8M en Jujuy: «El enemigo es el patriarcado, y contra eso marchamos»

Si bien son varios los colectivos de mujeres que convocan al paro y movilización de este jueves, la marcha será una sola y partirá a las cinco de la tarde de la plaza Belgrano para recorrer en una amplia vuelta el centro de la ciudad. En San Salvador, la cabecera de la marcha estará compartida por una o dos representantes de cada agrupación, a las que seguirán los distintos grupos que como es tradición salen a la calle a exigir equidad, por el fin de todas las formas de machismo y de violencia, sobre todo su máxima expresión, los femicidios.

Si todas marchan juntas, la pregunta es en qué se diferencian. Lo que para algunos puede ser un síntoma de debilidad,  para otros constituye precisamente una de las principales fortalezas del movimiento de mujeres de Jujuy: la diversidad. «Cada colectivo convoca poniendo el eje en lo que considera que es más importante en este momento político, porque sobre la realidad hay diferentes percepciones», explicó a El Submarino Radio (91.5) Liliana Louys, referente de la Asamblea Feminista de Jujuy.

La dirigente remarcó que «ninguna de las organizaciones del movimiento de mujeres feministas convocantes de la marcha somos enemigas entre nosotras», y afirmó «El enemigo es el patriarcado y contra eso marchamos, no queremos ni una muerte más por femicidios ni por abortos clandestinos».

Miriam Morales, referente de la Multisectorial de Mujeres de Jujuy, comentó al respecto que «lo más importante es estar unidas en pelear por una vida mejor, por un salario digno, por el reconocimiento de lo que hacemos en la casa», y agregó: «Son muchos los puntos por los que marchamos desde hace años».

De este modo, quizás no sea apropiado hablar de divisiones, ya que las reivindicaciones se repiten, se multiplican y también se complementan. Y ambos colectivos, además, están integrados por representantes de sectores gremiales, sindicales, profesionales y de otras características. «En este marco que se está viviendo, de despidos, de ajuste, de situaciones dolorosas para las mujeres, hace falta que estemos juntas pidiendo medidas concretas, políticas públicas para paliar esta situación», señaló Miriam Morales a El Submarino Radio.

La declaración de emergencia en violencia sexual y doméstica es una de las exigencias que se repite en cada ocasión y cada vez con más énfasis, porque Jujuy sigue siendo una de las provincias con más alto índice de femicidios.

Si bien el reclamo por la despenalización del aborto siempre estuvo presente, este año cobró más ímpetu porque se instaló a nivel nacional a partir de la habilitación en el Congreso de la Nación para que se debata el proyecto elaborado por la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. No obstante, es uno de los temas en los que no existe pleno acuerdo entre los colectivos de mujeres jujeñas. Así y todo, y más allá de las diferencias, se han unificado en el reclamo por el derecho a decidir y por que no haya más muertes por abortos clandestinos, con la consigna «Vivas nos queremos».

Claro que la cuestión del aborto no es ajena a todo lo relacionado con los derechos sexuales y reproductivos, que ha sufrido en los últimos tiempos un deterioro que alarma. «Todo lo que es atención y provisión gratuita de métodos anticonceptivos está en retroceso, y la horrorosa propuesta de reforma del sistema de salud que tiene el gobierno provincial implica desmantelar hospitales», describió Liliana Louys.

«No se implementa la educación sexual integral que necesitamos para aminorar los embarazos no deseados y los abusos, y además se reducen los equipos de salud que atienden estas problemáticas -continuó-, ni se da ningún tipo de salidas para los problemas de violencia de género y siguen los femicidios como si nada. Son todas decisiones políticas que deben estar acompañadas de dinero, para multiplicar los servicios de atención a las victimas de violencia».

En este contexto, la Asamblea Feminista mantiene su adhesión a la campaña “educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, libre, seguro y gratuito, ya, para no morir”.

El Día Internacional de la Mujer se llamó originalmente Día de la Mujer Trabajadora, una caracterización que se mantiene como la principal sobre todo en ámbitos sindicales. Liliana Louys analizó: «Efectivamente, hay distintas posiciones. Pero si vamos a hablar del Día de la Mujer Trabajadora, hablemos desde la noción de trabajo que aportó el feminismo a las ciencias sociales, el trabajo remunerado y el trabajo también reproductivo que hacemos las mujeres; el trabajo invisible de la casa, el de los cuidados, del que solo se percatan cuando dejamos de hacerlo».

«Por ello vamos a dejar de hacerlo el 8M para que se den cuenta de todo lo que vale el trabajo», agregó.

Louys aclaró que al hablar del trabajo no remunerado que hacen las mujeres todos los días del año, no se está pidiendo que los varones ayuden, y amplió: «Estamos hablando de una articulación de un sistema económico como el capitalismo con un sistema social de opresión de género que es el patriarcado. El patriarcado y el capitalismo se articulan de tal manera que a nivel mundial se le asigna a la mujer la tarea de reproducción integral de la fuerza de trabajo».

«Entonces, cuando hablamos de dejar de hacer las tareas de cuidado, no se trata de una mera disputa de una pareja heterosexual en la que la mujer dice ‘hoy lavás vos los platos’, sino que se trata de cambiar un sistema opresivo que está acompañado de un gran aparato simbólico que naturaliza ese tipo de relaciones de poder, que nos anclan en ese trabajo reproductivo y en la división sexual del trabajo. Y de ahí no salimos más, naturalizando esta situación», continuó.

Por el lado del trabajo remunerado, en tanto, las cosas no están mejor. «Las mujeres trabajadoras hoy en día siguen cobrando menos por el mismo trabajo, están en una situación de precarización», afirmó Louys, y sumó: «Para mí el 8 de marzo es el Día de la Mujer Trabajadora, porque no es solo el día de la mujer asalariada sino el de todas las mujeres, porque todas hacemos trabajo reproductivo. Por ello es el Paro Internacional de las Mujeres».

«Mientras el sistema siga siendo opresor, las conquistas son parciales y siempre hay retrocesos», reflexionó Louys, y señaó que si bien hay conquistas que se han vuelto más firmes, porque ha cambiado la cabeza de la gente y se han hecho carne, hay otras que todavía requieren una pelea sostenida. «En lo que tiene que ver con las acciones de los gobiernos, hay que tener en cuenta que cualquier política neoliberal nos impacta específicamente a las mujeres, porque todo el sistema capitalista afecta más a las mujeres que a los varones. Lo muestran las cifras: el 70 por ciento de los pobres son mujeres, y de cada cien ricos, una sola es mujer», precisó.

Pero el trabajo remunerado y el doméstico no son las únicas prácticas laborales que ocupan a las mujeres. Está además ese otro ámbito en el que solidariamente las mujeres ponen en  marcha y participan en los comedores y copas de leche, y atienden el cuidado del resto de la comunidad.

Existe una polémica -menor, por cierto- respecto de si los hombres deben o no participar de la movilización. Para Miriam Morales, las protagonistas tienen que ser las mujeres, pero aclara: «Es una lucha en conjunto, porque la lucha contra el patriarcado no es contra el hombre sino contra un sistema que lamentablemente es sostenido tanto por hombres como por mujeres, un sistema de opresiones y de relaciones de poder, y para cambiar esto necesitamos que el hombre empiece a rever esa posición de poder, y por eso los convocamos a la marcha».

 

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