Por Juan Enrique Giusti*. Hace un tiempo asistimos al bombardeo mediático de que el principal problema del gobierno entrante son las Leliqs. No es casualidad que los medios de comunicación hegemónicos y que los economistas de la «City Financiera» promuevan el desarme de la letras.
¿Qué son las Leliqs? Son un instrumento financiero del Banco Central de República Argentina (BCRA) que utiliza para manejar la tasa de interés, y por lo tanto el tipo de cambio del peso con el dólar.
Son emitidas en pesos, que es la moneda que el Estado emite, y a su vez son la contraparte de los depósitos de los ahorristas de su dinero depositado en un plazo fijo, fondo de inversión e incluso del dinero que tiene la gente en las billeteras virtuales como Mercado Pago, Ualá, Personal Pay o Naranja X.
Entre otras, las funciones establecidas por la Carta orgánica del BCRA son:
- regular el funcionamiento del sistema financiero
- regular la cantidad de dinero y las tasas de interés
- regular y orientar el crédito
- contribuir al buen funcionamiento del mercado de capitales
- ejecutar la política cambiaria, para lo cual el mismo banco se vale de este tipo de activos financieros
El BCRA es el BANCO de BANCOS. No tiene que dar ganancias. Su función es regular el mercado y darle estabilidad al sistema bancario.
A su vez, las letras de liquidez funcionan como un instrumento de contención para que los pesos no se vayan al dólar, presionando el tipo de cambio y aumentado en consecuencia la inflación.
Hay que tener presente que en nuestra economía el tipo de cambio funciona como variable distributiva; por eso, a mayor tipo de cambio, mayores son los precios, y eso es más transferencia de riqueza de los asalariados a la clase rentista exportadora.
Para desarmar las Leliqs no hay que dolarizar esa deuda, como pretenden hacer Milei y Caputo. Las leliqs se desarman creciendo, en tanto haya oportunidades reales en la inversión para los bancos privados.
La dolarización de las Leliqs hoy es un negocio formidable para los bancos, ya que cambian instrumentos en pesos (que tuvieron un excelente rendimiento) por dólares frescos y cara grande; dólares que luego los fugan, terminando el proceso de toma de ganancias de las Leliqs.
Van a hacer lo que ya hicieron con Sturzenegger, Dujovne y Caputo en 2018. Y son los mismos bancos los que (a través de los medios de comunicación) fogonean la toma de deuda en dólares para así hacer ellos el negocio de la década.
Si bien podemos considerar que la masa de Leliqs es voluminosa, y al ser además un instrumento de corto tiempo esto genera ruido, nunca la solución será tomar deuda en una moneda que no emitimos (dólar) para cambiar por deuda en una moneda que sí emitimos (pesos).
Las posibles soluciones deben pasar por tasas de interés reales positivas como política de Estado. ¿Qué significa esto? Que de una vez por todas, el que apueste al dólar pierda y los argentinos prefieran ahorrar en la moneda local, a fin de quitar presión al dólar.
Obviamente, para que ello acontezca, como mínimo tenés que tener un Presidente que no diga que el peso no vale ni el papel en el que está impreso (o excremento), pero como toda política de estado, esta tiene un tiempo largo de maduración.
Una posible solución puede ser un canje compulsivo de las Leliqs por un bono en pesos con tasas positivas o dólar linked a 5 años, con pagos parciales, salvo que los bancos destinen esos fondos a inversión productiva, así los podrían canjear antes.
Eso sí, vas a tener que parártele a los bancos, y no lo veo al «Toto de la Champions», al «Messi de las Finanzas» Luis «Toto» Caputo peleándose con los bancos. Es más, creo que su función es terminar el proceso de saqueo inconcluso en 2019 con el macrismo.
De lo que sí tengo plena certeza, es que hoy las Leliqs no son un problema, y en cambió sí sería un problema cambiar las Leliqs por una nueva deuda en dólares con fondos extranjeros, ya que lo único que hace una medida de ese tipo es debilitar más la economía, ya que la tasa a pagar hoy sería cercana al 30 % en dólares (22 de riesgo país y 6 de la tasa de la Reserva Federal), acrecentando más las posibilidades de default.
Además, Milei dijo este miércoles que la economía va a sufrir una «estanflación» de 18 a 24 meses. Dejame que yo te lo traduzca: Javier Milei dijo que en los próximos 18-24 meses va a haber un feroz ajuste, y ese ajuste lo van a pagar los argentinos.
Es probable, aunque personalmente no lo creo, que en 24 meses se haya terminado la inflación a costa de una desocupación del 25 % (hoy es del 6%), paritarias a la baja, aumento de la pobreza a niveles cercanos al 60 % y una participación salarial de los trabajadores sobre el PBI del 23 %, como ya pasó en 2001.
Pienso que Javier Milei viene a completar el trabajo de su nuevo socio, Mauricio Macri, de transferir recursos de las clases populares a las clases rentistas. Por eso en campaña prometió un ajuste, aunque le mintió al electorado sobre quién lo iba a pagar. Milei juraba y perjuraba que el ajuste lo iba a pagar la «casta», pero al final el ajuste lo hace la «casta» y lo pagará, como siempre, el pueblo trabajador.
Por último, agradezco a Alejandro Fiorito y a Guido Aschieri por sus comentarios y aportes para escribir esta nota a pedido del Flaco Politi.
* Abogado y militante peronista, San Pedro de Jujuy