Por Javier Bach Bilbao. Corría el mes de diciembre de 1984 y el derrotado Partido Justicialista en las elecciones del año anterior realizaba su primer Congreso Nacional en el Teatro Odeón para elegir sus autoridades.
Algunos diarios de la época titulaban «la extrema derecha se hace con el control del peronismo», y reseñaba que el Movimiento Justicialista «se había partido, tras su congreso nacional celebrado el pasado fin de semana en Buenos Aires, y la extrema derecha se ha hecho con el control del peronismo».
La división es por ahora meramente formal, entre oficialistas y renovadores -resultó imposible discutir ningún problema ideológico-, pero la gresca peronista puede abocar seriamente a la explosión del movimiento en taifas provinciales siguiendo la tradición del caudillismo argentino.
Más de la mitad de los congresistas se retiró del cónclave, para autoconvocarse para el 2 de febrero en San Miguel de Tucumán.
Fue justamente a partir de estos episodios que a “Los Mariscales de la Derrota” se les opuso un Movimiento de Renovación Peronista liderado por muchos cuadros políticos y sindicales que resistieron y sobrevivieron de diversas maneras los años oscuros de la dictadura cívico-militar: Exilios internos dentro del país en muchísimos casos y exilios en el exterior los menos.
Sin pretender hacer en este momento un sesudo ejercicio de revisionismo histórico, estos antecedentes vienen a cuento dado los acontecimientos que se verificaron este jueves en el Congreso Provincial, donde también se impidió el ingreso de compañerxs con excusas burocráticas, no se permitió el reemplazo de los congresales titulares por los suplentes en aquellos casos justificados y lo peor: se censuró la palabra de todo aquel dirigente que no estuviera alineado con el deseo del presidente del partido.
Una conclusión preliminar deja en evidencia que solo le interesó a Rubén Rivarola estallar las posibilidades de unidad y ofrendar un probable triunfo electoral el 27 de junio a Gerardo Morales y sus listas, lo cual lo catapultará en la interna de JxC como precandidato presidencial con un valioso pergamino.
¿Escapa a RR esta posibilidad? Desde luego que no…! Pensar lo contrario sería ofender su inteligencia. Entonces porqué lo hace..? Cada uno de nosotros encontrará una respuesta posible…
Hoy la encrucijada política la tienen que afrontar quienes representan y provocaron la esperanza de genuino trasvasamiento generacional en muchos simpatizantes, adherentes, militantes de base y dirigentes políticos del campo nacional y popular con la expectativa de un Frente de Todos que vuelva a triunfar en la provincia y diga Basta Morales
La diputada nacional María Carolina Moisés y el senador nacional Guillermo Eugenio Mario Snopek son quienes vienen demostrando en ambas cámaras la verdadera oposición al gobierno provincial y denunciando las violaciones sistemáticas del poder judicial cooptado por el radicalismo y la irresponsabilidad del llamado a elecciones provinciales en pleno invierno.
La responsabilidad de la renovación está en sus manos, estimadxs compañerxs.