Por Ricardo Golderberg*. “Con las vacunas nos van a insertar un chip y después nos van a controlar por 5G”; “Las frecuencias altas que utilizará el 5G son peligrosas y absorben el oxígeno allá donde penetran”. Esas y otras teorías absurdas —algunos las llamarían “conspiranoicas”— fueron pasto frecuente de las redes sociales durante la pandemia. No poca gente adhirió a estos mensajes.
Pero ¿qué es 5G, por qué levantó tanta polvareda? ¿Es cierto que es una tecnología revolucionaria y que nos resolverá los problemas de telecomunicaciones? Adentrémonos un poco en el complejo mundo de las comunicaciones inalámbricas.
Lo mismo pero más rápido
El ambiente de la tecnología, como el de tantas otras disciplinas, es un reino de abreviaturas, siglas y acrónimos varios.
En este caso, 5G es, simplemente, el acrónimo de 5ª generación. O sea, es la 5ª generación de la tecnología inalámbrica que permite que nos comuniquemos por telefonía celular. La primera generación nos permitió hablar; con la segunda comienza la telefonía digital y podemos enviar voz y mensajes de texto. La 3ª generación ya es banda ancha y podemos enviar voz, fotos, mensajes e ingresar a Internet. 4G, lo que tenemos ahora, ya nos permite ver y enviar videos. La 5ª generación tiene como lema “todo conectado”.
No vamos a meternos en la tecnología, pero sí precisar algunos términos. La latencia es el tiempo que va entre enviar un mensaje o un dato y que ese mensaje o dato produzca algún efecto. Cuando hablamos de espectro radioeléctrico, nos referimos a la “autopista” por la cual viajan los datos que se intercambian entre dispositivos; posee un “espectro” de frecuencias que se utilizan para distintas funciones.
En este sentido, en la última semana de diciembre el Enacom atribuyó 300 MHz en la banda de 3.5 GHz para 5G (técnicamente, la porción de espectro radioeléctrico 3300-3600 MHz). Se trata de la banda más utilizada globalmente. También aprobó el reglamento del “Servicio de Telecomunicaciones Fiables e Inteligentes” (STeFI), específico para esta tecnología convergente, tanto para comunicaciones móviles como fijas y que contempla áreas geográficas de explotación que podrán ser locales, regionales o nacionales. El paso siguiente sería la adjudicación por licitación a operadoras que serían las responsables de brindar el servicio.
Hay que recordar que el espectro radioeléctrico constituye un bien de dominio público, de carácter limitado, sobre el cual el Estado ejerce su soberanía. Es, asimismo, un medio intangible que puede utilizarse para la prestación de diversos servicios de comunicaciones, de manera combinada o no con medios tangibles como cables, fibra óptica, etc.
Quizás la primera pregunta que podríamos hacernos es para qué sirve 5G si ya podemos ver videos en alta resolución con 4G, conectarnos a Internet casi como si lo hiciéramos desde una computadora o chatear prácticamente en tiempo real con un interlocutor.
Enrique Carrier, analista del mercado de telecomunicaciones y nuevos medios es tajante: “5G es una tecnología que principalmente despierta interés en el gobierno por su potencial recaudador.”
Carrier detalla: “5G básicamente tiene tres cosas: más ancho de banda, una menor latencia y una mayor capacidad de conectar simultáneamente dispositivos; pero estas mayores capacidades en el modelo teléfono no te agregan nada, porque vas a ver el vídeo de YouTube o de Netflix más rápido, a lo sumo tardará una fracción menos en cargar. El gran cambio es que vas a conectar más cosas que personas”.
“Esta quinta generación de comunicaciones inalámbricas —agrega Alfredo Moreno, computador científico y profesor de TIC en la Universidad Nacional de Moreno— permitirá ver una web en un dispositivo móvil y que sea como abrir cualquier otro archivo, con una velocidad tan rápida que deberíamos poder cargar vídeos en Ultra HD o modelos en 3D en tiempos cercanos al ‘tiempo real’. El estándar oficial ya ha sido aprobado y promete ser entre 10 y 20 veces más rápido que las actuales conexiones móviles.”
4G vs. 5G
“Hoy la lectura del gas se hace manual. Imaginate que el medidor tenga un sensor que le mande a la empresa el consumo de ese hogar. O gracias a la poca latencia puedas controlar remotamente un dispositivo; un dron, por ejemplo, o dirigir una cirugía. Todo eso podría ser realidad a través de 5G. Pero —se ataja Carrier— no tenés todavía estos nuevos usos porque requieren de una madurez en términos de desarrollo de nuevos dispositivos, porque ya no estamos hablando de teléfonos, y necesitás aplicaciones o ciertas plataformas de software para manejarlos y que esto a su vez se integre con otros sistemas.”
Se está hablando de que 5G y las operadoras “aún mantienen compromisos explicitados en el pliego de contratación sin cumplir, como el caso de la cobertura del servicio 4G en zonas aledañas a las grandes ciudades”, indica Moreno. O sea, ya se está hablando de 5G y todavía 4G no está distribuido en todo el país.
Al comparar las prestaciones de 4G con las de 5G, Moreno detalla: “La tecnología 5G es más eficiente energéticamente que la 4G, pero los dispositivos compatibles consumirán más electricidad que los de la cuarta generación de tecnologías móviles […] Este incremento de consumo no afectará demasiado la autonomía de dispositivos como móviles o tabletas, pero sí los relacionados con el IoT (Internet de las cosas) con muchos sensores que tengan que transmitir gran cantidad de información de forma constante y no estén conectados a la red eléctrica, tales como cámaras de vigilancia, coches conectados o dispositivos médicos como marcapasos con conexión a Internet.”
“Hay un principio básico de la radiodifusión —explica Carrier—: cuanto más alta es la frecuencia tenés más ancho de banda con mejor calidad, pero menor es el alcance”. O sea que para 5G se necesitan más antenas que para 4G, y eso implica inversión.
Y Moreno advierte: “La transición a la red 5G requerirá de dispositivos que puedan soportar en nuevo protocolo de comunicación. Los actuales se volverán inmediatamente obsoletos.” Uno de los temas centrales es el recambio de equipos móviles “porque 5G demanda mayor capacidad energética, es decir mayor capacidad en las baterías de los dispositivos”. De ahí que el litio será el gran protagonista del empuje de 5G.
Pero eso ya es otra historia.
* Red Argentina de Periodismo Científico. Publicado en Télam