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Este jueves se espera que termine el juicio contra Fabián Solano, el enfermero del Hospital Materno Infantil que le suministró leche por vía endovenosa a un bebé de seis meses, poniendo en riesgo su vida y provocándole secuelas cuyo alcance se conocerá solo dentro de tres o cuatro años. Se lo juzga además por otro hecho irregular cometido en 2022. Las pericias indican que el hombre tiene una personalidad psicopática.
El juicio comenzó el 1° de octubre y está previsto que este jueves se dicte sentencia. El tribunal está integrado por las juezas María Margarita Nallar –presidenta de trámite-, María del Rosario Hinojo y Mónica Cruz Martínez.
Sebastián Espada, abogado querellante que representa a la familia del bebé, consideró en diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5) que «el caso es sumamente sorprendente».
Solano está acusado por dos hechos. El que tuvo más trascendencia es el que sucedió el 23 de abril de este año, cuando le inyectó leche por vía endovenosa a un bebé de seis meses de edad que estaba delicado, en posoperatorio. Pero hubo otro anterior, en 2022, cuando también en el Hospital Materno Infantil le aplicó anestesia a un paciente de ocho años «sin estar autorizado, preparado, capacitado ni de ninguna forma legitimado», reveló Espada.
Sobre la mala praxis de este año, el abogado relató: «Nosotros no somos enfermeros ni personas de la salud, por lo tanto no estamos familiarizados con estas prácticas médicas. Pero en el marco de las audiencias declararon compañeros de trabajo, médicos, y manifestaron que es imposible una equivocación a ese nivel, porque no hay ningún procedimiento donde exista la inserción de leche por vía endovenosa a un bebé».
La maniobra realizada por Solano puso en riesgo la vida del bebé. «Pensemos que 60 mililitros de leche recorrieron todo su cuerpo, pasaron por el corazón, pasaron por el cerebro», describió Espada
Explicó que «hay muy pocos antecedentes de algo así en el mundo y los otros bebés lamentablemente fallecieron». En este caso, señaló, «fue un milagro, la familia está convencida de que tuvo que ver con Dios, además de todo el esfuerzo del personal del hospital para sacar al bebé adelante».
Si bien el bebé salvó su vida, le han quedado secuelas cuyo alcance aún no puede definirse. «Tiene un riesgo potencial porque hay presencia de leche en la parte respiratoria y una capa de leche que cubre su corazón. Los médicos que declararon dicen que hay que esperar hasta los cuatro o cinco años para ver, pero se esperan secuelas serias a nivel cognitivo por la leche que atravesó su cerebro», detalló Espada.
Por este hecho, Fabián Solano está imputado por homicidio agravado con alevosía en grado de tentativa.
Sobre el episodio anterior por el cual es juzgado el enfermero, ocurrido en 2022, el abogado comentó: «Sabemos de la gran cantidad de casos de mala praxis por mala administración de anestesia. Es sumamente grave. No pasó mayores no sé por qué, destino del cielo, lo que sea».
Este otro hecho es el que agrega la imputación de incumplimiento de deberes de funcionario público, porque la ley de enfermería prohíbe que se hagan este tipo de medidas sin estar autorizado.
De ser hallado culpable, el enfermero podría recibir una pena de entre 10 y 15 años de prisión efectiva.
Personalidad psicopática
La pregunta que surge frente a este episodio es si Solano pudo haberse equivocado al momento de inyectar al bebé. «Lo primero que piensa uno en el marco de una mala praxis, es que se trata de una equivocación, pero yo lo descarto», comentó el abogado.
Y explicó que no existe ningún procedimiento que consista en inyectar leche, ni a un bebé ni a nadie. Por otro lado, indicó, desde el punto de vista material, los sachés son absolutamente distintos: «El suero es transparente y la leche es blanca, uno viene en un sachecito y el otro viene como en un biberón que se cuelga. Es imposible confundirse», concluyó.
Pero el episodio de la anestesia no fue el único antecedente. A principio de este mismo año ocurrió otro: «El enfermero estaba en la guardia del hospital, viene un chico con un problema ocular y le dice ‘no tenemos oculista de guardia’, cuando sí había un oculista que estaba cumpliendo una guardia pasiva. Y el chico vuelve a los días con el ojo seriamente comprometido», relató el abogado.
A partir de esto, la duda es por qué Solano hizo lo que hizo, cuál fue su motivación, «porque parece ilógico pensar que un enfermero tenga intenciones de acabar con la vida de un bebé», analizó Espada.
«Cuando empezamos a analizar un poco la historia de vida de este enfermero, vemos que tiene antecedentes de violencia de género respecto a la progenitora de sus hijos, que un tribunal de familia había ordenado la restricción de contacto, que no se acerque a sus hijas por conductas manipuladoras. Y vemos que los vecinos, en las encuestas ambientales, dicen que es totalmente desaprensivo y negligente con su propia mascota», reveló.
Además de otros episodios de menor gravedad, que refieren a cierto nivel de maltrato hacia otros pacientes pediátricos, están las pericias.
«Un informe psicológico da cuenta de que esta persona tiene una estructura de violencia de carácter psicopática, una falta extrema de empatía», detalló Espada, y tradujo: «Quiere decir que no le importa nada lo que le pasa a los otros, es muy egocéntrico y solamente concentrado en la satisfacción de sus propios intereses».
A su entender, «incluso esta persona tiene un tinte de sadismo, es decir, disfruta causando dolor a los demás».
¿El estado es responsable?
Si Solano es declarado culpable este jueves, es factible que se presente una demanda civil contra el Estado provincial. «Tenían a una persona que había sido retirada de su rol de instrumentador quirúrgico cuando trabajaba en el quirófano, y lo mandaron a cuidar bebés que se encontraban graves», describió Espada.
«Hay una responsabilidad administrativa. Yo no tengo los presupuestos para decir que es un delito, pero a nivel administrativo la responsabilidad es enorme», afirmó.
Más de 10 años se desempeñó Fabián Solano en el sistema público de salud de la provincia. Había trabajado en el hospital Pablo Soria hasta que se incorporó al Materno Infantil, primero como instrumentador quirúrgico en quirófano y luego, tras el episodio de la aplicación de anestesia sin autorización, en otra área del hospital, ya con su título de enfermero.
«Lo trasladan conociendo el antecedente, sabiendo que a esta persona le había importado nada o muy poco lo que le podía pasar a ese nene que estaba siendo anestesiado, y lo mandan a la sala verde, el área donde se encontraba este bebé», señaló Espada.
La justicia le dictó prisión preventiva al enfermero que le causó lesiones a un bebé
La acusación
Según la requisitoria de la Fiscalía, el 23 de abril de 2025, entre las 8 y las 8.30 de la mañana, Fabián Solano ingresó a la Sala Verde del Hospital Materno Infantil «y tras asistir al paciente de la cama número 13 procedió a atender a un niño de 6 meses de edad, quien se encontraba internado recuperándose de una operación quirúrgica».
«Fue entonces que Solano le suministró al bebé leche líquida por vía endovenosa con intención de causarle la muerte, provocándole un derrame precárdico leve a moderado con riesgo de vida, siendo luego derivado por el personal médico actuante con urgencia a la Sala de Terapia Intensiva ante la gravedad del cuadro de salud del niño; quien, debido al accionar del cuerpo médico salvó la vida», detalla la acusación.
El otro hecho tuvo lugar el 30 de septiembre de 2022, cerca del mediodía, en el quirófano N° 1 del mismo hospital. «En el lugar, el acusado Fabián Solano en su calidad de enfermero, incumpliendo sus deberes y arrogándose funciones médicas que no le son inherentes, habría procedido a anestesiar a un paciente de 8 años de edad que debía ser operado por abdomen agudo, sin la presencia del médico anestesiólogo de la guardia», se detalla.
Como fiscal, representado al Ministerio Público de la Acusación, se desempeña Diego Funes. El acusado es defendido técnicamente por Pablo Rodrigo Cuellar.
