El comisario retirado Eusebio Torres Romero, de 87 años, fue condenado a 30 años de cárcel por torturas contra dos hermanos y la esposa de uno de ellos durante la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989) en Paraguay. Debido a su avanzada edad no irá a prisión y cumplirá arresto domiciliario.
«Condenar a Eusebio Torres Romero (…) a la pena privativa de libertad máxima de 30 años de cárcel», dijo el presidente del Tribunal de Sentencia Juan Francisco Ortiz durante la última sesión del juicio oral y público.
El veredicto sobre este caso, por hechos ocurridos en 1976, fue acompañado por el voto unánime de los integrantes del tribunal. La lectura de la sentencia llegó luego de que el tribunal determinara que «los delitos de lesa humanidad no prescriben» en Paraguay.
De acuerdo al informe final la Comisión de Verdad y Justicia, publicado en 2008, que analizó el testimonio de casi 10.000 víctimas directas de la dictadura, durante los 35 años de gobierno de Stroessner, casi 19.000 personas fueron torturadas, 336 desaparecidas, 56 ejecutadas extraoficialmente y casi 3.500 debieron partir al exilio.
El rol de Torres Romero
En el juicio «quedó probado que Eusebio Torres Romero sometió a todo tipo de torturas a los hermanos Carlos Ernesto y Luis Alberto Casco y la esposa del primero (ya fallecida) Teresa Dejesús Aguilera de Casco», señaló el juez Manuel Aguirre.
«Se torturaba a lo largo y ancho del país a todos aquellos que eran considerados como opositores al régimen dictatorial», leyó el magistrado.
La sentencia agregó que «Torres era el que dirigía los interrogatorios a los presos que estaban alojados en el Departamento de Investigaciones de la Policía. Era el único policía con título de abogado».
Durante el juicio, uno de los testigos, Carlos Arestivo, quien tiene un ojo de vidrio, recordó que Torres lo torturó con un «látigo trenzado de cuero»: «Comienza a castigarme, así con rabia, con mucha rabia, como si yo le hubiera pateado a su madre, y uno de esos latigazos se va a mi ojo y me revienta el cristalino», señaló.
El juez Aguirre dijo que «los agentes de Investigaciones, por orden de Eusebio Torres, utilizaban cachiporras, picanas eléctricas, látigos y otros elementos para los hechos de tortura en contra de los presos políticos».
«Se hizo justicia»
La fiscal del caso, Sonia Sanguinez, logró probar, con las declaraciones de más de 20 testigos, las acusaciones contra Torres Romero. Los jueces, luego de estudiar el caso, decidieron otorgar la pena máxima, que fue festejada por las víctimas que alzaron los puños en alto y estallaron en júbilo ante la histórica decisión judicial.
«La verdad es que no esperábamos esta sentencia ejemplar. Se hizo justicia», dijo entre sollozos Carlos Casco, uno de los dos hermanos querellantes.
La palabra del torturador
En las audiencias, que comenzaron hace dos semanas, Torres -quien negó las acusaciones- asistió sin palabras a través de una computadora desde su casa debido al arresto domiciliario que cumple. Antes de la deliberación del tribunal, el expolicía pidió su absolución de culpa y pena.
«En 49 años que transcurrieron de aquella época que ellos sufrieron fue suficiente tiempo para confundirme, ellos están confundidos. Me confundieron con otras personas, por esa razón que yo creo que corresponde mi absolución de culpa y pena, que no afecte mi honorabilidad», dijo Torres.