El canciller de México, Marcelo Ebrard, informó este domingo que un grupo de 20 exmiembros del Ejecutivo boliviano han sido acogidos en la residencia oficial de ese país en La Paz.
Ebrard destacó que esa acción de México se hace, «de conformidad a su tradición de asilo y no intervención», por lo que también extendieron el ofrecimiento de acogida al mandatario saliente, Evo Morales.
México,de conformidad a su tradición de asilo y no intervención, ha recibido a 20 personalidades del ejecutivo y legislativo de Bolivia en la residencia oficial en La Paz, de así decidirlo ofrceríamos asilo también a Evo Morales.
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) November 10, 2019
Minutos antes, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, detalló que será este lunes cuando su Gobierno dé a conocer «con amplitud» la postura ante la dimisión del mandatario boliviano, «quien prefirió renunciar a exponer a su pueblo a la violencia».
El analista político Luis Quintana asegura que esta postura del Gobierno de México no es nueva, porque ha «tendido la mano» con frecuencia a todos los proceso en América Latina que han buscado un «cauce pacifico, democrático y de inclusión social». Es el caso de Bolivia, se trata de una «situación de crisis» en la que los líderes bolivianos están siendo «depuestos por un golpe de Estado de carácter fascista».
Este experto subraya que, aunque Evo Morales ha ratificado que no pedirá asilo político, resulta «importante» la disposición que ha mostrado «un país tan importante como México» al ofrecer alternativas «diplomática y política», ya que el exmandatario podría ser detenido de «forma violenta y arbitraria» y su vida «está en juego».