Sin apuro, el juez Pullen Llermanos también firmará la domiciliaria para Milagro Sala en El Carmen

Tras inspeccionar la casa de Milagro Sala ubicada en El Carmen, el juez Pablo Pullen Llermanos afirmó que se tomará “todo el tiempo que sea necesario” para decidir si cumple o no con la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero adelantó que buscará la «coherencia institucional», confirmando de manera implícita que firmará la domiciliaria de la dirigente social en ese inmueble, tal como ya lo hizo el juez Gastón Mercau.

Pullen Llermanos es uno de los dos jueces que tienen a su cargo causas en las que la dirigente social tiene dictada la prisión preventiva. El otro, Mercau, resolvió este martes que Sala -quien cumple hoy 579 días detenida- debe cumplir la prisión domiciliaria en la casa de El Carmen, a pesar de que solo había visto fotos, según él mismo admitió.

Temprano esta mañana, Pullen Llermanos se trasladó para comprobar de manera directa el estado de la propiedad. Si bien no reveló cuál será su decisión, adelantó que va a “tratar de que haya coherencia institucional”, en referencia a la decisión de Mercau.

El juez admitió que la casa está en estado de abandono, pero consideró que “no es nada que no se pueda solucionar a la brevedad”.

Pullen se ocupó de dejar bien claro que, a su entender, la medida cautelar dictada por la CIDH no es de cumplimiento obligatorio.

Esta afirmación viene a contramano de las posiciones que se fueron tomando en los últimos días desde el poder político y judicial. El propio gobernador Gerardo Morales admitió que el Estado nacional está obligado a cumplir con la cautelar, aclarando desde luego que no está de acuerdo. También la presidenta del Superior Tribunal de Justicia, Clara Langhe de Falcone, se pronunció en el mismo sentido, más allá de descalificar al organismo internacional. Para Pullen Llermanos, estas son solo “opiniones”.

En la improvisada rueda de prensa que se realizó al salir de la casa de El Carmen, se le consultó al funcionario judicial el motivo por el cual no dictaba la domiciliaria para Milagro Sala en su casa del barrio de Cuyaya, en San Salvador, siendo que su esposo Raúl Noro estuvo en esa condición por algunas semanas el año pasado, en esa vivienda. “Son personas diferentes”, respondió Pullen Llermanos, sin aclarar a qué se refería y cómo se entiende esto en función de la igualdad ante la ley.