Sapag: «El coronavirus mostró que estamos todos en la misma, incluso los de mucha plata»

La presencia de un Estado fuerte y activo para tomar decisiones y los acuerdos políticos necesarios para compensar la desigualdad son dos de los ejes que plantea como centrales Guillermo Sapag, contador y profesor de economía de la UNJu. En diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5) analizó el escenario actual en el marco de la pandemia y los caminos posibles que se abren a futuro, donde la deuda externa y los gravámenes a las grandes fortunas aparecen como determinantes.

-¿Cómo está viendo el panorama económico en medio de la pandemia? 

-La situación es complicada, pero hay que decir que primero está la vida y después la economía. Los argentinos tenemos algo de experiencia en esto, de alguna manera y en algunos tiempos, superadora. En este momento lo más importante es cuidarnos como sociedad. Humildemente, nos estamos comportando óptimamente o de la mejor manera posible, a pesar de los errores, que los hay y los habrá, los hubo. En términos económicos, veníamos de un golpe muy duro, de cuatro años en los que se duplicó la deuda externa, crecieron el desempleo, la pobreza y la indigencia, donde fundamentalmente se desatendió lo más importante, que eran la salud y la educación. Y sobre llovido, mojado. Esta pandemia afecta al todo el mundo; nadie se salva, ni la plata lo resuelve, porque por más plata que uno tenga, nos faltan respiradores y equipamiento para enfrentarla. Pero lo estamos haciendo a nivel salud y eso es lo mejor que estamos haciendo. En economía, mientras tanto, habrá que esperar. Los muertos no pagan deudas ni trabajan, ni producen, por lo tanto, hay que llegar a la meta lo mejor posible y que la pandemia nos acose lo menos posible.

-¿Se puede pensar a futuro? 

-Van a haber situaciones muy particulares. Si ya antes de la pandemia el mismo FMI hablaba de la imposibilidad de pago de la Argentina y que había que hacer un recorte de esa deuda, en plazos y en capital, con esto queda más que ratificado. Habrá por supuesto quienes van quejarse, los bonistas, los buitres, pero ya no se trata de un país como Argentina, acostumbrado a defaultear, sino que ya se trata del mundo. Va a haber muchísimos problemas y algunos van a quedar peor que nosotros.

-La pandemia y el aislamiento parecen haber profundizado la grieta y también la desigualdad. ¿Cómo lo ve? 

-Dijimos antes que el problema no eran el dólar ni las reservas ni la inflación, sino que el problema era la comida, la pobreza y la hambruna. Y en ese sentido este gobierno trabajó desde el primer día. Ahora también, asistiendo a aquellos que están en la informalidad, los monotributistas A y B, el servicio doméstico, inclusive hasta el que está registrado. Esa ayuda se tiene que ampliar, no solo al asalariado sino también a las pequeñas y medianas empresas, como se está haciendo. Va a haber un desembolso muy grande, con un Estado presente. Por otro lado, después de esta pandemia sería muy interesante que la gente y el mundo entero reaccione, porque la única grieta que existe hoy, no solo en Argentina sino en el mundo, es solidaridad o sálvese quien pueda. Fijate, por ejemplo, un caso muy concreto: hacerse un estudio de coronavirus en España sale 150 dólares; aquel estadounidense que haya tenido la desgracia de contraer el virus, se atiende en un sanatorio de Estados Unidos pero cuando se está por ir le hacen firmar un documento de 35.000 dólares, y es probable que se pase la vida entera pagando haberse desafectado del virus. En la Argentina, así golpeados como estamos, estamos sosteniendo y tenemos unos niveles aceptables, para no sobrevalorar, y lo estamos trabajando. Y el tema económico va a tener que esperar.

-Algunos sectores reclaman salir de la cuarentena por la economía. Se calcula que hay un 20% de los negocios de Jujuy que no van a poder volver abrir. 

-Hay que priorizar. Y cuando priorizás, siempre golpeás a otro. Pero ¿qué es preferible? ¿Que se mueran los empleados? No tiene sentido. A nivel nacional hay un presidente con presencia, y lo más importante es el asesoramiento que tiene, los médicos, los infectólogos, los científicos, el hecho de escuchar, de hablar con los gobernadores, con intendentes. Por supuesto, la cabeza es la que define y toma la decisión definitiva, pero estamos encaminados bien en ese tema. Claro que económicamente el mundo va a caer. Hay que entenderlo. No sé si un 5, un 6, o un 7 por ciento, pero el PBI mundial va a caer. Acá estuvimos cuatro años hablando del industricidio, porque es importante tener industrias, tecnología, científicos. Y todavía hay cabezas partidas que siguen defendiendo ese proyecto de la Argentina agroexportadora, del granero del mundo. Se quedaron en 1900. Nosotros como país necesitamos el desarrollo industrial, fundamentalmente de pymes, que son las que dan el 70 por ciento de empleo a nivel nacional. Y Jujuy tendría que tener un proyecto de aquí a 20 años de incorporar 50, 100, 150 pymes por año para terminar con este esquema de Estado dependencia.

-¿Qué opina del proyecto para cobrarles un impuesto a las mayores fortunas del país? 

-Bueno, en Alemania se lo cobra. Esto es otra cosa para pensar a futuro: la reestructuración impositiva. Y a esta presión que viene del sector económico, apoyado por la prensa hegemónica, no solo aquí sino en el mundo, habrá que ponerle los votos, la gente. La gente se está dando cuenta. Muchos a los que tenían embelesados están retrocediendo en sus pensamientos, o por lo menos van a discutir más qué tipo de país queremos. ¿Queremos un país con 50 ricos? Unos pocos tienen el 80 por ciento del PBI del mundo. O este capitalismo salvaje baja un poco la guardia o tiene que haber otro sistema. La concentración económica en el mundo va a cambiar los sistemas, porque no puede ser que todo el mundo trabaje para un grupito reducido, como lo planteó Macri, con 2000 empresas que se favorecieron mientras la gente está complicada para pagar servicios, energía, gas, teléfono, el combustible. Y fundamentalmente la especulación financiera, donde los bancos ganaron fortunas. Por eso es bueno que todo el mundo salga a pedirlo. Hasta representantes del radicalismo, enojados con el PRO, como el humorista que llegó a ser senador correntino, Nito Artaza, están planteando que hoy hay que hacerle frente a los que han ganado plata en los últimos cuatro años en lo que fue una transferencia extraordinaria. Uno se pone a pensar en estos términos: en toda la zona de Salta, del Chaco salteño y la zona más productora, Anta, hay unos problemas de dengue extraordinarios, pero yo no escuché que ni siquiera ofrezcan sus aviones para fumigar. Se está muriendo la gente de dengue,  porque no es solo el coronavirus, y no hay ese aporte desinteresado a la sociedad, al pueblo, sino que quieren tener menores retenciones para hacerse más ricos. El coronavirus demostró que estamos todos en la misma, incluso los que tienen mucha plata. Y ojalá que esto perdure, que se internalice en la gente que no se trata de sálvese quien pueda, sino que esto solo puede marchar en un esquema de solidaridad donde el Estado tiene que estar siempre presente.

-¿Cree que se va a aprobar el proyecto? 

-Lo mejor sería que haya un acuerdo político para aprobarlo, pero no hay que aflojarle. Y tampoco hay que aflojarle en otras cuestiones. De Techint, de Paolo Rocca, no nos olvidemos que blanqueó más de 800 millones, que es evasión y fuga, y después revisarle cuántos dólares compró de los que ingresaron a través del FMI. Hay que ponerle límites a los bancos para que terminen con esta fuga extraordinaria que fundamentalmente la fagocitan los bancos extranjeros. Para eso necesitamos un Estado presente, fundamentalmente también en los controles. Porque nos pasamos controlando en la AFIP a una asociación civil sin fines de lucro que está exenta por ley, los hacemos ir diez veces y no les damos la excepción, y nos están pasando estos tipos que se la llevan toda. Esta gente es a la que hay que controlar, no solo con la AFIP, con la UIF, sino también con el Ministerio de Trabajo para que no haya gente trabajando en condiciones inhumanas.

-¿Se puede lograr eso? 

-Hay que poner el peso de los votos. La gente se dio cuenta de esto. Y quienes estamos en el campo nacional y popular tenemos que tener una doble militancia e insistir con la «memoria activa», porque no hay que olvidarse las cosas que hicieron estos atorrantes durante estos últimos cuatro años.

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