Tras el acuerdo alcanzado con el FMI, donde la Argentina recibirá un desembolso de 7.500 millones de dólares durante la segunda quincena de agosto, el Gobierno se apresta a pagar los vencimientos por 3.400 millones de dólares del programa suscripto por Mauricio Macri, con reservas, con recursos de otros organismos como la CAF, y de gobiernos como China a través de uso del swap, entre otras fuentes de financiamiento.
Así lo confirmaron a Télam fuentes del entorno del ministro de Economía, Sergio Massa, que aseguraron que, en paralelo a las gestiones para alcanzar un acuerdo con el Fondo, el gobierno comenzó a desplegar distintas estrategias para poder cumplir con sus compromisos de deuda.
Anoche se conoció que la CAF, en una movida inédita, aprobó para la Argentina un crédito de 1.000 millones de dólares.
Luego, fue la misma CAF que informó que el crédito de US$ 1.000 millones para Argentina, aprobado en una reunión extraordinaria de Directorio, servirá de «financiamiento puente» para que el país pueda cumplir con los vencimientos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El crédito, considerado como un «depósito a corto plazo», será desembolsado al Banco Central (BCRA) para «apoyar» a la Argentina «a cubrir el pago del servicio de deuda que debe realizar en los próximos días al FMI», indicó el organismo multilateral con sede en Caracas.
En cuanto a los pagos en yuanes, ya se utilizó el recurso de activar parte del swap con China para hacer frente a los vencimientos de fines de junio con el FMI, donde el Gobierno decidió abonar los compromisos al organismo «sin usar dólares sino DEGs (Derechos Especiales de Giro) y yuanes», equivalentes a 2.700 millones de dólares, en tanto continuaban las negociaciones para reformular el acuerdo.
Así, luego de más de tres meses, el gobierno nacional y el Fondo Monetario Internacional alcanzaron finalmente un acuerdo técnico para reformular el programa vigente, y Argentina recibirá un desembolso de US$ 7.500 millones una vez que el directorio del organismo multilateral lo apruebe formalmente.
El ministro y precandidato presidencial Sergio Massa estuvo en todo momento pendiente de los detalles del acuerdo técnico, y acompañado por el jefe de asesores, Leonardo Madcur, el ministro mantuvo conversaciones con el director del Departamento del Hemisferio Occidental, el chileno Rodrigo Valdez, y su segundo, el venezolano Luis Cubbedu, para garantizar la salida del acuerdo antes de la entrada en vigencia del receso del organismo por vacaciones de verano, y antes del vencimiento de desembolsos por más de US$ 3.000 millones entre fines de julio y principios de agosto.
El acuerdo incorporó el impacto de la sequía, y en particular hubo una importante relajación de las metas de reservas, ya que los requerimientos pasaron desde los US$ 8.000 millones de acumulación neta a apenas US$ 1.000 millones para todo 2023.
En un comunicado emitido ayer, el Fondo expresó que «las autoridades argentinas y el personal técnico del FMI han llegado a un acuerdo a nivel de personal sobre las revisiones quinta y sexta combinadas en el marco del acuerdo del Servicio Ampliado de Fondos (EFF, por sus siglas en inglés) a 30 meses de Argentina.
Massa aseguró ayer en San Juan que el nuevo acuerdo con el FMI «nos permite recorrer la segunda parte del año que obviamente marcada por lo electoral genera a veces incertidumbre o dudas con mucha más tranquilidad, así que para nosotros es una muy buena noticia».
Por el lado de Economía se destacó también que «el entendimiento prevé un desembolso de U$S 7.500 millones en agosto y otro en noviembre, y que el Fondo aprobó las facultades de intervenir en los mercados para asegurar su normal funcionamiento», entre otras cuestiones, algo que pedía Massa para tener potestad para intervenir en los mercados.
En cuanto a los tiempos para lograr el desembolso de US$ 7.500 millones, el Fondo precisó que «el acuerdo está sujeto a la implementación continua de las acciones de política acordadas y la aprobación del directorio ejecutivo del FMI, que se espera se reúna en la segunda quincena de agosto».
Una vez que el directorio apruebe y considere formalmente finalizadas las revisiones quinta y sexta, Argentina tendrá acceso a cerca de 7.500 millones de dólares y se espera que la próxima revisión (la séptima del programa) tenga lugar en noviembre, según lo anticipado por el Fondo, cuando en el programa original estaba prevista para principios del año próximo.
De esta forma, el ministro Massa y su equipo lograron reformular las metas del programa, en particular relajar de forma significativa la meta de reservas y adelantar parcialmente el cronograma de desembolsos por unos meses, pese a que no se cumplieron las metas originales, producto de la sequía que azotó la actividad económica del país.
El FMI justificó el acuerdo debido a que «desde la finalización de la cuarta revisión el 31 de marzo, la situación económica de Argentina se ha vuelto muy desafiante debido al impacto mayor al previsto de la sequía, que tuvo un impacto significativo en las exportaciones y los ingresos fiscales».
«Dado este contexto, las discusiones se centraron en llegar a un acuerdo sobre un paquete de políticas para reconstruir las reservas y mejorar el orden fiscal; salvaguardar la estabilidad y abordar los desequilibrios subyacentes (alta inflación y baja cobertura de reservas) son fundamentales para asegurar un crecimiento más sostenible, resiliente e inclusivo a mediano plazo», añadió.
El Fondo precisó que se alcanzó un acuerdo en tres áreas clave, que tienen que ver con la política monetaria, fiscal y acumulación de reservas.
Para el FMI, el fortalecimiento y la armonización del régimen cambiario son fundamentales para mejorar de manera duradera la cobertura de reservas y la estabilidad externa, y «se han tomado medidas para alentar la liquidación de exportaciones y contener las importaciones en el corto plazo, a la vez que se aseguró que seguirá con la política de tasas positivas reales para contener la inflación», aseguraron.
Además, «la política monetaria seguirá siendo un instrumento clave para contener las presiones del mercado, con intervenciones en los mercados de divisas paralelos y de futuros enfocadas en abordar las condiciones desordenadas», según el requerimiento del Gobierno para controlar los mercados.
En cuanto a la política fiscal, el objetivo de déficit fiscal primario para 2023 «se mantiene sin cambios en 1,9 por ciento del PIB».