Los dos carnavales de Paso de los Libres: el ‘cheto’ del sambódromo y el popular de la calle 

Por Gaby Tijman. El carnaval de la localidad correntina de Paso de los Libres tiene 140 años y es el más antiguo del país. Hace dos décadas sufrió una transformación que lo partió en dos: está el oficial, el Carnaval de la Frontera, que se realiza en el sambódromo, donde la entrada cuesta unos 300 pesos, y está el popular, protagonizado por las comparsas tradicionales que cada año copan un bulevar mientras las ventanas del barrio se transforman, por pocos días, en quiosquitos familiares.

Por estos días, el gobierno de la provincia de Jujuy anuncia con entusiasmo la inauguración del «carnavalódromo» en la Ciudad Cultural de San Salvador de Jujuy, con la participación estelar de Los Tekis, y adelanta que implicará un ingreso diario promedio de 30 millones de pesos. Frente a las dificultades que enfrentan las comparsas de la Quebrada y la Puna, la historia del carnaval de Paso de los Libres resulta un espejo en el que vale la pena mirarse.

“El carnaval supo ser popular en corrientes, pero ahora es bastante caro”, sintetizó el periodista Gabriel Link en diálogo con el programa Día 6 (sábados de 16 a 19, 91.5 MHz.). “Antes se hacía en la calle central y era gratuito; era la expresión cultural más potente de Paso de los Libres, el evento más igualador”, describió.

En esos tiempos, había dos comparsas grandes, una especie de River-Boca caranavalero. Todos los libreños pertenecían a una o a otra. Y había además cinco o seis más pequeñas, que variaban año a año, que representaban a clubes o barrios y hacían todo a pulmón.

Todo empezó a cambiar a principios de los 2000. “Con el radicalismo en el poder, se construyó un sambódromo, agarraron las comparsas grandes, las pusieron ahí y sumaron a algunas de las chiquitas, que fueron creciendo”, relató Link.

Al principio, el carnaval del sambódromo tuvo precios accesibles, pero de a poco se fue armando un negocio. “Lo convirtieron en un carnaval de elite, donde la entrada cuesta 300 pesos, una mesa sale 3000, una Coca 100 pesos y una cerveza, 150. Es un carnaval para otros”, agregó.

Sin embargo, la esencia del carnaval popular no se perdió. Hay otro que se desarrolla en la calle, en un sector de la ciudad donde están los barrios de los planes de vivienda. Allí las comparsas desfilan por un bulevar mientras los vecinos abren sus ventanas para vender bebidas, hamburguesas, cigarrillos… También hay mesas, que no cuestan más de 500 pesos.

“Cada vez está más lindo”, contó entusiasmado Gabriel Link. Tan lindo está, que muchos consideran que merece ir al sambódromo, con entrada gratuita. Pero esta opinión no es unánime: “Las comparsas no quieren ir al sambódromo, porque ahí son cinco o seis vivos que agarran las cantinas y se llenan de plata, mientras que en el carnaval popular cada ventana es un quiosquito, la gente gana un mango y nadie se enriquece”, relató.

“Es decir que hay un carnaval para pobres y uno para ricos, una expresión natural del radicalismo”, definió Link.

Mucho se habla del rol del Estado a la hora de sostener la cultura popular. Puede ser tóxico, cuando pretende estandarizar y convertir las tradiciones en un negocio, o puede ser un vehículo para que se mantengan vivas.

En Paso de los Libres, el carnaval de 2018 significó un cambio. Con el triunfo del peronismo, una de las primeras medidas del intendente Martín Ascúa sobre el tema fue bajar los precios del sambódromo. “A pesar del 30 por ciento de inflación, la entrada fue más barata que en 2017. Todo tendía a ser mejor», relató el periodista.

Este año, cuando el municipio ya había puesto en marcha todo, la ciudad fue castigada con un temporal que causó tres muertos, destrozos y más de un millar de evacuados. Ascúa decidió entonces suspender el carnaval y destinar esos recursos a ayudar a los damnificados y reconstruir la ciudad.

“El chetaje puso el grito en el cielo -contó Link-, y entonces dos de las comparsas consiguieron un privado, el intendente las autorizó, les pasó lo que había organizado y por primera vez en la historia tenemos un carnaval privado. Por primera vez, las hermosísimas comparsas de Paso de los Libres desfilan para tribunas vacías”.

De este modo, la entrada que el municipio había fijado inicialmente en 100 pesos, terminó costando 300.

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