El Ejército Argentino al servicio de Ledesma

Por H.I.J.O.S Jujuy

Durante la 32° audiencia del sexto juicio por crímenes de lesa humanidad que se llevó a cabo este jueves, en el Tribunal Oral Federal de Jujuy, testimoniaron los ex presos políticos, Mariano Leyton, Miguel Farías y Herminda Mamaní y la investigadora Victoria Basualdo quien brindó declaración mediante videoconferencia desde la unidad de Derechos Humanos de la provincia de Tucumán.

Leyton declaró haber sido detenido por personal militar el 24 de marzo de 1976 a las 12:45 hs, en el portón de acceso a la papelera del ingenio Ledesma, justo cuando se disponía a entrar en su turno de trabajo. Tras un breve paso por la seccional N° 11 de la ciudad de Libertador General San Martín, fue trasladado al penal de Gorriti.

Durante su cautiverio conoció a los detenidos Mario Ernesto Ricci y Olga Demitrópulos además de compartir celdas y pabellón con Luis Ramón Aredez, Germán Calapeña, Ricardo Ovando, Luis Antonio Bermúdez, Alberto Saracho y Julio Bravo.

Dijo que tras ser interrogado por el militar genocida Carlos Bulacios, éste le expresó: “Usted por mi parte está libre aquí dentro, porque Ledesma se confundió con usted, pero sus papeles fueron mandados a Córdoba”. Sin embargo, permaneció confinado dentro de Gorriti hasta el 9 de abril cuando el capitán Carlos Jones Tamayo finalmente lo libera diciéndole: “Bueno, usted queda en libertad, se va y cuando llegue a su casa Ledesma lo vuelve a tomar”.

Esa misma noche, ya en su hogar y mientras se disponía a cenar con su familia, Leyton es secuestrado nuevamente por un grupo comando bajo las órdenes del coronel Arenas, interventor de la ciudad de Libertador General San Martín, y de inmediato es reingresado al penal de Gorriti, donde permaneció hasta su liberación definitiva el 9 de septiembre de 1976.

Luego, fue el turno de Miguel Farías, quien fue secuestrado junto a otras cinco personas el 25 de abril de 1975, mientras se encontraba en su domicilio, ubicado en el campamento El Alto, propiedad del Ingenio Ledesma. El operativo fue ejecutado por personal de la policía de la provincia, quienes trasladaron a los trabajadores hacia la localidad de El Talar y posteriormente a Yuto, donde permanecieron al menos diez días, hasta su traslado final al penal de Gorriti.

Farías denunció que, durante su detención, la policía le plantó “explosivos y revistas de montoneros” en su hogar con el objetivo de armarle una causa que justificara el atropello. Durante los cinco años que estuvo detenido conoció a los desaparecidos: Jorge Weisz, Carlos Patrignani, Carlos Alberto Díaz, Reynaldo Aragón y Armando Tilca. Tras su liberación, el testigo expresó que la empresa Ledesma no volvió a contratarlo, por lo que atravesó duros periodos de desempleo hasta que en 1982 encontró trabajo en la municipalidad de Libertador General San Martín donde pudo estabilizarse y posteriormente jubilarse.

Herminda Mamaní de Zerpa, fue detenida cuando tenía 38 años de edad a fines de octubre y principios de noviembre del año 1976 mientras estaba trabajando en la escuela primaria N°245 de Abra Pampa.

La víctima narró: “A las 10 hs de la mañana salí de la escuela hacia la parada de colectivo, para encontrarme con mi marido que trabajaba de inspector en la empresa Panamericano”. Quería comunicarle que su cuñado José Gómez había sido detenido: “llegué a la parada, un policía se acercó y me detuvo por órdenes del comisario Osvaldo Vargas”. El esposo vio la detención: “me llevaron encañonada a unos 80 metros de donde paraba el colectivo”. La subieron a un patrullero, ella estaba vestida con guardapolvos, la trasladaron al CCD Comando Radioeléctrico y la confinaron junto a los detenidos de Abra Pampa.

En el CCD Comando radioeléctrico compartió cautiverio con Robustiana Sarapura, José Huésped, German Soto, Crespín Cuevas. La víctima puntualizó que le llamó la atención no haber visto al profesor Basauri Gálvez, que había sido detenido tres días antes que ella y luego se exilió en Perú por padecer una feroz persecución.

Herminda dijo que la razón de la detención fue porque los vecinos se reunieron para reclamarle al entonces interventor militar de la localidad, Leonardo Chaparro, que había decidido ceder el edificio del viejo mercado municipal. Entre los damnificados se encontraba Robustiana Sarapura y Crespín Cuevas, que eran puesteros y organizaron la solicitada para expresar la disconformidad de dicha cesión.

Recuperó la libertad luego de tres días de cautiverio, en el mes de noviembre de 1976 desde el CCD Comando Radioeléctrico junto con sus compañeros de la localidad de Abra Pampa. Volvió a su trabajo, fue hostigada y perseguida durante todo el año 1976: “la policía me mandaba un agente para que asistiera a todas las reuniones pedagógicas que se realizaban cada 15 días, no podía asistir a ninguna reunión sino comunicaba a la policía”.

Recordó que una vez el interventor militar Fernando Urdapilleta fue a la escuela y desplegaron un operativo militar fuertemente armado en todos los rincones de la escuela: “yo estaba sola y me acusaron de tratarlo mal al gobernador, de haberle gritado y maltratado, se me inició un sumario administrativo que quedó en la nada, era mentira”.

Antes de finalizar la testimonial agregó: “con el tiempo me doy cuenta que todo lo que ocurrió en aquella época estaba sistemáticamente planificado, no es casual que en Tucumán la noche del 24 de septiembre, lo hacen desaparecer a un gran luchador de la docencia como fue Isauro Arancibia”. Quien fuera un maestro y dirigente sindical argentino, militante del PRT y fundador de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), fue asesinado el 24 de marzo de 1976.

Victoria Basualdo, testigo de contexto ofrecida por H.I.J.O.S, realizó videoconferencia desde la unidad de Derechos Humanos, es licenciada en historia de la Universidad Nacional de Buenos Aires, investigadora del CONICET, hizo un posgrado en la universidad de Columbia, especializada en relaciones laborales, movimiento obrero y transformaciones económicas de las últimas décadas, realizó un libro con un grupo de investigadores, llamado: Responsabilidad empresarial, delitos de lesa humanidad, represión a trabajadores durante el terrorismo de Estado, en el cual abordó el caso del Ingenio Ledesma y Mina El Aguilar desde la responsabilidad empresarial, el movimiento y los procesos de organización sindical, el contexto represivo período 1974 al 1983.

La testigo describió dos capítulos del libro que se  vincularon a un ciclo sindical, seguido de un fuerte proceso de represión, que tuvo como objetivo la regresión de derechos laborales conquistados, en los que la empresa Ledesma y Mina El Aguilar junto con el aparato militar perpetraron un plan sistémico: “En el caso de Ledesma las condiciones de vivienda, de transporte, la totalidad de la población estaba profundamente determinada por este núcleo de poder que define las maneras de actuar, las condiciones de vida y trabajo”.

Expuso sobre la militancia y el fuerte compromiso gremial, motivo por el cual fueron perseguidos y desaparecidos Jorge Osvaldo Weisz, Luis Aredez, Carlos Patrignani, Avelino Bazán y los detenidos liberados Carlos Díaz, Donato Garnica y Hugo Condorí.

La próxima audiencia continuará el próximo viernes 10 de mayo a horas 8:30 en el tribunal oral federal sito en calle Senador Pérez N°182.

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