Lobo 2025: Módolo renueva plantel e incorpora inteligencia artificial y neurociencia

La semana pasada, Matías Módolo firmó con el Lobo para continuar al frente del cuerpo técnico para la temporada 2025. Por estos días, están trabajando intensamente en el armado de listas de posibles incorporaciones y también de eventuales bajas, para comenzar los entrenamientos el 3 de enero.

En diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5) el técnico hizo un balance de la última temporada, analizó aciertos y errores, y reveló las herramientas innovadoras que está utilizando en su trabajo, como la neurociencia y la inteligencia artificial.

-¿Cómo se están preparando para la pretemporada? 

-Es la última semana de trabajo en campo. Después tendrán una rutina de seguimiento para que el período sin entrenamiento formal no sea tan largo y poder retornar el 3 de enero. También es una semana para terminar de definir renovaciones, desvinculaciones y contrataciones. Estamos trabajando muchísimo.

-¿Las altas y bajas serán una depuración fuerte del plantel?

-Sí. No sé si depuración es la palabra, aunque se usa. Quizá lo más acertado puede ser decir que es una renovación. Todos necesitamos en algún momento cerrar ciclos, cambiar de aire, encontrar nuestra mejor versión en otro lado. Y mi función es analizar cuáles son los futbolistas que nos han dado mucho y nos pueden seguir dando, y pensar en un armado con futbolistas que tengan quizás más herramientas para jugar a lo que me propongo para el año que viene, que sean más adaptables a mi modelo o sistema de juego.

-¿Cuál es la búsqueda? 

-Estamos buscando una mistura. El sentido de pertenencia, porque hay muchachos que continúan, que ya están casi finalizadas las renovaciones, y experiencia, que la tenemos, porque tenemos jugadores de edad y con dos o tres ciclos ya en el club. Y también buscar jerarquía en algunas posiciones, y juventud, frescura y hambre de gloria para competir en el puesto, porque la idea es tener dos futbolistas por puesto que compitan por el lugar.

-Va a ser un plantel no muy numeroso, más bien un poco corto. Sobre todo teniendo en cuenta que las temporadas son largas. 

-Sí, tal cual. Aunque decir corto da la sensación de algo que no alcanza. Vamos a tratar de armar un plantel donde tengamos las herramientas necesarias, teniendo en cuenta que pueden pasar situaciones inesperadas. Sabemos que las lesiones te permiten cupo, que en junio se pueden incorporar normalmente cuatro refuerzos. Pero vamos a tratar de hacer un plantel mediano con 27 o 28 jugadores, con cuatro arqueros y juveniles, porque tenemos algunos futbolistas jóvenes del club que también pueden integrar el plantel. La idea es no llegar a los 30 porque un plantel largo hace que el puesto pierda competitividad.

-¿Eso quiere decir que a algunos jugadores se les van las ganas? 

-Sí. Si tenés más de 30, hay 12, 13 o 14 jugadores que se quedan afuera de cada convocatoria y son los que te calientan la oreja porque se van enojados a la casa. Pero también nuestra función es que con los 28 o 29 jugadores que estén tengamos un solo objetivo, y que ese objetivo esté por encima de lo individual.

-Eso de «calentar la oreja» no debe ser agradable para usted ni para el que se queda afuera. 

-Totalmente. A mí me gusta tener futbolistas que quieren jugar, que quieren estar. No me gusta que se vayan enojados. Pero yo creo que las habilidades del entrenador, aparte de lo técnico y táctico, van mucho por la gestión del grupo. Que puedan entender que uno tiene que tener 28 futbolistas pero que no puede ir contra las reglas. Se citan 20, juegan 11 y eso es lo que mantiene la cohesión del grupo.

-Sobre el armado del equipo para la próxima temporada, ¿ya hay apalabrados?

-Sí. Hacemos una carpeta grande y después empezamos a filtrar en base a su vínculo contractual, si tiene contrato con un club y es un préstamo con cargo ya el futbolista es difícil de traer. Si está cómodo donde está, lo vas tachando. Y así van quedando entre cinco y seis futbolistas por posición y empiezan las conversaciones, si le gustaría venir, qué intención tiene para lo que viene. Después el club sondea si sus pretensiones y nuestras posibilidades están cerca.

-¿Están avanzados en eso? 

-Eso ya lo tenemos hecho con diez o doce futbolistas. Vamos avanzando.

-¿Su intención es que el plantel esté armado antes del 3 de enero?

-Eso sería lo ideal, pero el calendario es un poco leonino para nosotros. Sobre todo para los clubes que no pudieron clasificar, porque tienen dos meses sin competencia y de repente, después de brindar el 31, el 2 ya tenés que estar entrenando, a más tardar el 3, porque el mínimo de un período preparatorio es de entre cuatro y seis semanas. Lo mejor son seis. Nosotros tendríamos cuatro, pero nos permitiría tener por lo menos el 80 por ciento del plantel para esa fecha y prepararnos con los que creemos que van a comenzar el torneo.

Lo que viene

-¿Ya tiene pensada la columna vertebral para 2025?

-No, falta todavía un poquito, porque todavía no se oficializó ninguna renovación. Creo que en los próximos días va a empezar a haber novedades.

-Ya la debe tener en la cabeza. 

-No. Lo que tengo es que en esas posiciones tenemos que incorporar futbolistas de una jerarquía importante. Aparte tenemos que ser honestos y autocríticos. La falta de efectividad en el área contraria y algunos errores en nuestra propia valla nos costaron quizás muy caros, entonces tenemos que solucionar ese problema desde el arranque. En eso es en lo que más estamos trabajando.

-Que los 9 no hagan goles es terrible, no solo para el cuerpo técnico sino para el propio jugador, que vive de hacer goles. 

-Sí, sí. Por eso tuvimos charlas con los delanteros cuando terminó el año y se hizo el balance. Ellos saben que viven del gol y que al no hacer goles, su función no está cumplida. Pero la verdad es que hay un respeto y un agradecimiento profundo, porque en esos momentos en lugar de pincharse o bajar su rendimiento, fue cuando más se comprometieron con el equipo, con el funcionamiento colectivo. El tema es que lamentablemente no nos alcanzó eso y tenemos que tratar de subsanarlo.

Nuevas herramientas

-En los últimos años parece haberse dado una acumulación de funciones del cuerpo técnico. Antes entrenaban jugadores nomás, y hoy el rol del DT cambió, hay otras cuestiones que pasan incluso por el ánimo. ¿Es así? 

-Sí, totalmente. Yo tengo una escuela de entrenadores y se nota mucho cómo se ha ampliado el plan de estudios. Se incorporaron neurociencias, gestión del lenguaje, administración y conducción de equipos. Hoy el entrenador tiene que tener habilidades para conducir, para liderar, para gestionar emociones, para comunicar. Esto no tiene que ir en detrimento de la lectura de lo futbolístico, que creo yo es la función indispensable, la básica. Pero si no crece en las otras y no evoluciona, va quedando un poco relegado.

-¿Incorporó también la inteligencia artificial en su trabajo?

-Sí, la utilizamos para funciones de evaluación. Yo entiendo que la tecnología suma herramientas, pero para mí son soportes, ayudas. En el fútbol moderno lo tienen como eje central de la metodología, los drones, los GPS; pero para mí son accesorios. Sirven, nosotros los utilizamos mucho para hacer los filtros de los futbolistas que estamos scouteando para incorporar y también para detectar patrones de juego del rival.

-Ese es un gran cambio en el trabajo del cuerpo técnico.   

-No es tan sofisticado. O al menos tratamos de que no lo sea. Pero hoy tener un mapa de calor o tener un patrón de que por ejemplo de tantos tiros de esquina el 80 por ciento va al primer sector, nos permite defender mejor esa pelota. Entonces la big data va colaborando para que uno pueda trabajar en la semana con datos más certeros. Después está el fútbol, es el deporte más lindo del mundo, donde a veces aparece un desorejado que rompe el molde, hace dos gambetas o un error y tira por la borda todo eso. Pero creo que no por eso hay que dejar de tenerlo, incorporarlo.

-Es el caso del Arsenal de Inglaterra, que contrató una persona para los córner defensivos y ofensivos, que ve cómo poner los jugadores de tal manera que siempre gana uno, en cualquiera de las dos áreas. 

-Sí. Es que el fútbol se va profesionalizando y va tomando muchas cosas de otros deportes, como las estadísticas del básquet o el fútbol americano, o el hecho de tener un head coach y después un entrenador por línea, que sea un especialista en cada línea de juego. Nosotros lo hacemos más a lo argentino, digamos. Nos distribuimos funciones.

-¿Cómo es eso? 

-Por ejemplo, el tano Orsini se ocupa de todo lo que es la pelota detenida en contra y yo hago la pelota detenida a favor. Y después tenemos funciones distribuidas, con un analista en altura pasándonos información por el handy. También incorporar una sesión en la semana donde se trabaje específico por línea. Es que a medida que uno va subiendo de nivel, tiene que achicar el margen de error y buscar la excelencia.

-Esos márgenes de error a veces son indescifrables, porque pasa que alguien patea de 60 metros, el arquero está adelantado y te la manda a guardar. 

-Claro. Y tenemos que darnos cuenta de que los futbolistas más cotizados son los que tienen esa capacidad de ganar partidos. Un jugador como el Dibu Martínez, que gana un partido desde el arco.

-Usted tuvo un arquero que era salvapartido, Alan Sosa. No ganaba pero los salvaba. Y hoy no está. 

-Eso era producto de su buen nivel. Yo siempre lo remarco; el equipo y la solidez de toda la defensa hizo que le llegara muy poco a Alan. Un arquero de un equipo grande es un arquero al que le llegan dos veces, tres por tiempo, y responde como lo hacen los grandes arqueros. Nosotros trabajamos mucho que el arquero nuestro no está para atajar sino para evitar los goles. A veces desde la voz de mando, del orden de la defensa, llamando la atención cuando algún compañero está distraído o mal posicionado, puede evitar un gol o lograr que le pateen muchas menos veces.

El análisis del 2023

-La temporada que se viene va a ser un torneo muy competitivo. 

-Sí, la primera nacional es así. Se dice por ahí que se evalúa un cambio de formato, con una zona que tenga que ver más con la región, pero la verdad es que es apasionante que cualquier equipo le gana a cualquiera. Nosotros vencimos a Tucumán, a San Juan, pudimos ganarle a San Miguel. Después nos tocó perder con equipos que venían abajo en la tabla, como Patronato, o Racing, que estaba a mitad de tabla. Eso habla de lo difícil que es.

-¿Qué balance general hace? 

-Siempre que tengo la posibilidad, destaco que creo que hemos sentado una buena base. Nos queda la sensación de gusto a poco en el último tramo, pero no tenemos que perder de vista que hay equipos muy importantes de la categoría, con un presupuesto muy elevado, que se armaron directamente para ascender y no pudieron siquiera estar entre los primeros ocho. Es el caso de Ferro, Atlanta, Estudiantes de Río Cuarto, Colón, Rafaela, que termina yéndose al descenso. Creo que es importante remarcarlo porque colabora a bajar la ansiedad y entender que es cuestión de sumar esfuerzos, de tener en claro el rumbo y que así y todo terminás dependiendo de detalles. Nosotros podríamos haber clasificado dos fechas antes, y así y todo no poder ganarle a Chacarita. Creo que nos generó ese partido que todos sentíamos que definir en casa nos iba a dar un plus.

-¿Por qué no se dio?

-Yo creo que hubo un poco de todo. Fue el partido más fatídico para nosotros como cuerpo técnico para armar el once porque tuvimos, aparte de las tres o cuatro amonestaciones, cuatro bajas por enfermedad. La noche previa Endrizzi con un cuadro gripal. En la entrada en calor, infiltrando a Bigo, tuvo una descompensación producto de la jeringa. No fue sencillo. Cuando uno pone un equipo en cancha que nunca lo hizo juntos, por más que sean buenos futbolistas, no es lo mismo que entren uno o dos a que entren cinco jugadores. Uno les da la confianza, pero también entiende que le va a llevar un tiempito adaptarse, reconocerse en el campo. Y creo también que ese día Chacarita jugó muy motivado por su gente, con una cancha repleta. Me quedó una sensación de trago amargo, porque sentí que el equipo se brindó, que a pesar de las bajas le hizo un partido de igual a igual. Chacarita jugó con todos sus titulares. Y si bien podríamos haberlo ganado, fue un partido de ida y vuelta. Estaba para cualquiera.

-Sirve como experiencia para lo que se viene. 

-Sí, aunque en realidad fue una situación que es raro que se repita. Es raro tener tantas bajas para un partido que por un lado es decisivo porque define la localía, pero por el otro lado son situaciones donde lo único que termina definiendo si tu decisión fue acertada o no es el resultado. Si nosotros le ganábamos a Chacarita y nos comíamos una amonestación a Dematei, a Cosaro, a Soria, o teníamos lesionado un jugador fundamental, seguramente que la noticia al otro día iba a ser que no cuidamos a los futbolistas con más minutos. Pero cuando uno toma decisiones, lo hace con las herramientas que tiene en el momento. Y la verdad es que creo que fue acertada, pero nos faltó un plus. Y fue también producto de que cuatro o cinco fechas antes estábamos con la duda de si íbamos a clasificar o no, y una vez clasificados quizás sentimos que estábamos para ir a Chacarita y ganar dos, tres a cero. También el entusiasmo y ver que hicimos un gran partido contra Estudiantes nos generó una expectativa muy alta. Después la realidad es que fuimos un equipo muy competitivo, pero que no estábamos para ganarle a Chacarita de taquito en su cancha, y menos con nueve bajas. Así que si uno lo mira desde ese punto de vista, es un poco más benévolo con lo que pasó.

-Hay jugadores que pueden jugar con cuatro amarillas y bancarse un partido sin jugar con la quinta. Algunos se dejaron amonestar antes del partido con Chacarita cuando la podían haber bancado. 

-Es cierto. Hay jugadores que tienen mucha experiencia. Pero eso responde a la lógica. Y en el fútbol, si uno pretende ir a Chacarita a ganar o ganar, no le puede pedir a un futbolista que tenga cuidado, porque si hay una jugada límite yo no le voy a permitir que especule para que no lo amonesten. El error sería mío por poner un futbolista que ya está condicionado. Y la verdad es que lo que quiere el futbolista es jugar el Reducido. Ese era nuestro objetivo claro. Después, jugar de local era una segunda opción. Entonces, después de haber logrado la clasificación al Reducido, poner a un futbolista condicionado en la última fecha, es un arma de doble filo. Pero bueno, tomamos esa decisión y salió como salió. Tampoco tenía muchas posibilidades de cambiar. Es bueno aclarar cómo fueron las cosas. La gente que acompañó al equipo sabe que nosotros disfrutamos mucho jugar en nuestra cancha y de ninguna manera especulamos con nada, pero son situaciones límite que no salen siempre como uno espera.

-Antes mencionó la posibilidad de que se cambie el formato del torneo. ¿Qué sabe de eso? 

-Tengo entendido que hay una propuesta para achicar los viajes. Este año los costos de logística casi se cuadruplicaron. Nosotros, junto a Deportivo Madryn y Brown de Madryn, somos los que más kilómetros transitamos. Y no solamente eso, sino que es complejo el horario del vuelo que tiene Jujuy a Buenos Aires. Llegar a la 1 de la madrugada y al otro día jugar no está en los términos no digo ideales sino normales, porque siendo el viaje de dos horas vos tenés que contar dos horas antes y dos después. No es algo para tomar a la ligera. Pero tampoco es una excusa. Es algo que hay que analizar, ver cuál es la mejor logística para que el equipo tenga competitividad.

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