Paulino, también detenido-desaparecido), contó que al momento de su secuestro estaba en su casa, vio como la policía había rodeado el domicilio. «Después nos enteramos que en otros vehículos sacaron a todos los muchachos». Denunció que Monseñor José Miguel Medina y el padre Horvath de la iglesia de Tumbaya que le aconsejaban que «no me metiera».

Ante la consulta si lo buscaron a Crescente, dijo que “no hicimos nada porque mis padres no me dejaron”. Destacó que ella trabajaba en la iglesia.

Por su parte, Sofía D’Andrea, era miembro de la comisión directiva del gremio de los maestros, Adep, cuya titular sindical era Marina Vilte (también detenida-desaparecida) y era pareja del dirigente militante Juan Carlos Arroyo. Sofía fue detenida en octubre del año 1974.

Su relato se ubicó cuando fue detenida y llevada a la delegación de la Policía Federal, donde fue interrogada por varias horas sobre su actividad gremial, su actividad en la Juventud Peronista (JP).

Relato que se producían las detenciones y luego salían los decretos de detención, expreso al tribunal. Explicó que a ella la detiene sin orden solo al grito de estado de sitio.

En su testimonio acusó al procesado Jorge Ernesto Mendoza, quien en el año 1973 “me sorprendió porque en esa época merodeaba en el grupo de Juventud Peronista”. D´Andrea recodo que Mendoza, conocido como “el gaucho Martín”, “era un informante”, porque pertenecía a la Policía Federal, “se comentaba que los compañeros de la JP, no le tenían confianza, porque él realizaba inteligencia en los grupos políticos”, sostuvo.

Al finalizar su declaración la testigo expuso una fotografía de una cena donde ubicó a Vicente Consentini, junto a militantes del Partido Comunista, imagen que se sumará como elemento de prueba del debate.

Finalmente, declaró Inés Aguero de Pini, compañera de trabajo de Paulino Galean en la Dirección de Arquitectura que manifestó «no tomamos conciencia de lo que estaba pasando»  y lo recordó como «una excelente persona, buen compañero y solidario».