Por Camilo Haro Galli y Teresa Jordán. El jueves por la mañana circuló la noticia de que habían hallado el cuerpo sin vida de una mujer en su casa del barrio Inti Watana en la localidad de Huacalera. Se trataba de Camila Peñalva, una joven de 25 años que vivía en una pieza con su hija y su hijo. El viernes por la noche el informe de la autopsia develó que fue víctima de femicidio. El sospechoso, su ex pareja y padre de su niña.
Camila era mujer, joven, arquera de fútbol, mamá sola a cargo de familia, hija y hermana, vecina del barrio Inti Watana. Camila vivía en una habitación pequeña construida en un loteo como muchos jóvenes de la Quebrada que se animan a salir de la casa de los padres para tener su propio proyecto de vida.
La casita de Camila, humilde pero prolija, tiene el frente cerrado con tarimas de madera, tiene un pozo ciego recién hecho y estaba destinada a seguir creciendo. Camila quería construir el baño y para eso había comprado bloques, caños y el tanque de agua.
El destacamento policial de Huacalera funciona en la antigua estación de trenes y depende de la Seccional N° 14 de Tilcara. Consultados acerca de lo sucedido comentan que tomaron conocimiento de lo sucedido a través del agente sanitario, pero que ellos sólo dieron aviso a sus superiores, que las actuaciones estuvieron a cargo de los efectivos de Tilcara y de la ayudante del fiscal María Eugenia Di Pietro.
Acerca de la causal de la muerte de Camila hay un hermetismo que terminan por romperse cuando barajan versiones que buscan culpabilizar a la víctima.
Respecto del supuesto femicida, se trata de un hombre joven conocido de la localidad, ex pareja de la joven y “padre” de la hija mayor.
En el barrio todos se conocen, pero casi nadie quiere hablar del tema y se muestran cautelosos. Apenas una vecina nos dice por lo bajo: “ella era tranquilita nomas, siempre andaba con sus hijos”. Y agrega que a Camila “le gustaba jugar al futbol, era arquera en el equipo 21 de junio”, uno de los ocho equipos de la Liga Femenina de Huacalera. Esta liga juega en una pequeña cancha en las márgenes del Rio Grande a la derecha del puente que va a la banda porque la cancha del centro es en la que juegan los varones.
El Barrio Inti Watana surgió en el año 2008 a partir del asentamiento y loteo realizado por la comunidad indígena homónima en la zona noroeste de Huacalera. Como la mayoría de estos asentamientos recientes que proliferan en las afueras de las localidades de la Quebrada de Humahuaca los vecinos y vecinas debieron organizarse para transformar terrenos pedregosos en lugares habitables y obtener el acceso a los servicios básicos.
Cinco años tardó la gente del Inti Watana en tener agua y luz. Con el paso del tiempo quedaron pocos integrantes de la comunidad indígena y el lugar se pobló de gente “del campo” que llegó a Huacalera buscando otra calidad de vida. Caminando por las calles de tierra que conforman las 8 cuadras del barrio se observan casas a medio construir y lotes aun vacíos. Caballos, gallinas y ovejas son parte de su paisaje.
El femicidio de Camila se suma a los cinco femicidios que ocurrieron en Jujuy en lo que va de 2020 y a los 7 femicidios acaecieron en lo que va de marzo en todo el país según cifras registradas por grupos y observatorios integrantes del movimiento feminista. Sin embargo, las autoridades de la provincia de Jujuy señalan que este año hubo una sola víctima de femicidio en la provincia.
La flamante titular del Consejo Provincial de la Mujer, Alejandra Martínez, manifestó esta semana en los medios de comunicación que se viene dando una baja en los índices a raíz del trabajo que la gestión del actual gobernador viene realizando respecto de las cuestiones de género.
Consultadas por este medio, integrantes de la Colectiva Feminista Ni Una Menos Tilcara Maimara expresaron: “Desde la Colectiva Ni Una Menos Tilcara Maimara estamos muy atentas al devenir de la investigación. Lo sucedido con Camila muestra que la violencia de género también es un problema que sufrimos las mujeres en la Quebrada de Humahuaca. Nos duele inmensamente cada vida que perdemos a causa de la violencia machista y patriarcal y seguiremos saliendo a las calles para exigir #NiUnaMenos.
Por otra parte, nos preocupa la actitud del gobierno que pareciera estar empeñado en ocultar la realidad de lo que sucede. Insisten en que hay una baja en los números de femicidios en la provincia. Esas cifras no coinciden con los registros que desde el movimiento feminista venimos realizando. Quienes estamos en el territorio sabemos que las oficinas de Paridad de Género no funcionan como debieran por falta de recursos, que están vaciando al sistema de salud pública, que la policía y la justicia son parte del problema, que la violencia institucional es moneda corriente, que el Consejo Provincial de la Mujer no tiene políticas planificadas, integrales y con perspectiva de Género».