De Vido desde Marcos Paz, sobre el megadecreto: «Contrario a los intereses del pueblo»

Bajo el título «El megadecretazo. Desestatizar, desregular, privatizar. La Constitución Nacional: El debate por venir», el ex ministro Julio de Vido hizo pública una carta desde el penal de Marcos Paz sobre el decreto presidencial que deroga y modifica más de un centenar de leyes. Tras hacer un recorrido histórico, les pide a los legisladores opositores «que peleen y acuerden para tener todos los votos que necesitan para voltear ese decreto que es contrario claramente a los intereses del pueblo argentino en su conjunto».

El texto completo de la carta es el que sigue:

Llegó a mis manos días pasados el ejemplar de Página 12 del sábado 13/1/2018, en su plano principal una foto de Menem y Cavallo abrazados con el título a pie de página “LOS PADRES DE LA CRIATURA”, en clara referencia a un decreto de 1991 de DESREGULACIÓN ECONÓMICA, firmado por ellos.

Sin pretender polemizar con la línea editorial del diario en cuestión. Que, por cierto, es la única expresión de periodismo independiente que llega a mis manos en mi encierro involuntario en Marcos Paz; ya que en la cárcel sólo vemos en un viejo televisor las deplorables transmisiones de los canales 7, 9, 11 y 13 cuyas líneas editoriales generan un blindaje de impunidad al gobierno nacional nunca visto en mis 68 años, con un nivel de autocensura y distorsión de la realidad que supera el concepto que figura en el diccionario de la palabra mentira. Las emisiones de los canales 9, 11 y 13 hacen parecer objetiva y creíble a la TV Pública (canal 7) y diría independiente, será por eso que han cambiado a su director, el señor Levin.

Volviendo al tema, no considero, más allá del decreto firmado en 1991, a Menem y a Cavallo los padres de la criatura. El verdadero origen y paternidad de la desregulación en cuestión está en la dictadura militar, lo que llamamos literariamente el huevo de la serpiente. Está ahí o mejor dicho en el acuerdo de Breton Woods primero y en la escuela de Chicago de economía. Recuerden los “chicago Boys”, bien recordemos los slogans de la dictadura: “LOS ARGENTINOS SOMOS DERECHOS Y HUMANOS”, “EL SILENCIO ES SALUD” y con Martínez de Hoz fue “ACHICAR EL ESTADO ES AGRANDAR LA NACIÓN“.

Luego cuando Galtieri fue presidente, su ministro de Economía, Roberto Alemann fatigaba en el programa de Neustadt -¿se acuerdan de Bernie?- e incansablemente, con su anuencia, repetía hasta el hartazgo el siguiente slogan: “DESESTATIZAR-DESREGULAR-PRIVATIZAR”. Todo ello mientras los ingleses hundían el Belgrano y desembarcaban en Darwin y el ministro le ponía la bandera de remate a todas las empresas que eran propiedad de todos los argentinos y ocupaban miles de puestos de trabajo. El triste final de la rendición del 14/6/82 aplazó por años el remate a precio vil de las mismas. Que llevaron adelante a partir de 1994 los protagonistas de la portada de Página 12 de la que hablé al comienzo.

Respecto de Cavallo debo decir que durante la dictadura no recuerdo bien con cuál de los ministros de Economía (en la cárcel no tengo acceso a internet) fue presidente del Banco Central de la República Argentina y en su gestión nacionalizó la deuda externa por la cual usted y yo, querido lector, tuvimos que hacernos cargo -en ese momento éramos 28 millones de personas- de las deudas que todos los empresarios argentinos que habían contraído en el exterior, entre ellos la empresa del padre del presidente, al que además después le pagamos la triangulación o mejor dicho el contrabando de autos, las cloacas de Morón y el Correo, los 35 millones de dólares del blanqueo de Gianfranco, etc. Quiero aclarar que cuando Cavallo nacionalizó estas deudas, Menem estaba preso en Las Lomitas, Formosa, por el delito de haber sido gobernador de La Rioja, más o menos como algunos de nosotros ahora. Además, Mauricio tiene de presidente del Banco Central a Sturzenegger, hombre de Cavallo, el del megacanje, el que fue sobreseído, gracias a él y a algunos más, tuvimos el “corralito” en el 2001.

Creo haber puesto de esta manera algunas cosas en su lugar, pero respecto al tema del DNU, quisiera hacer algunas consideraciones históricas vinculadas a las distintas constituciones que tuvo nuestro país en 200 años de vida independiente (o casi). Y hago este repaso porque no fue así siempre. Cuando leo que el presidente en el prólogo de su decreto, lo fundamenta en que su gobierno, entre otras cuestiones, pretende el “afianzamiento” de los principios constitucionales del país en todos los planos, creo que de alguna manera tiene razón. Y lo digo exclusivamente en lo que textualmente escribí, o mejor dicho arriba transcribí, como título de la nota.

Debo dejar aclarado que lo que digo de ninguna manera invalida los argumentos del Dr. Barcesat ni del diputado Rossi, que están en la nota, con los que coincido totalmente, pero en primer lugar soy arquitecto y en segundo lugar, abrazo con pasión la política y en ella las ideas y las convicciones que me han llevado a militar desde hace 50 años en el peronismo y creo que sobre el tema debo hacer una crítica histórica y verter una consideración política sobre el fundamento, a mi criterio principal, del presidente.

En primer lugar, los padres de la criatura están y estuvieron fundamentalmente en los centros imperiales del poder financiero: el Imperio Inglés, Francia, USA y en el siglo XIX, aliado del Imperio Británico, el Imperio Portugués, que imperó en Brasil durante buena parte de esa centuria. Si bien todos ellos fueron imperialistas, he denominado a cada uno como corresponde para no incurrir en vaguedades.

En Argentina, a lo largo de su historia han tenido su aparición y protagonismo, en determinados momentos en que decidimos ser soberanos y autónomos de dichos centros de poder, presentando ante la sociedad, fundamentalmente a través de los medios de información, en muchos casos agudizándose en las últimas décadas, a quienes conducían esos procesos liberadores como tiranos, corruptos y demagogos.

Quienes encabezaban esos procesos reaccionarios venían a llevarlos adelante a través de políticas de carácter liberal en lo económico, totalmente funcionales a los intereses de sus metrópolis, fundamentalmente desde el punto de vista financiero, usando como arma principal de sometimiento el endeudamiento público.

Siempre vinieron acompañados por fuertes acciones represivas en el plano político interno: encarcelando a sus opositores políticos o haciéndolos desaparecer a través de su secuestro y asesinato, ante cualquier atisbo de resistencia o adhesión a políticas de emancipación de esos centros, apoyo a la liberación nacional o política exterior independiente.

Así vemos que a la independencia en 1816 y a las expediciones libertadoras de San Martín, surge como respuesta la presidencia de Rivadavia, con su constitución de 1821 unitaria y rechazada por todos los caudillos del interior. Esta fue la condición que le impuso el Imperio Inglés para concederle el préstamo de la Baring Brothers, a la que esa constitución le deba marco, la pérdida para las Provincias Unidas del Río de la Plata de la hermana República del Uruguay, que a través de Artigas quería formar parte del territorio nacional, en la vergonzosa paz firmada con el Imperio de Brasil, creando un estado “tapón”, absolutamente funcional a los intereses de Imperio Británico.

Al amanecer federal con Dorrego, salvajemente asesinado por la oligarquía porteña funcional a los intereses ingleses, le siguió la consolidación territorial y soberana, encarnada y conducida por Rosas, quien entendía que no podía haber organización constitucional sin consolidación política soberana, con respeto irrestricto al federalismo de cada uno de los estados federales que formaban en ese momento la Confederación Argentina.

Asimismo, Rosas defendió con uñas y dientes la integridad territorial de la Confederación del Imperialismo anglo-francés en la Batalla de la Vuelta de Obligado, ante la pretendida libre navegación de nuestros ríos interiores para imponer su producción industrial incipiente y cercenar la aparición de una industria nacional propia. Cualquier relación con la actual apertura en el marco de la OCDE, como los pretendidos acuerdos con la UE, no es mera coincidencia.

Caseros viene claramente no sólo para derrocar y satanizar a Rosas sino a imponer las condiciones del enemigo de la Vuelta de Obligado y a imponer la Organización Nacional a partir de una constitución de carácter liberal que les garantice la apertura de nuestros mercados a sus productos y para la extracción de todas nuestras riquezas mineras, agrícolas, ganaderas, energéticas, etc., y también al igual que con la de 1821, la constitución de 1853 viene a dar lugar a la política de la dependencia financiera, a través del endeudamiento externo, todo ello a partir de su concepción liberal que siempre es y fue invocada para respaldar las políticas económicas ahora neoliberales, como lo hace Macri en su megadecreto de necesidad y urgencia; si bien invoca a la Constitución Nacional de 1994, el espíritu conceptual en lo económico es el mismo.

Luego de tener la herramienta constitucional a mano, que fungía de federal sólo en las palabras, la impusieron a sangre y fuego en las provincias. Creo que la cabeza del Chacho Peñaloza en la pica de Olta es el emblema de la época. Ahora a los gobernadores no les cortan la cabeza, pero les cortan fondos que luego envían a distritos más afines como la Ciudad de Buenos Aires (CABA), para que Rodríguez Larreta haga piletas virtuales o simplemente los ponen a apretar a sus legisladores para perjudicar a nuestros jubilados, amenazándolos con “carpetazos”. Otros tiempos, otros métodos: las mismas concepciones.

Asimismo, en nombre de la libertad y la democracia, a través del mitrismo y en aras del liberalismo económico, participamos en la Guerra de la Triple Alianza que destruyó a la hermana república de Paraguay, que en esa época tenía ferrocarriles, industria textil y siderurgia incipiente. Todo porque las protegía a través de políticas soberanas. Todo esto en línea y por mandato del Imperio Inglés y su representante en el continente: el Imperio Portugués, su aliado incondicional.

En el mismo nombre, el General Roca expulsa a los Pueblos Originarios de sus tierras, entregándolas a la oligarquía porteña y a grandes latifundistas ingleses, llevando adelante un genocidio cuyas consecuencias vemos aún en nuestros días, a través de la cruenta represión que lleva adelante la ministra de Seguridad.

Luego del desastre económico que llevara adelante el gobierno de Juárez Celman (que al igual que en el 2001 y en un futuro cercano veremos por las políticas económicas que está llevando adelante el actual gobierno) hizo su aparición una nueva fuerza política de raigambre popular: la Unión Cívica conducida por Leandro N. Alem, al igual que el viejo partido federal, irrumpiendo en escena de esta manera el segundo Movimiento Nacional, que luego con el nombre UCR lleva por primera vez en nuestro país -a una democracia representativa y republicana- a través del voto popular sin fraude a Hipólito Yrigoyen como presidente de la República, quien impulsó políticas económicas soberanas, como la creación de YPF, la no alineación de Argentina en la denominada Primera Guerra Mundial.

A Yrigoyen -al igual que ahora- estas políticas económicas le fueron duramente criticadas desde los diarios La Prensa y La Nación, así como también por todo el arco conservador-liberal, denostando cualquier proyecto que emprendiera, creándole además dentro de su propio partido el alvearismo, el ala “LIBERAL” que finalmente es el que crea las condiciones para su derrocamiento durante su segundo mandato en 1930. ¡Cuánto parecido con el PERONISMO de CENTRO, NACIONAL y DEMOCRÁTICO del que se habla ahora!

Le sucede a Don Hipólito la “Década Infame” pero el verdadero objeto de su derrocamiento fue el “PACTO ROCA-RUNCIMAN” – a propósito del que poco se habla últimamente- que escritura la entrada oficial del Imperio Británico a su “joya más preciada”, tal como describía Runciman a nuestro país luego de la firma que significaba el sometimiento absoluto de nuestros recursos: desde el Banco Central hasta los ferrocarriles, desde los transportes urbanos de pasajeros a las empresas eléctricas, gas, agua y telefonía a manos británicas a costo cero. LO QUE NOS CONDENABA PARA SIEMPRE A SER UNA FACTORÍA PRODUCTORA DE ALIMENTOS Y DE RECURSOS PRIMARIOS AL SERVICIO DEL IMPERIO.

El advenimiento del peronismo viene a oponerse y recuperar todo lo que se había entregado en la década anterior. Por primera vez, en 1949 se vota y se sanciona una constitución de raigambre Nacional y Popular donde se instituía para siempre una Argentina independiente económicamente, socialmente justa y políticamente soberana, determinándose los derechos de los trabajadores, los de la ancianidad y de la niñez, dejándose claramente establecida la soberanía imprescriptible e inalienable sobre nuestros recursos naturales, estén donde estén dentro del territorio nacional.

Con esta Constitución sería impensable endeudar al país como se lo está haciendo ahora o pensar solamente tocar la Ley de Contrato de Trabajo, o tocar los fondos de ANSES o decir -como se dijo en TV- que las convenciones colectivas de trabajo son una expresión fascista. Nadie podría firmar un DNU como al que nos estamos refiriendo, diciendo que lo hace para el “afianzamiento” de los principios constitucionales.

Los peronistas deberíamos estar orgullosos de haber tenido constitucionalistas como el Dr. Sampay y la Constitución del ´49 debería ser nuestro numen inspirador para elaborar un nuevo proyecto constitucional con las mismas premisas de soberanía, justicia e independencia que fue y debe seguir siendo un orgullo para todos nosotros. Por eso debemos, en los peores tiempos, plantear a la sociedad el debate que espera de nosotros.

Pero sigamos con nuestra historia. Nuestra constitución fue derogada por un decreto de la Revolución Libertadora/Fusiladora y reemplazada en 1957 por un símil de la de 1853 con el agregado del artículo 14 bis que introducía algunos derechos que eran utopía en aquel momento, y que en nada conmovieron su concepción liberal. Fue reformada en el 94’ con una actualización que legitima esencialmente la entrega de nuestras empresas públicas y le quita la posibilidad al Estado Nacional de planificar las grandes políticas de energía, transporte, comunicaciones, minería, infraestructura, educación y salud, entregando esa responsabilidad a las provincias con recursos más acotados y en general con una debilidad estructural que en muchos casos significó más que un achicamiento, un abandono a su suerte de los habitantes del interior el país. Pero que les daba seguridad jurídica a aquellos que habían comprado las empresas públicas al 23 por ciento de su valor, en el mejor de los casos.

Esa esencia liberal que nos recuerda Macri en el preámbulo de su DNU cuando habla del “afianzamiento” de los principios constitucionales es cierto, porque el espíritu de 1853, 1957 y 1994 es ése, más allá de que algunos constituyentes del 94’ a los que conocí personalmente hayan tenido una actuación digna cuidando los intereses de sus provincias.

Comentario aparte merece la elección de constituyentes de 1957 donde en el escrutinio ganaron los votos en blanco porque el peronismo estaba proscripto, siendo además un escándalo la propia convención de la que participaron todos los que fueron los principales detractores de los abusos del “tirano” y su violación de los valores republicanos a los que ellos mismos pisotearon con su presencia en ese vergonzoso evento.

Los peronistas debemos ser conscientes que en el proyecto histórico neoliberal, el movimiento nacional NO TIENE LUGAR, por más edulcorado, de centro y democráticos que digamos ser y parecer.

El pueblo argentino nos está mirando a nosotros y a ellos y por ahora a los monopolios mediáticos -a quienes no pudimos o no quisimos aplicar la Ley de Medios democráticamente votada por el Congreso Nacional-, los escucha en su canonjía cotidiana de descalificación y escrache contra algunos de nosotros. Pero no hay mentira ni ocultamiento que pueda sostenerse eternamente. Los Panamá Papers, el blanqueo ilegal de los parientes de los funcionarios, los ministros CEOs o dueños de las empresas que controlan, miles de usuarios sin luz y con tarifas plenas, 74 por ciento de inflación desde que asumieron, la caída de la inversión pública, del nivel de empleo, del salario real, la extranjerización de la decisión económica con la sumisión a las políticas del FMI y la OCDE. No seamos cómplices de todo esto. En algún momento no podrá taparse más, será inocultable para los que hoy los apañan, irán por ellos como hicieron con todos los gobiernos anteriores, cuando no tengan Papel Prensa o la fusión de Telecom con Cablevisión para canjear. Eso es histórico, miremos sólo un poquito para atrás.

Y a nuestros legisladores, que peleen y acuerden para tener todos los votos que necesitan para voltear ese decreto que es contrario claramente a los intereses del pueblo argentino en su conjunto. Las quinientas violaciones a los artículos de la Constitución que las expliquen los constitucionalistas. Den la pelea en el campo político, no en el judicial, para eso nos eligió la gente. Tuvimos una vez una constitución que se condecía con nuestras convicciones y con los objetivos del pueblo argentino, honrémosla recuperándola y adecuándola a este tiempo. Demos el debate, así en un futuro, que anhelo sea más temprano que tarde, ningún otro presidente pueda firmar un DNU como este.

Julio De Vido
Diputado Nacional
Preso sin condena
Pabellón 7, Módulo V, Celda 5702
Penal de Marcos Paz

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