A pesar de los esfuerzos del gobierno provincial por relativizar la crisis del turismo en esta temporada, referentes del sector insisten en describir un panorama preocupante que en ciertos casos genera dudas sobre la continuidad de algunos emprendimientos.
Nicolás Sutton es presidente de la Asociación de Turismo de Quebrada y Puna de Jujuy, que reúne a prestadores turísticos de esas dos regiones. «La verdad es que esperábamos una temporada mejor», señaló en diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5).
«Estuvimos haciendo relevamientos y antes de que salieran los datos de la Secretaría de Turismo ya estábamos trabajando en una nota porque veíamos que la cosa estaba bastante complicada», describió Sutton.
De ese relevamiento, indicó, la ocupación hotelera en enero estuvo en promedio entre el 27 y el 30 por ciento, con algunos casos en los que se alcanzó el 50 por ciento y otros en los que ni siquiera se llegó al 20. Y remarcó: «Estamos hablando de la temporada alta».
Según Sutton, el problema no reside solo en la cantidad de servicios contratados, sino que además los empresarios debieron bajar los precios que tenían previstos. «Ninguno de nuestros asociados dijo ‘bueno, llegué al 10 por ciento pero con el precio que para mí era el que tenía que ser’, sino que todos bajaron los precios al mínimo indispensable. Y aún así tuvimos una mala ocupación».
«Manejamos los mismos precios que en noviembre, que es una temporada baja, e incluso así la gente no vino», agregó.
En este sentido, puso el acento en que la caída de la actividad no tuvo que ver con los valores sino, directamente, con que cayó la cantidad de personas que este año salieron de vacaciones. Y reveló: «Lo que analizamos con los socios es que en realidad el mayor problema no fue un problema de precio, sino de demanda. Porque no es que tuvimos un montón de consultas y la gente dijo ‘No, es muy caro, no quiero viajar’. La verdad es que desde noviembre hubo muy pocas consultas para enero».
La conclusión a la que llegaron los prestadores nucleados en la Asociación coincide con otros diagnósticos trazados a nivel nacional. De acuerdo a una encuesta realizada por la consultora Management & Fit difundida este lunes, menos de un tercio de los argentinos vacacionó o vacacionará durante este verano.
Entre los que no vacacionan, la mitad no lo hace por falta de dinero, mientras que el porcentaje restante alega cuestiones laborales, lo que podría vincularse a la situación cada vez más frecuente de pluriempleo necesario para complementar los ingresos de los hogares.
«Hay muy poquito público viajando», reafirma Sutton. Y completa: «Antes la gente se iba de vacaciones, había demanda, entonces había una competencia sana entre los hoteles y todos más o menos podían trabajar y cubrir sus costos. Eso no pasó este año».
Sutton remarcó la importancia de hacer una lectura amplia de la situación de la actividad turística, más allá de la cantidad de plazas hoteleras que se ocupan. «La gente que no vive o no está en contacto con los pueblos turísticos, por ahí lee que hay 10 por ciento de ocupación hotelera y piensa que es un problema de los hoteles. Pero esos datos nos sirven p ara saber cuánto movimiento económico hay en general».
En esta línea, detalló: «Un turista que se hospeda en un hotel, después va a comprar artesanías, compra un queso de cabra, hace una excursión. Y un gastronómico que tiene el restaurante lleno, va al mercado y compra verdura, fruta. Así se mueve toda la rueda económica en la zona».
Sutton ejemplificó: «Por ahí un productor de quesos de cabra que vive en un paraje rural nunca se va a cruzar con un turista, pero esos quesos de cabra los venden en un mercado y terminan en un restaurante, y si ese restaurante está vacío, esos quesos no se compran».
La preocupación no se limita al presente, sino que se proyecta hacia adelante. «Cuando esa rueda económica se pincha, lo primero que vemos es la baja de la ocupación hotelera -explica-, pero si esto se mantiene durante uno o dos años, lo que vamos a empezar a ver es que cierran establecimientos, se corta la cadena de producción, los productores y artesanos no pueden vender sus productos, lo mismo los comerciantes, el que tiene un almacén y vende jabón para los hoteles».
Y concluye: «Es un daño económico que impacta en el pueblo entero; no es solo una cuestión del que trabaja con el turista directamente. Entonces estamos bastante preocupados».
-¿Cómo cree que va a seguir el año?
-Si enero estuvo así, no me quiero imaginar lo que va a hacer abril. Porque uno en la temporada alta espera juntar un poco el respaldo para bancar los meses bajos. Obviamente que uno siempre tiene un fondito para sostener un tiempo, pero si no vemos una preocupación o algo para que de acá a un año por lo menos se reactive y vuelvan a venir los turistas como venían antes, estamos en problemas.
-¿Hay asociados que estén pensando en cerrar sus establecimientos?
-Hasta ahora, que yo sepa, no. Al menos entre nuestros asociados. Sí hemos visto, por ejemplo, en Tilcara, cierres de negocios, restaurantes, casas de té, ese tipo de cosas. La preocupación es que si enero está así, en un año vamos a estar muy complicados. Entonces todavía estamos a tiempo de hacer algo. O por lo menos de levantar la voz y decir «Esto se está complicando.»
-¿Si llega más turismo extranjero se compensaría la situación?
-Obviamente que como emprendedor digo que sí, que vengan, que cualquier turista sirve para pagarle el salario a mis empleados. Pero como argentino me da lástima que nuestras maravillas naturales y turísticas estén pensadas para el extranjero y no para los cordobeses, para los de Buenos Aires, de Rosario, de todas nuestras provincias vecinas para que recorrer nuestro país. Pero tampoco vemos que haya una estrategia de manejar el tipo de cambio de tal manera que sea barato para el extranjero. Lo que vemos es como la nada misma, o por lo menos no hay una preocupación. Si me dicen que la Secretaría de Turismo de Nación va a presionar para modificar el tipo de cambio para que se nos llene de turistas extranjeros, está bien. Pero si eso significa que los argentinos no conozcan el Hornocal, de alguna manera es triste.