Los partidos aliados del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, sacaban hoy una clara ventaja sobre sus rivales en el conteo de votos tras las elecciones legislativas celebradas ayer en el país centroamericano, en las que el gobernante aspira a obtener por primera vez el control del parlamento.
El partido Nuevas Ideas (NI), que Bukele ayudó a formar y que disputó una elección por primera vez, junto a la Gran Alianza Nacional (Gana), que lo llevó al poder hace casi tres años, obtenían juntos mucho más de la mitad de las preferencias para el parlamento, según un escrutinio preliminar de 80%, difundido en tiempo real por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Recién mañana iniciará el conteo oficial, que determinará oficialmente cuántos de los 84 escaños del Congreso unicameral le corresponderá a cada partido, según la agencia de noticias AFP.
Bukele se adelantó anoche a celebrar su «victoria» en Twitter al publicar una encuesta a boca de urna de la firma costarricense Cid Gallup, en la que su partido obtenía una amplia mayoría en el parlamento, con más del 67% de los votos.
Aunque la encuestadora no divulgó los detalles técnicos del sondeo, Bukele festejó lo que, de confirmarse, sería un logro político como no se ha visto en tres décadas: «Nuevas Ideas + GANA tendrán más de 60 diputados (…) Gracias al pueblo salvadoreño. Gracias a Dios.»
De acuerdo con el conteo preliminar del TSE, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el centroizquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que ya fueron Gobierno y que tras el conflicto interno del país se constituyeron en las principales fuerzas de un sistema bipartidista, podrían quedar como minoría.
Con 39 años, Bukele es un duro crítico de los partidos tradicionales y los acusa de no haber hecho nada por el pueblo ni por las víctimas de la guerra civil (1980-1992), al punto de cuestionar los acuerdos de paz, un hito fundante de la actual democracia para el resto del espectro partidario salvadoreño y para la comunidad internacional.
Tras una campaña que tuvo como eje la lucha contra la inseguridad ciudadana y el accionar de las pandillas, ayer llamó a concretar la «operación remate» contra sus opositores.
“El Gobierno no se puede detener; están diciendo que en época electoral estábamos entregando Paquetes Alimentarios, pero nosotros estamos entregando estos paquetes desde el año pasado, la gente no puede estar en ayuno”, Presidente @nayibbukele. pic.twitter.com/rIqLRRYd5A
— Casa Presidencial 🇸🇻 (@PresidenciaSV) February 28, 2021
Con control legislativo, Bukele podrá incidir en los nombramientos en la Corte Suprema de Justicia, la Contraloría y la Fiscalía, todas instituciones con las cuales tuvo disputas, así como promover reformas constitucionales.
En uno de sus roces con el parlamento, el 9 de febrero de 2020, el mandatario irrumpió en el pleno del Poder Legislativo junto con militares mientras se discutía la aprobación de un préstamo para un plan de seguridad propuesto por su Gobierno.
«Nos espera un escenario muy complicado de crisis que no va a poderse abordar con eficacia si no hay acuerdos de nación», declaró a la agencia AFP la investigadora independiente para organismos de la ONU, Jannet Aguilar.
El Director del Instituto de Derechos Humanos de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA), José María Tojeira, por su parte, opinó que la pandemia ayudó a Bukele «a mantener el prestigio con el que logró llegar al Gobierno en 2019».
Para el analista, la entrega de un bono de 300 dólares a familias necesitadas, bolsas de alimentos y el envío a domicilio de insumos para enfrentar a la Covid-19 generaron empatía con una población que vio su situación económica agravada por la pandemia, en un país donde la deuda externa alcanza el 90% del PIB.