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Falleció el mayor emblema de connivencia empresarial con la dictadura

El empresario Carlos Pedro Tadeo Blaquier Estrogumou-Gillón murió este lunes en la Ciudad de Buenos Aires a los 95 años, y con su deceso, además de la impunidad biológica, tuvo a su favor la impunidad judicial-política que le permitió no rendir cuentas ante la justicia.

En un comunicado, la empresa Ledesma lo recordó como «emblema del empresariado argentino» y «gran defensor de la industrialización nacional», pero más se lo recuerda y recordará por su connivencia con la dictadura cívico-militar-eclesiástica-empresarial que gobernó el país desde 1976 hasta 1983.

Su máximo logro en ese campo fue prestar apoyo y colaboración logística en los operativos represivos conocidos como «La Noche del Apagón». En esas jornadas, entre el 20 y el 27 de julio de 1976, en los inicios de la dictadura que encabezó Jorge Rafael Videla, al menos medio millar de personas, entre trabajadores del ingenio, dirigentes sindicales y estudiantes, fueron secuestradas. De ellas, 55 están en condición de desaparecidas.

Los secuestros y detenciones ilegales se cometieron en las localidades de Libertador General San Martín Calilegua, El Talar y Vinalito, en el departamento Ledesma.

Hijo de María Esther Estrugamou Guillón y de Carlos Félix Miguel Blaquier Álzaga, Carlos Pedro Blaquier tuvo una trayectoria empresarial ligada durante siete décadas la firma Ledesma, donde ingresó en 1952, a los 25 años, y pasó a ocupar la Gerencia General de la firma una década después.

En 1970, los padres de su esposa, Nelly Arrieta, le encomendaron la tarea de presidir el Ingenio Ledesma, el más importante emprendimiento azucarero del país, cargo que ejerció por espacio de 43 años, hasta 2013. Llegó a poseer el 90% de las acciones.

En 2012 fue procesado por la justicia federal de Jujuy como cómplice primario en 26 casos de privación ilegítima de la libertad en la causa Burgos, por haber facilitado las camionetas para efectuar el traslado de los secuestrados y por 36 secuestros seguidos de asesinato y desaparición durante la Noche del Apagón

En marzo de 2015, la sala IV de la Cámara Federal le dictó la falta de mérito y hubo que esperar hasta julio de 2021 para que la Corte Suprema de Justicia anulara la decisión del tribunal de segunda instancia.

Blaquier falleció procesado y a la espera de un juicio oral por los secuestros y desapariciones ocurridos en 1976 en Jujuy, en lo que agrupaciones y organismos vinculados a la defensa de los Derechos Humanos caracterizaron como «impunidad biológica».

En otra investigación judicial, Blaquier fue señalado en septiembre de 2022 como uno de los denominados «clientes VIP» de la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

Blaquier: Un visitante de lujo de la secta de Yoga para tener relaciones íntimas

Repercusiones de su muerte en Jujuy

Organismos jujeños de DDHH y organizaciones sociales expresaron su “desesperanza y descreimiento” en el Poder Judicial, el cual “actuó a favor” del dueño del Ingenio Ledesma, quien “siempre consiguió la impunidad”, en las causas por delitos de lesa humanidad que se le siguieron en la provincia de Jujuy.

“Tenemos desesperanza y descreimiento de este Poder Judicial porque si bien hemos avanzado con los juicios de lesa humanidad y se consiguieron sentencias ejemplificadoras para genocidas, sabíamos que el poder económico representado en Carlos Blaquier iba a impedir enjuiciarlo y condenarlo”, dijo Oscar Alfaro, víctima de la Noche del Apagón.

El activista por los derechos humanos consideró que “los empleados de Blaquier son los que hoy están en la Corte Suprema de Justicia de la Nación y esa es la razón de cómo consiguió la impunidad que buscaba”.

A su vez, Inés Peña, referente de la Asociación Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos de Jujuy, afirmó que “la Justicia favoreció a este genocida”, pero “jamás olvidaremos a los más de 400 compañeros víctimas del terrorista de estado, ni las huellas de las camionetas con el logo de la empresa Ledesma en el que fueron transportados a las cárceles clandestinas durante la última dictadura cívico militar eclesiástica”.

“Obreros, empleados y trabajadores de la caña y de los surcos fueron torturados vejados y humillados por ser militantes del campo popular y denunciaban la riqueza monstruosa de la empresa”, recordó.

Por su parte el Centro de Acción Popular Olga Márquez Aredez (Capoma) publicó en sus redes sociales: “Se fue con la impunidad biológica, pero el mundo sabe que fue parte responsable del secuestro y desaparición de muchas y muchos. Esto no es el fin, aún nos falta, Lemos y muchos más”.

También el movimiento político y popular AJÍ, señaló que “décadas de complicidad empresarial bajo la dirección de Blaquier se valió un tiempo con la leyenda popular de ‘El Familiar’, así persiguió, secuestró y desapareció aproximadamente 400 trabajadores y familiares de la empresa”.

Repercusiones nacionales

«La muerte impune del dueño del Ingenio Ledesma, Carlos Blaquier, deja nuevamente en evidencia la responsabilidad del Poder Judicial en las graves demoras que impidieron que el empresario sea juzgado por crímenes de lesa humanidad», expresó el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti en su cuenta de Twitter.

El funcionario señaló que «la Cámara Federal de Casación Penal y la Corte Suprema de Justicia de la Nación tuvieron un rol central en las dilaciones que paralizaron durante ocho años las causas en su contra por la privación ilegal de la libertad de personas durante la última dictadura cívico-militar».

Y aseguró que esto «provocó un daño irreparable y dejó a las víctimas, a sus familiares y a toda la sociedad sin justicia por la responsabilidad de Blaquier en esos crímenes».

En ese sentido, afirmó que es «indispensable que se avance de manera urgente en el juicio contra Alberto Lemos, administrador del Ingenio durante la dictadura, lo que permitirá esclarecer especialmente la responsabilidad que tuvo la empresa en la represión ilegal».

La Asociación Madres de Plaza de Mayo expresó «nuestra más profunda decepción con el Poder Judicial ante la muerte del empresario Carlos Blaquier, cómplice de la dictadura».

«Nos parece inaceptable que hasta el día de hoy continúen en sus cargos algunos ministros de la Corte, magistrados, y funcionarios del Poder Judicial que jamás avanzaron siquiera en sentar en el banco de los acusados a tamaño acusado por delitos de lesa humanidad en Jujuy», escribieron en su cuenta de Twitter.

En su cuenta de Twitter, la agrupación H.I.J.O.S. Capital lo recordó como «el civil del horror en Jujuy. En la dictadura genocida y ahora también», tras lo cual subrayaron que murió «sin condena judicial, pero con el repudio popular».

La diputada Myriam Bregman lo calificó como «ejemplo de los grandes empresarios que participaron y se beneficiaron del golpe genocida, de los que llegaron a tener centros clandestinos en sus empresas, un hecho aberrante que se ha tratado de borrar de la historia reciente».

Por su parte, el diputado nacional del Frente de Todos y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, denunció que «su complicidad con la dictadura cívico militar nunca pudo ser juzgada porque la mafia judicial lo protegió una y otra vez». «El pueblo no olvida», agregó.

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