El Submarino Jujuy Noticias de Jujuy, Argentina y el mundo
Durante la sesión del Senado, oficialistas y opositores se cruzaron en duros términos por la visita del presidente Alberto Fernández a la dirigente Milagro Sala en Jujuy. Los protagonistas fueron Guillermo Snopek, del interbloque Frente de Todos, y su colega Luis Naidenoff, del radicalismo, quien apoyó al gobernador Gerardo Morales y atacó al presidente y a la dirigente social.
El momento más caliente se vivió cuando Snopek se levantó de su banca para increpar al legislador radical, quien dijo que “los problemas de familia no se tocan acá», en obvia alusión a que la hermana del senador es la esposa del mandatario jujeño. La presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, le pidió que volviera a su sitio.
En su intervención en el recinto, Snopek acusó a Morales de utilizar a la Justicia para acallar las voces opositoras en la provincia. «En Jujuy hoy no existe la división de poderes», afirmó, y más adelante sentenció: «La justicia de Jujuy es el instrumento para acallar las voluntades políticas».
Tras la intervención de Naidenoff, quien criticó al presidente Fernández por su visita a Sala en el sanatorio donde se encuentra internada desde el lunes pasado debido a una trombosis venosa profunda en su pierna izquierda.
“Quiero advertir sobre la gravedad de esta visita desde el punto de vista jurídico y político. El artículo 109 de la Constitución Nacional establece que en ningún caso el presidente puede ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o reestablecer las fenecidas. Esta visita, esta idea de arremeter contra la Justicia y la Corte Suprema atenta contra el espíritu de este artículo constitucional”, dijo el radical.
En el medio de su alocución, y sin mirarlo, Naidenoff señaló que “los problemas de familia se atienden en otro lado”, lo que eso enfureció a Snopek, quien lo habría invitado a salir del recinto y el senador radical con sus gestos, aceptaba la convocatoria.
Lo atajó el senador Martín Lousteau; también le pidió calma su compañera de bancada, Anabel Fernández Sagasti, mientras Cristina Kirchner le ordenaba que retornara a su banca.
