El Gobierno informó que, a partir del 1° de noviembre, los clubes del fútbol argentino podrán convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) y permitió el ingreso de capitales privados.
La AFA rechaza la iniciativa y ya advirtió que su estatuto no permite la inscripción de otra figura que no sea la de las asociaciones civiles sin fines de lucro.
A través de un DNU firmado por Daniel Roque Vítolo, titular de la IGJ, se aprobaron modificaciones para registrar públicamente sociedades y entidades civiles.
Según dispuso la IGJ, de acuerdo a los artículos 346 y 347 del DNU de Javier Milei, “debe aceptarse la participación de las asociaciones civiles y fundaciones como accionistas en sociedades anónimas y la transformación de las asociaciones civiles en asociaciones anónimas”, y agrega que debe “simplificarse la inscripción de entidades de bien común constituidas en el extranjero para el desarrollo de su actividad en la república argentina”.
Esto fue confirmado por el Gobierno, que informó la resolución de la IGJ a través del Boletín Oficial N°35.461: “Las Normas que se aprueban por medio de la presente Resolución General entrarán en vigencia el día viernes 1 de noviembre del año en curso”.
De esta forma, se autoriza a los clubes a que, de forma voluntaria, puedan recibir aportes de capitales privados, así como también que empresas administren las entidades de fútbol.
La fecha establecida para aceptar las Sociedades Anónimas Deportivas es a partir del 1 de noviembre de 2024.
Según la Resolución General 15/2024, el Gobierno intentará “corregir la crisis terminal que enfrenta la economía argentina y una de las vías más efectivas es eliminar las restricciones estatales que impiden el normal desarrollo y desenvolvimiento de las empresas”.
Se agrega que “para lograr los objetivo perseguidos la inversión extranjera es fundamental, especialmente en los casos de la búsqueda de desarrollo de los países emergentes. Entonces, la llegada del capital extranjero permite la creación de nuevas empresas, la generación de empleo formal y contribuye a reducir los niveles de pobreza y desigualdad”.