Con glitter y cantos por el aborto legal, la Campaña pisó fuerte y amplificó su reclamo en el Festival de Cannes. Por la tarde, la alfombra roja se tiñó de verde al paso de activistas argentinas y francesas, vestidas de gala, que se unieron para agitar los pañuelos y demandar por el derecho a la interrupción voluntaria de embarazo en Argentina y más allá. También de verde se tiñó la sala, con capacidad para casi quinientas personas, donde se estrenó el documental sobre el aborto Que sea ley, del cineasta Juan Solanas, en el marco de las proyecciones especiales.
“So, so, solidarité/ avec les femmes/ du monde entier”, propusieron las francesas y enseguida las argentinas repitieron con potencia feminista, mientras avanzaban hacia la sede de la tradicional muestra de cine. “Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por Europa y Argentina/ Se cuidan, se cuidan los machistas, América Latina va a ser toda feminista”, se repitió una y otra vez, bajo un cielo gris, a punto de llover.
Fue mágico. Emotivo. Poderoso. Las jóvenes de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito y las más veteranas –que llegaron a esta ciudad para acompañar el estreno de la película– se convirtieron en protagonistas, al hacer llegar al mundo, a través de las cámaras de las principales cadenas de medios que esperan a las estrellas de cine, la energía transformadora de la marea verde.
–Estoy nerviosa –comentó Norma Cuevas, madre de Ana María Acevedo, la adolescente de 19 años que murió como consecuencia del fundamentalismo religioso que se impuso en el Hospital Iturraspe de Santa Fe, en 2007, cuando le negaron el derecho a un aborto legal. Estaba por empezar a caminar por la alfombra roja, con la foto de su hija pegada en el pecho.
–Más nerviosos están los antiderechos –la tranquilizó la docente Celeste Mac Dougall, militante de la Campaña, detrás de un antifaz de glitter verde.
Almodóvar
La película Que sea ley condensa la mirada del guionista y director Juan Solanas sobre el problema de la criminalización del aborto en la Argentina y la lucha por su legalización.
Al mediodía, el equipo que hizo el documental y algunas de sus protagonistas se sacaron la foto oficial del 72° Festival. También se gritó “Que sea ley”, con los pañuelos en alto, en esa terraza, bajo techo, por la llovizna, pero con el Mediterráneo detrás.
El turno anterior para la pose fue para el director español Pedro Almodóvar y actores y actrices de su último film, Dolor y gloria –exhibido aquí la noche anterior–. Al ver los pañuelos verdes que agitaba Marta Alanis, de Católicas por el Derecho a Decidir –una de las más de quinientas organizaciones que componen la Campaña–, Almodóvar se acercó y quiso un pañuelo verde. Después dijo: “Que sea ley y que sea rápido”.
También se fotografiaron con el símbolo de la Campaña la española Penélope Cruz y el argentino Leonardo Sbaraglia, que protagonizan el largometraje de Almodóvar junto a Antonio Banderas.
Alfombra verde
Por la tarde, hubo otra foto con activistas francesas, en la que la joven abogada de CDD, Lola Guerra, deslumbró con un vestido verde, especialmente confeccionado por su hermana –contó luego– con letras bordadas con la leyenda “Aborto legal, seguro y gratuito” en español y en francés. Después se fue armando la caravana conformada por argentinas y francesas para hacer el ingreso ruidoso y verde al Festival.
Glitter y cantos. Alegría y emoción. La caminata la encabezaron Marta Alanis, Norma Cuevas y la abogada Nelly “Pila” Minyersky, con casi 90 años, una de las redactoras del proyecto de la Campaña, que volverá a presentarse en la Cámara de Diputados el próximo 28 de mayo, en el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres. Detrás de ellas, activistas y otras protagonista del film, entre ellas la diputada nacional tucumana Teresita Villavicencio, de Evolución Radical, y quien escribe estas líneas, además, de dos mujeres clave en la realización del documental, Victoria Solanas –hermana de Juan, productora ejecutiva de la película– y la periodista Laura Caniggia, asesora de contenidos.
“Aborto legal en el hospital, aborto legal en cualquier lugar”, se escuchaba mientras avanzaba la columna verde. “A la Iglesia Católica Apostólica Romana, que se quiere meter en nuestras camas, le decimos que se nos da la gana de ser libres, travestis y lesbianas”, fue otro de los cantos. La marea verde escoltó al equipo de la película y el puñado de protagonistas que viajó aquí, hasta su ingreso por la tradicional alfombra roja. Pero detrás, las activistas de la Campaña siguieron cantando y saltando con bandera y pañuelos verdes. Fue una gran escena.
Luego, ya en la sala, Juan Solanas; su padre, el senador Fernando “Pino” Solanas –coproductor del film– y el resto del equipo que trabajó en Que sea ley, y las protagonista presentes, fueron recibidos en el escenario por el director del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, que también mostró con orgullo un pañuelo verde.
Antes del estreno, Juan Solanas destacó que las protagonistas eran todas esas mujeres ahí presentes y tanta más en Argentina que pelean desde hace años por la legalización de la interrupción voluntaria de embarazo, Minyersky pidió que nunca más haya niñas violadas obligada a ser madres, Alanis les agradeció a las jóvenes activistas (“algunas presentes pero la mayoría no pudo venir” que alimentan la marea verde y “están haciendo historia”), Norma Cuevas recordó a su hija, Ana María Acevedo, y pidió que no le pase a ninguna mujer más lo que le pasó a ella –el viernes su cumplieron 12 años de su muerte–, y Villavicencio destacó el trabajo de sus colegas diputadas y diputados para lograr la media sanción de la ley.
La película dura una hora y media. Cierra con una sucesión de mujeres que repiten, con deseo y convicción, la frase que le da título al film, “Que sea ley”. La última, es Nora Cortiñas.
En la sala hubo lágrimas. Aplauso cerrado. El público de pie. Pañuelos flameando. Más cantos por el aborto legal.
“Me gustó mucho. No tengo palabras. Es la lucha de todas las generaciones, una lucha que no sólo es de Argentina, es global. Me gustó la reunión de mujeres de distintas edades y provincias diferentes, es la lucha de un continente. Y me gustó la alegría que reflejan en las calles”, comentó a PáginaI12 la joven francesa Shériane Baali, directora del 36° Encuentro de Cine Latinoamericano que se hizo en marzo en Bordeaux, Francia. Una buena síntesis de este film que busca mostrarle al mundo la hipocresía y la doble moral de quienes se autodefinen como “pro vida” y se oponen a que las mujeres tengan la libertad de decidir sobre sus cuerpos.
Por Mariana Carbajal, en Página/12