Jorge Castelli, el dueño de la empresa de colectivos Santa Ana, advirtió que «todavía no estamos en el fondo de la situación», en referencia al escenario planteado frente a la quita del subsidio al transporte definido por el gobierno nacional. A su entender, la solución debería ser establecer una tarifa de 1000 pesos. «No importa si los pone el Estado nacional, el provincial o el municipal, y una parte la pone el usuario; mientras a nosotros nos ingrese eso, está todo bien, fantástico», afirmó.
En diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5) Castelli calificó la situación como «muy crítica», aunque aclaró: «Todavía no estamos en el fondo de la situación».
El empresario recordó que «desde 2002 se empezó a subsidiar el boleto del pasajero, se fue trabajando con una disparidad entre el interior y el AMBA, y ahora de repente en el interior nos dijeron basta, no hay más subsidios».
«Nos dejaron en una situación prácticamente de jaque mate -describió-, porque no tenemos ni financiamiento ni forma de solucionar el problema financiero que nos dejaron de la noche a la mañana».
-¿Cómo se sale de esta situación?
-Se tiene que recurrir a lo que debería haberse ido compensando con el tiempo en todo el interior del país. Porque no es una situación de Jujuy Capital o de Jujuy Provincia, sino que es una situación de todo el interior del país. Yo creo que es inminente que haya una tarifa promedio, como decían hace unos días atrás en reunión los gobernadores, que yo creo que están en un estado de desesperación para saber cómo resuelven esta situación.
-¿Cuál debería ser esa tarifa promedio?
-Algunas provincias que tienen ingresos el agro y de industrias, como Córdoba o Santa Fe, que no es el caso de Jujuy, ya han salido a aportar fondos para sostener el transporte. Y en su mayoría a establecer una tarifa acorde a la necesidad de sostener hoy el servicio, que anda en el orden de no menos de los 1000 pesos la tarifa urbana.
-¿Qué grado de responsabilidad le cabe al empresariado por haber llegado a donde llegamos hoy?
-Ninguna. Nosotros lo único que hacemos es prestar un servicio que está regulado por el Estado. El Estado dice cuánto es la tarifa y se tiene que garantizar una mínima rentabilidad, que no la tenemos hace mucho tiempo. Si la tuviéramos, en todo el interior del país habría vehículos nuevos, cero kilómetro, y no los hay. Salvo algunas jurisdicciones, como Salta, donde le pagan a los empresarios por kilómetros. A nosotros, que estamos con una tarifa que va por debajo del costo, tienen que aplaudirnos; porque es un milagro que todavía hasta hace poco hubo vehículos nuevos. En el interurbano pasa exactamente lo mismo. ¿Cuándo ven un colectivo cero kilómetro? La industria de la fabricación de carrocerías, la venta de chasis, está totalmente paralizada en todo el país.
-¿Con los 267 pesos que paga cada pasajero hoy no les alcanza?
-No, por supuesto que no. No hacen falta hacer estudios de costo. Se han hecho millones de veces, en todas las universidades del país, de las distintas jurisdicciones, y el costo del boleto siempre costó lo mismo: un dólar o lo que vale un litro de combustible. Hoy el litro de combustible está a mil pesos y nosotros tenemos el boleto a 267, con impuesto incluido. Estamos un poquito lejos. El año pasado tuvimos alrededor de un 150% de aumento del combustible, más del 200% en todos los insumos. ¿Cuánto aumentó la tarifa el año pasado? Siempre estamos por detrás y muy lejos.
-¿Cuánto tiene que costar el boleto?
-Nosotros necesitamos que nos ingresen 1000 pesos por pasajero. No importa si los pone el Estado nacional, el provincial o el municipal, y una parte la pone el usuario. Mientras a nosotros nos ingrese eso, está todo bien, fantástico. Hoy por hoy, si los usuarios están de acuerdo en pagar 1000 pesos, está todo bárbaro. Pero tenemos eso sería de hoy para adelante. El problema es que nos dejaron un vacío financiero para atrás que no lo podemos cubrir.
-La UTA dice que les deben enero y un adicional pendiente del 60%. ¿Qué pagaron ustedes de eso?
-El adicional de octubre salió sobre fin de año o algo así. No es algo reciente o que no se haya pagado en octubre. Del salario, todos hemos hecho un aporte a cuenta, algunos más, otros menos.
-¿Cree posible que se levante el paro en Jujuy?
-Lo veo muy distante porque no tenemos los recursos. Nosotros no podemos ni tocar las máquinas del SUBE, porque lo dispone una empresa que se llama Nación Servicio, que es una empresa del Banco Nación. Ni siquiera manejamos dinero, no ponemos la tarifa, no podemos hacer nada con el sistema. Imaginate que vos vivís con con 100.000 pesos, de los que el Estado te da 70.000. Vos estás tranquilo porque llegás justo, o si no llegás o te falta poco, te endeudás. Y de la noche a la mañana, no tenés más los 70.000 pesos. ¿Cómo hacés? No tenés de dónde sacar. Y en las puertas que golpeás te dicen, no, no tengo.
-¿Cómo se destraba la situación en lo inmediato?
-La única forma de revertirlo es que el Estado Nacional nos gire las partidas de dinero y se vaya haciendo de alguna forma progresiva, para adelante, sin que haya un tarifazo como el que va a tener que haber para volver a tener transporte. Y que haya un aporte del Estado, sea nacional, provincial o municipal, por lo de atrás. Porque el mes enero terminó y nos quedamos sin el subsidio, y en febrero es exactamente igual. Ahora en cualquier momento se van a sumar las interurbanas. Quieran o no quieran, se termina. O sea, no hay forma de que se pueda seguir. No hay forma. Hace falta un aporte importante a las empresas. No para que nos regalen, sino que las políticas no se pueden cambiar de la noche a la mañana porque nos dejan desarmados.
-¿Qué puede pasar con los boletos gratuitos de estudiantes, jubilados, discapacitados?
-Yo veía algunas críticas y veía la preocupación de los estudiantes porque empiezan a rendir a partir de hoy y no tienen colectivo. El problema que tienen es porque no se paga. Es como que era una fiesta en la cual se subían al colectivo y viajaban gratis una equis cantidad de veces al mes. Pero hoy no hay plata. Y para que el sistema vuelva a funcionar, hay que establecer una tarifa en la que todos paguen. Hay que seguir con el BEGU, para que el estudiante viaje gratis, pero es un beneficio que alguien tiene que aportar. Ese sistema no se puede tirar de la noche a la mañana. Lo que pasa es que la policía viaja gratis, los mayores de 70 viajan gratis, los discapacitados viajan gratis y si los discapacitados necesitan acompañante, viaja el acompañante gratis. O sea, hay un sector muy importante que no paga. Y eso no se lo está viendo ni se lo está diciendo. Pero ese servicio alguien lo tiene que pagar. Porque además a esa gente no la van a llevar los compartidos, los taxitruchos, todos los servicios que hay en la calle. Los llevamos nosotros.
-¿Puede ser el final del sistema público de transporte de pasajeros?
-No, no. Yo creo que entre las partes se puede ir encontrando algunas soluciones, pactando algunas alternativas que puede haber. Venimos dialogando entre las partes y lo vamos a tener que seguir haciendo. El servicio del transporte no se va a terminar.
-¿Cuándo empezó el problema?
-Cuando empezaron a cambiar las políticas de transporte, allá a fines del año 2018, que se les cedieron las responsabilidades a las jurisdicciones. Cuando en el nuevo presupuesto, al comienzo del gobierno de Macri, en la era del ministro de Transporte (Guillermo) Dietrich, nos sacaron el subsidio al combustible y se lo derivaron a las provincias. Después siguieron con una resolución en la cual una parte se hacía responsable del Estado nacional y la otra parte el Estado provincial. La provincia viene pagando una parte muy importante; eso lo tienen al día, pero no alcanza. Y hoy el presidente actual dijo que se termina, que no le gira más a las jurisdicciones y que es responsabilidad de las provincias. El problema es que fue de la noche a la mañana, sorpresivo, ajeno a nosotros. Nosotros somos tan víctimas como nuestros usuarios.