En la ONU, Cafiero busca «una resolución definitiva y pacífica por la soberanía de Malvinas»

El canciller Santiago Cafiero aseguró que el principal punto del reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas «es que la Argentina plantea la necesidad de encontrar una resolución definitiva y pacífica a la controversia con el Reino Unido». Con ese fin arribó a Nueva York, para plantear este jueves en el Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la reanudación de las negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido por la disputa de la soberanía de las Islas Malvinas.

En una entrevista con Télam, el canciller remarcó que, a 40 años de la Guerra del Atlántico Sur, la Argentina «va a continuar perseverando en su reclamo», y remarcó que «el tiempo no diluye el pedido de justicia y soberanía».

-¿El reclamo va en la línea con lo que se habló ayer con el secretario general de la ONU, António Guterres, para que se retomen las negociaciones por la soberanía sobre las Malvinas?

-La Argentina tiene un reclamo que es histórico, que sigue una línea de tiempo de hace muchísimos años. Toda la diplomacia argentina, con diferentes intensidades, siempre lo ha remarcado. Lo principal es la necesidad de encontrar una resolución definitiva y pacífica a la controversia que tenemos con el Reino Unido sobre las Islas Malvinas, Sandwich del Sur, Georgias del Sur y los espacios marítimos circundantes. El desafío es continuar con un proceso de sensibilización que la Argentina viene llevado adelante desde hace muchos años. Buscamos el acompañamiento de la comunidad internacional. Hay muchos procesos de colonización que Naciones Unidas fueron resolviendo. De los 85 casos que analizó el organismo, sólo restan 17 sin resolver.

-Muchas de ellas de Reino Unido.

-Diez de ellas tienen implicancias directa del Reino Unido, sobre esos procesos de descolonización. Entonces, efectivamente, el planteo que hace la Argentina es entre histórico y actual, naturalmente. Hoy, a 40 años del conflicto del Atlántico Sur, lo que planteamos es perseverar en el reclamo. El tiempo no diluye el pedido de justicia y de soberanía que mantenemos.

-Este tema se trata primero en el Comité de Descolonización. ¿La idea es que llegue a la Asamblea General de la ONU?

-Son pasos previos. Primero vamos a ver cuál es el nivel de acompañamiento que tenemos en el Comité de Descolonización. Allí hay países muy importantes, que representan a grupos y comunidades de países, con lo cual sabremos dónde estamos parados. Claramente es un proceso que tiene que ir creciendo. Si logramos un buen acompañamiento, vamos a generar una plataforma posible para avanzar en otro tipo de instrumentación. Quizás, una de las alternativas sea plantearlo en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pero previo a eso, lo que debemos hacer es continuar dialogando.

-Usted decía que, con distinta intensidad, la Argentina mantuvo el reclamo de soberanía. ¿Cuándo esa postura perdió intensidad?

-Bueno, creo que durante el macrismo se banalizó la causa de Malvinas. Si bien el cuerpo diplomático avanzó con una dirección correcta en los reclamos que se seguían haciendo aquí, en el Comité de Descolonización, o en los organismos o foros multilaterales, lo cierto es que la conducción de la Cancillería tuvo actitudes totalmente contrarias a esa línea de trabajo. El Pacto de Foradori-Duncan (en las memorias del exministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido Alan Duncan sostuvo que el entonces vicecanciller Carlos Foradori «estaba borracho» cuando en 2016 se firmó un acuerdo para levantar las sanciones argentinas sobre las empresas británicas que operan en las aguas que circundan a las Malvinas) es un ejemplo de esto. Y lo segundo es la banalización que se hizo del poder político de la Argentina en ese momento, básicamente todo lo que (el expresidente Mauricio) Macri o (la exministra) Patricia Bullrich han expresado con respecto a la causa Malvinas ha sido muy despectivo. Con respecto a eso, siempre hago la salvaguarda de que hubo hombres y mujeres en la diplomacia argentina que sí sostuvieron estos valores, que claramente no fueron acompañados por el poder político.

-La Resolución 37/9 de 1982 de la ONU reconoció que la Guerra de Malvinas no alteró la vigencia ni la naturaleza de la disputa de soberanía de las islas y a mantener las negociaciones. ¿Cómo se hace para, al menos, sentar al Reino Unido a esa mesa?

-Hace 189 años, en 1833, el Reino Unido usurpó territorio nacional, las Islas Malvinas. De ahí en adelante, la Argentina ejerció, a partir de herramientas diplomáticas, el reclamo. El Reino Unido primero negó y después aceptó dialogar en 1965, luego de una Resolución de la Asamblea General que instruyó a ambas naciones a entablar una negociación bilateral. Durante 16 años esto tuvo altibajos, pero funcionó, de algún modo. Llevó a que en Malvinas se izaran las dos banderas, a que hubiera vuelos del continente a las islas. Empezó a haber cierta conectividad. En febrero del ’82, unos meses antes del conflicto bélico, el Reino Unido decidió congelar todo este proceso de acercamiento y, poco tiempo después, se desataron las hostilidades. De ahí en adelante, el Reino Unido lo que planteó fue que el argumento principal de ellos era la autodeterminación de los pueblos. Dijeron que, como los isleños quieren pertenecer al Reino Unido y no a la Argentina, se debe respetar eso. Eso ya fue descartado por nosotros y por toda la comunidad internacional. Demostramos que, antes de la usurpación de 1833, había habitantes argentinos y que los pobladores británicos fueron implantados. Por eso no corresponde el principio de autodeterminación. El 4 de noviembre de 1982 la Naciones Unidad emitió la Resolución 37/9, que indica que la guerra no arrojó un resultado ni define la cuestión de soberanía, que el Reino Unido y la Argentina se deben volver a juntar a discutirla a partir de una discusión bilateral, y le otorga al Secretario General la facultad de los buenos oficios para volver a juntar a las partes, para que se reinicie el proceso de discusión bilateral sobre la soberanía. El Reino Unido nunca se atuvo a esto. Nosotros le reclamamos al secretario general, Guterres (en la reunión mantenida ayer), que se cumpliera la Resolución 37/9.

-¿Y cuál fue la postura de Guterres?

-Él se comprometió a avanzar en la gestión , sin garantizar éxito. Pero se ofreció, tomó el reclamo de la Argentina y afirmó que iba a hacer una convocatoria al Reino Unido.

‘Una política de Estado’

El senador Pablo Blanco (Juntos por el Cambio-Tierra del Fuego) consideró que la convocatoria del Gobierno nacional a representantes de distintos sectores de la oposición para acompañar el planteo que se hará este jueves ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas obedece a que «la cuestión Malvinas es una política de Estado».

En este sentido, en diálogo con Télam, Blanco subrayó que, en estas cuestiones, «tienen que participar todos los sectores políticos, como vienen haciendo todos los años».

«En reiteradas oportunidades vine participando por la provincia de Tierra del Fuego y siempre hubo convocatoria a todos los espacios políticos; es una tradición que se sigue sosteniendo», añadió el senador nacional.

Sobre las repercusiones que pueda llegar a tener esta misión en la ONU, Blanco espera «que haya una ratificación, como viene año tras año en el Comité de Descolonización, sobre el reclamo argentino».

«Vamos a ver qué dice el canciller (en su exposición de este jueves en el marco de la sesión del Comité Especial de Descolonización de la ONU), pero no me cabe ninguna duda de que el resultado va a ser una ratificación de lo que año tras año se viene llevando a cabo» en ese ámbito.

En cuanto la necesidad de que el Reino Unido se siente a una mesa de negociación con la Argentina por la disputa de la soberanía por las Islas Malvinas, Blanco apuntó que «siempre se plantea eso, pero Gran Bretaña se niega a conversar».

«Eso significa que no tienen razón porque, cualquiera que la tuviera, tranquilamente se podría sentar; pero esa es la mecánica que tienen ellos», añadió el legislador opositor.

Para Blanco, la solución a la negativa del Reino Unido «es seguir insistiendo hasta que podamos una vez más llevarlo al seno de la ONU, no solamente en el Comité de Descolonización sino a la Asamblea General, para que ratifique lo que se viene sosteniendo año tras año, que no es más ni menos que la Resolución 2065», que encuadra al caso de las Malvinas en una situación colonial por parte de los británicos e invita a ambos gobiernos a a proseguir sin demora con las negociaciones.

Por Daniel Scarímbolo, en Télam

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