En marzo se termina el verano, pero la inflación seguirá caliente. Producto de los tarifazos, del arrastre estadístico de febrero y del inicio de las clases, se espera que la variación mensual de los precios ronde el 3% y cierre un primer trimestre por encima del 10 por ciento.
Las consultoras, que a inicios de año estimaban una sensible baja en los índices inflacionarios, hoy pegan un volantazo y advierten que en febrero el costo de vida estará muy cerca del 4%, mientras que el de marzo rondará el 3 por ciento. Si a ello se le suma el 2,9% que clavó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) para enero, el primer trimestre de 2019 cerrará por encima del 10 por ciento.
La Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) fue una de las pocas investigadoras que habló a principios de año de un 10% para el primer trimestre. Su rector, Nicolás Trotta, explicó a Tiempo: «Empezamos el año con una proyección piso de inflación del 30,7%. Entonces, tenemos el peor de los escenarios, con una caída de consumo, del PBI y una inflación que seguirá superando récords hasta marzo, inclusive».
Uno de los puntos clave para presumir una inflación elevada en marzo es el tarifazo. Durante ese mes, aumentarán celulares, peajes, electricidad, combustible y transporte. Además, también influye la tradicional alza de precios en librerías producto del inicio de las clases. «Se supone que la inflación de marzo va a rondar el 3 por ciento. Va a ser un mes caliente por cuestiones vinculadas al inicio del ciclo lectivo, más allá de que otros ítems, como la recreación, bajarán por la situación estacional. En el mejor de los casos, la inflación va a estar estable», analizó.
Si bien el primer trimestre será lapidario, la inflación cederá más adelante. «Si no hay una corrida cambiaria como la del año pasado, la inflación va a descender de casi el 50% actual pero va a superar al 30 por ciento. Y los salarios no van a lograr recomponer la enorme pérdida de 2018», analizó Trotta.
Hernán Letcher, titular del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), apuntó: «Las expectativas quedaron atrás rápidamente. El gobierno arrancó planteando una inflación del 23% y hoy en el discurso (de apertura de sesiones en el Congreso), el propio Macri reconoció que será mucho más alta. Adelantó todos los incrementos futuros de la Asignación Universal por Hijo (AUH), lo que significa, por un lado, el reconocimiento de la situación crítica que están viviendo los sectores más vulnerables. Pero, además, el aumento se hace en base a una estimación de inflación que supera al 30 por ciento. Esa es la hipótesis de inflación del gobierno. Algo parecido ocurrió el año pasado. Se volvieron a quemar los papeles de la ortodoxia».
Para Trotta, «todos los años el gobierno incumplió deliberadamente con la proyección de inflación, para planchar paritarias, a partir de la visión liberal que tienen». En el mismo sentido, el rector de la UMET cuestionó a las consultoras. «Hay ciertas consultoras que, en lugar de analizar la información objetiva, se transforman en voces utilizadas por el gobierno. Muchas proyecciones que han hecho distaron mucho de la realidad. No sé si es subordinación al gobierno, equivocación o lo hacen directamente para aumentar el negocio financiero de sus clientes», advirtió.
Trotta destacó que el sector más golpeado por la inflación es el conformado por los más vulnerables. «En el decil 1 (10% más pobre de la población), la inflación acumulada en la era Macri fue del 200%. En el decil 10 (10% más rico), del 160%. Son casi 40 puntos de diferencia en contra de los más pobres».
Por Jonathan Raed, en Tiempo.