Foto: Dafne Gentinetta/Página/12

Mendoza: Comienzan los alegatos de Abuelas en el juicio por una apropiación

Con el eje centrado en la perspectiva de género y los argumentos alineados en torno del ataque a la maternidad como uno de los objetivos de los represores de la última dictadura cívico militar, Abuelas de Plaza de Mayo comenzará a desplegar este viernes, el Día Nacional por el Derecho a la Identidad y su aniversario número 44, su alegato en el juicio por la apropiación de la hija de Carlos Simón Poblete y María del Carmen Moyano que se desarrolla en Mendoza.

«Desde los distintos ángulos que lo pueda mirar, este es un juicio muy importante y simbólico» para Abuelas de Plaza de Mayo, indicó el abogado Emanuel Lovelli, que representa al organismo en la querella junto a Viviana Beigel, quien apuntó que «como pocos expresa la intención genocida del plan sistemático de exterminio y de apropiación de niños».

El debate oral y público por la apropiación de Miriam Poblete Moyano –quien nació en 1977 en la ESMA, fue arrebatada a su familia y supo de su verdadera identidad recién en 2017– tiene como acusados al policía retirado Armando Fernández y a su esposa, Iris Yolanda Luffi, quienes la inscribieron como hija propia de bebé, y Abelardo Santiago Garay, también integrante de la fuerza, quien falsificó su rol como testigo del nacimiento.

Afrontan cargos por retención y ocultamiento, supresión de identidad y falsificación de documentación de Miriam, en calidad de coautores.

Plan sistemático completo

El dato macabro de la historia es que Fernández fue jerarca de la estructura de inteligencia del Departamento de la Policía de Mendoza, «el D2», uno de los pilares de la represión ilegal en la provincia durante la última dictadura y años previos. «Es muy llamativo que Miriam terminara con Fernández, que persiguió a ‘Pichona’ Moyano desde 1974», destacó Lovelli.

Además, Fernández y su esposa tenían 4 hijos al momento en que se apropiaron de Miriam. «No pueden ni siquiera escudarse en el deseo de maternar y paternar, tan usado en otros casos de apropiación», sumó el abogado.

«Acá nada de eso ocurre, acá hubo una intencionalidad genocida: sacarle el hijo al enemigo, criarlo en el mismo lugar donde vivió el enemigo, mostrarlo, con esa intencionalidad propia del genocidio de destruir al grupo político. Es muy gráfico el caso y muy complejo también», completó.

Miriam supo su verdadero origen en 2017: su caso integraba una lista que la Comisión Hermanos de la regional mendocina de H.I.J.O.S. presentó ante la Unidad Fiscal de Asistencia en causas por violaciones a los derechos humanos en calidad de denuncia. Y la justicia avanzó.

Tiempo después, la joven recibió una citación judicial para aportar una muestra sanguínea. El cotejo con la base de datos del Banco Nacional de Datos Genéticos dio positiva: era la hija de María del Carmen “Pichona” Moyano y Carlos Poblete, militantes montoneros que fueron secuestrados entre abril y mayo de 1977, en Córdoba.

El embarazo que cursaba Pichona al momento de ser secuestrada estaba casi a término. Del centro clandestino La Perla, donde fue destinada la pareja al comienzo de su periplo en manos del terrorismo de Estado, ella fue trasladada a la ESMA, donde parió a Miriam. La «atendió» el médico represor Jorge Luis Magnacco.

Durante su testimonio en el debate oral, la nieta número 127 que hallaron las Abuelas de Plaza de Mayo en su camino de búsqueda que ya lleva 44 años relató que Fernández le confesó durante su adolescencia que no era hija de elles. «Me dijo que soy adoptada en condiciones no legales y que no sabía mi procedencia», contó en un testimonio en el que también confirmó que les apropiadores contaron con dos testigos falsos que acreditaran su nacimiento hogareño que no fue tal.

Desmaternar

«Uno de los ejes represivos estuvo centrado en la maternidad, pretendiendo que quienes militaron políticamente y se apartaron de la domesticidad eran mujeres que debían ser entendidas como ‘malas madres’, no merecían tener a sus hijos y, por ende, fueron desmaternalizadas», señaló Viviana Beigel.

«Estas mujeres no merecían ser consideradas mujeres, madres, esposas, hijas», remarcó en diálogo con este diario.

En ese sentido, la abogada sumó el apartamiento de los hijes a otros ítems que «sumaron a la destrucción psicológica de estas mujeres» militantes, víctimas del plan sistemático de tortura y exterminio que desplegaron los represores y sus cómplices durante la última dictadura.

«Los nacimientos en cautiverio y la violencia obstétrica al extremo generada en los espacios clandestinos de detención con la posterior apropiación de bebés fue la forma de desmaternalización sistemática más violenta, generando consecuencias tremendas», concluyó.

El alegato de Abuelas de Plaza de Mayo llega después de la exposición de la Fiscalía, que semanas atrás pidió condenas de hasta 15 años de prisión para los acusados. En esta audiencia, Viviana Beigel y Emanuel Lovelli alegarán en representación de Abuelas de Plaza de Mayo.

Por Ailín Bullentini, en Página/12

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