Los organismos de DDHH, organizaciones sociales y políticas presentaron un documento en el consulado de Chile en Jujuy, que está ubicado en el barrio capitalino Los Perales, en solidaridad al pueblo trasandino y repudiando la represión y militarización que se traduce en violaciones a los DDHH.
Las políticas neoliberales que se vienen aplicando en nuestra patria grande, ha generado resistencia de distinta intensidad que lamentablemente fueron y son reprimidas por las fuerzas armadas y la policía con una ferocidad que nos trae el recuerdo de las cruentas dictaduras militares que hubo en Latinoamérica.
En el caso de Chile uno de los sectores protagonistas de las protestas es la juventud, los estudiantes, muchos de ellos apenas adolescentes que son sometidos a fuertes y violentas agresiones que ya causaron muchísimas muertes, violaciones a mujeres, desaparecidos y miles de detenciones arbitrarias y torturas, según datos aportados por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
La irresponsable frase del presidente Piñeira de que «estamos en guerra» y la declaración del estado de excepción decretado, no hace más que rememorarnos viejos demonios que intentan justificar la criminalización de la protesta social, las detenciones arbitrarias y la violencia institucional que se direccionan a las poblaciones pobres de chile, donde viven los trabajadores y los estudiantes.
Si bien las protestan comenzaron por el aumento del transporte público, subyace un problema mucho más profundo que tiene que ver con la privatización de la educación y la salud, el deteriorado nivel de vida de los trabajadores chilenos y también no menos importante el saqueo de las tierras de los pueblos originarios en especial el pueblo mapuche.
Por el bien de nuestros pueblos debe primar el dialogo, la democracia y los intereses de la gran mayoría del pueblo para que dé una vez por todas deje de derramarse sangre de los trabajadores por beneficiar a un minúsculo grupo de empresarios.