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Masiva votación le dijo No a la injerencia del gobierno en el sindicato de Ledesma

Por Miguel López. Pese a la suspensión de la elección de comisión directiva del sindicato azucarero de Ledesma que ordenó el Ministerio de Trabajo, más de un millar y medio de obreros concurrieron el 6 de julio a sufragar, haciendo respetar lo resuelto en la asamblea soberana del 26 de junio, legitimando el acto eleccionario y renovando el mandato de la lista gris.

Fueron 1715 los trabajadores azucareros que sufragaron, de un total de 3236 afiliados al Sindicato de Obreros y Empleados Azucareros del Ingenio Ledesma (Soeail). Es decir, un 53 por ciento del padrón concurrió a votar el 6 de julio, de 8 a 18 horas, en las diez mesas que puso la junta electoral afuera de los establecimientos laborales, tanto de la fábrica como del campo.

Con 1531 votos la lista Gris por tercera vez consecutiva ganó las elecciones de comisión directiva; por detrás se ubicaron la lista Verde, con 146 votos, y la Roja, con 34 votos. Los votos en blanco fueron solo 4.

Llevando estos números a porcentajes, la lista Gris se ubicó primera, con el 89,5 por ciento de los votos; la Verde tuvo el acompañamiento de un 8,5 por ciento de los votantes, y la Roja apenas consiguió el voto del 2 por ciento.

Cabe aclarar que la lista Roja anunció el día 4 de julio que habían «decidido no participar de las elecciones», y que la Verde se retiró de la contienda pasada la media mañana, a través de una declaración radial de su referente.

La injerencia del gobierno, que consideró la «ineficacia jurídica» de la asamblea por «desobediencia a la autoridad» y resolvió suspender nuevamente las elecciones en el Soeail, generó una mínima merma en la cantidad de votantes, si se compara esta elección de comisión directiva con las de los años 2014 (2035 votos emitidos de un padrón de 3250 afiliados) y 2011 (1945 votos emitidos de un padrón de 2897 afiliados), en las cuales también ganó la lista Gris.

La campaña mediática que propalaba la defensa de la suspensión del proceso electoral del Soeail efectuada por el gobierno, más los impedimentos que puso la empresa Ledesma -como la prohibición de que las mesas electorales estuvieran dentro del predio de la compañía azucarera y la negación de permisos para salir a votar en horario de trabajo- no bastaron para evitar que los obreros se dirijan masivamente a las urnas en defensa de la fecha de elecciones que resolvió su asamblea, como también del derecho a elegir democráticamente a sus representantes sindicales.

Ante la nueva suspensión del Ministerio de Trabajo, y por consiguiente frente la ausencia de veedores de la cartera laboral, constataron el acto eleccionario, haciendo las veces de veedores, tres escribanos, un juez de paz, abogados de organismos de derechos humanos nacionales y provinciales, como el CELS y Andhes, dirigentes sindicales de ATE y del SOEA La Esperanza, y legisladores de la provincia de Jujuy.

La legitimidad ganada 

De ahora en más se abre un nuevo escenario en el que el sindicato azucarero, valiéndose de la legitimidad obtenida en la asamblea del 26 de junio, a la que concurrieron 550 obreros, y en la elección de comisión directiva, en la que votaron 1715 afiliados, se defiende de la injerencia del Ministerio de Trabajo.

Este ministerio viene de suspender en dos oportunidades las elecciones, con la resolución del 14 de junio, que suspendió los comicios del 16 de ese mes, y esta última del 5 de julio, que invalidó la asamblea y volvió a suspender las elecciones previstas para el 6, basándose en una denuncia improcedente y obrando claramente a favor de la empresa Ledesma, de la familia Blaquier.

El clan patronal festeja cada una de las resoluciones del Ministerio de Trabajo, porque necesita un gremio sin representación sindical oficializada por el Ministerio de Trabajo y disciplinado por el Estado, para debilitar la organización obrera y aplicar su plan, que consiste en imponer un exiguo aumento salarial del 19 por ciento para toda la actividad e igualar para abajo los ingresos de los obreros de Jujuy y Salta con los de Tucumán, un 15 por ciento por debajo de los salarios de Jujuy y Salta.

De hacerse efectiva esta ofensiva patronal y gubernamental, los trabajadores del azúcar de Jujuy y Salta solo obtendrían un miserable incremento salarial del 4 por ciento y quedarían desprotegidos frente a una patronal que, la historia demuestra, no tiene ningún empacho en perseguir a activistas sindicales y delegados, suspender y despedir.

Pero como contrapartida a la estrategia empresarial, esta elección que reivindica la autonomía de las organizaciones obreras frente a cualquier intento de intromisión estatal o patronal, y pone de relieve el poder de la asamblea obrera como instancia de deliberación y resolución máxima del sindicato, debe servir para el avance de los trabajadores en la lucha por que el gobierno respete lo resuelto en la asamblea del 26 de junio, oficialice el acto eleccionario del 6 de julio, reconozca a la lista electa como representantes sindicales del Soeail y garantice que los trabajadores de Ledesma puedan ejercer el derecho a participar de las paritarias azucareras con sus representantes (dirigentes electos y delegados paritarios), ya que por ahora vienen participando de las instancias de negociación solo los abogados del sindicato.

Esta agenda básica y elemental de defensa de la organización y representación sindical frente al poder económico de los Blaquier y gubernamental de Mauricio Macri, es clave para que los trabajadores del azúcar en estas paritarias 2017 no pierdan frente a la inflación, conquisten un aumento salarial de 23.300 pesos para la Categoría 1 y eviten que las patronales del sector avancen sobre las condiciones laborales conquistadas por mas de un siglo de lucha.

La comisión directiva del Soeail recientemente electa debe llamar de modo urgente a una asamblea, para que las bases deliberen y resuelvan un plan de lucha en defensa del sindicato y del salario.

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