Ledesma fue denunciada en la justicia provincial por una deuda que asciende a más de 1300 millones de pesos en concepto de aportes jubilatorios, aportes a la obra social y cuota sindical. La demanda está en riesgo porque, afirman desde el sindicato, la empresa está financiando a listas opositoras a la actual conducción, que se renueva el próximo 11 de noviembre.
El abogado Juan Giusti, que patrocina a Rafael Vargas, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Azucareros del Ingenio Ledesma (Soeail), dio detalles en diálogo con el programa Día 6 (FM Conectar 91.5). «Ledesma pagaba el sueldo en remunerativos y no remunerativos. Por los no remunerativos, no pagó aportes a la seguridad social, a la obra social ni a la cuota sindical», precisó.
La falta de estos aportes significa «un perjuicio para los trabajadores que se jubilaron, para el fisco, para la obra social y para el sindicato», completó. Sumando la deuda con la Anses, las obras sociales y el sindicato, Ledesma tendría que pagar hoy unos 1350 millones de pesos para ponerse al día.
Entre 2008 y 2018, la empresa pagó parte de los salarios en sumas no remunerativas, que no tributan. De este modo, eludió obligaciones tanto fiscales como previsionales con el fin de bajar el costo laboral.
En 2018, el sindicato promovió una diligencia preparatoria en el marco de la cual se determinaron los montos. El cálculo actualizado muestra que la deuda con la AFIP por aportes jubilatorios no pagados asciende a algo más de 902 millones de pesos, mientras que a las obras sociales se les deben más de 326 millones. Por otro lado, el total adeudado por cuotas sindicales no abonadas es de más de 85 millones.
Ahora el Soeail inició un juicio que se tramita en una demanda por cobro de los aportes adeudados entre 2008 y 2018, ya que luego de la notificación de las diligencias preliminares en ese año la empresa empezó a pagar los aportes y contribuciones correspondiente a toda la masa salarial.
«Los trabajadores de Ledesma perdieron muchísima plata. Eso se ve reflejado en las jubilaciones, porque la Anses liquida la jubilación de acuerdo a lo que cotiza el trabajador, sobre los remunerativos. Entonces hubo un perjuicio para los trabajadores que se jubilaron, para el fisco, para la obra social y para el sindicato. Todo para que Ledesma maximice su tasa de ganancia», explicó Giusti.
El abogado aclaró: «Yo no le echo la culpa a Ledesma de que quiera ganar más plata. Acá falla el estado al permitir esto, porque se pactaba en paritarias y el estado lo homologaba. Entonces el estado es corresponsable».
En el año 2013, en Ministerio de Trabajo dictaminó que no se podían fijar ítems no remuneratorios en el salario. El abogado repasó el camino hasta esa instancia: «Al salir de la convertibilidad, en 2002, el presidente Eduardo Duhalde empezó a fijar aumentos no remuneratorios, porque veníamos de una situación de urgencia. Pero era el Estado el que definía qué aumento no era remunerativo. Las partes no lo pueden decidir, porque lo prohíbe la ley de contrato de trabajo y el convenio 95 de la OIT».
«Distinto hubiese sido si el no remunerativo lo hubiese designado el presidente de la Nación o el Congreso, porque la facultad de fijar las normas laborales corresponde al estado nacional. Ni a las provincias ni a los municipios», agregó.
Esta situación se da en un contexto particular, porque el 11 de noviembre próximo se celebrarán las elecciones en el Soeail. «Si Rafael Vargas gana, la demanda seguirá. Si pierde, no sé qué pasará», analizó Giusti. «La única forma de que se mantenga es que Rafael gane», afirmó el abogado.
Es que, reveló, la empresa Ledesma «está financiando a dos o tres listas» opositoras a la conducción de Vargas. «Es más barato financiar listas amigables en el sindicato y no tener un trabajador en la empresa que pelee por los derechos de los compañeros. Es más fácil pagar ahora dos o tres millones para hacer campaña y no hacerse cargo de la deuda de 1350 millones», agregó.
Ledesma y la matriz productiva jujeña
Consultado sobre el peso que tiene la empresa Ledesma en la economía jujeña, Giusti opinó que «está sobredimensionado». En números, representa entre el 5 y el 6 del PBG, «en el mejor de los casos».
No obstante, aclaró, es la empresa más grande y el principal terrateniente de la provincia de Jujuy.
«Me contaba un amigo que la familia Blaquier pasaba los tres meses del verano en Punta del Este, en su yate. Todo eso pagado por los trabajadores del ingenio. Yo no digo que no ganen plata, está bien que haya diversificación productiva, pero que todos tengan una vida digna. Si vos pagás sueldos abajo de la línea de pobreza y te pasás tres meses en un yate, hay algo que no está cerrando», analizó.
Hizo luego un repaso rápido del origen de esas grandes fortunas. «En Argentina la gente no se hizo rica porque inventó algo. Acá hubo un estado que regaló tierras en la época de la colonia y mantuvo ese mecanismo, y se fue trasladando vía hereditaria hasta que vino un inglés, compró el ingenio y después lo fue trasladando vía hereditaria sin pagar impuestos. Porque la dictadura sacó el impuesto a la herencia. Entonces hoy la acumulación de capital en el 95 por ciento de lo casos ya es atribuible a la herencia. Es decir que los ricos de hoy tienen el capital que hicieron sus padres y sus abuelos».
-Ledesma es el 6 por ciento del PBG. ¿Qué viene después?
-El 95 por ciento de la recaudación de la provincia proviene de 500 empresas. Supermercados, constructoras. Son los que mueven la gran recaudación de Jujuy. Atrás de Ledesma, lejos, vienen el ingenio Río Grande, Zapla, la Cooperativa de Tabacaleros.
-¿Qué peso tiene el empleo público en la población económica activa de Jujuy?
-La población económicamente activa es entre el 41 y el 43 por ciento de la población total. Hay 800 mil habitantes, así que hay 350 mil jujeños en condiciones de trabajar. De esos, un tercio trabaja en el estado provincial o municipal; son entre 85 y 90 mil. O sea que uno de cada tres trabajadores está en el Estado. A estos hay que sumarles a los del estado nacional, la universidad, gendarmería, el ejército, la policía federal y los organismos nacionales.
-¿Y el resto?
-Cerca de un 40 por ciento, unos 100 mil trabajadores, está en el sector independiente, de la economía popular. Hablamos de cuentapropistas, monotributistas, profesionales, plomeros, el autónomo, un pequeño comercio. Después están los del sector privado en relación de dependencia, tanto empleo registrado como no registrado. Tengamos en cuenta que en Jujuy hay un fenómeno de mucho empleo no registrado.
-Se habla mucho de cambiar la matriz productiva. ¿Qué significa?
-En Jujuy no hay monocultivo. La provincia tiene cuatro o cinco actividades claramente diferenciadas. Una es la caña de azúcar, con todos los derivados: papel, alcohol bioetanol y la propia azúcar. Otra es el tabaco, contra la que Gerardo Morales atentó fuertemente. Se perdieron 10 mil hectáreas de producción. La otra es el turismo, con hotelería y gastronomía. Y finalmente la minería, contra la que Morales también atentó fuertemente. Esas son las cuatro economías tradicionales de Jujuy. Y después hay un quinto sector que es la producción agropecuaria que no está ligada al tabaco ni a la caña de azúcar. Hay un sector de frutas y hortalizas bastante importante, otro ligado a las legumbres, básicamente el poroto en San Pedro y en el sur de Santa Bárbara, el tomate en Fraile Pintado, algo de madera, mucho de frutas tropicales. Esas serían las cinco actividades principales. Transformar la matriz productiva significa dejar de lado eso y empezar a hacer otra cosa.
-Cauchari y Cannava se presentan como la clave de ese cambio. ¿Qué opina?
-Está bueno lo de las energías renovables y lo de Cannava, pero no cierra la ecuación económico financiera. Con Cauchari es deficitaria y con Cannava también. O sea que perdemos plata todos los jujeños. Lo que hay que hacer es ampliar la matriz productiva, y hacerlo a la tecnología del conocimiento. La UNJu está haciendo algunos trabajos interesantes. Hay que reconocer que Morales también apostó a la economía del conocimiento, que además está buena porque podés trabajar teniendo una computadora y exportar el producto, con lo que cobrás en dólares. Hay un programa muy bueno ahora a nivel nacional que está apostando a eso y se está transformando si no en el segundo, seguro en el tercer producto de exportación de la Argentina, con el consecuente ingreso de divisas.
Entonces, tendríamos que estar hablando de diversificar aun más la tradicional matriz productiva de Jujuy. Avanzar con la megaminería y el procesamiento de minerales, por ejemplo. Tenemos del otro lado de la cordillera Chuquicamata, que es el principal productor de cobre en el mundo, y nosotros no sabemos qué tenemos por falta de exploración. Hay que cambiar las leyes mineras. No se discute que hay que cuidar el medio ambiente, porque la megamineria puede ser sustentable con el medio ambiente.
Por ejemplo, los autos eléctricos y el litio están bien, pero nosotros tenemos una fuente de energía renovable que es el bioetanol y nadie está hablando de eso. Tenemos un Vaca Muerta con la caña de azúcar en Argentina; podemos hacer autoalcohol, podemos aumentar el corte de bioetanol y nadie está discutiendo eso.
También hay que potenciar la matriz productiva con el turismo, con los bienes culturales. Y con el tabaco. Hemos perdido 10 mil hectáreas pero en el mundo el consumo de tabaco crece un 0,35 por ciento anual, porque en países como China y la India se sigue fumando. Y nosotros perdimos el 50 por ciento de la superficie plantada. Pero no es que se dejaron de plantar, sino que se fueron a plantar a Salta porque Gerardo Morales empezó a echar mano en el Fondo Especial del Tabaco. Además, me explicaba un ingeniero agrónomo que el manejo del Dique Las Maderas no es malo, es desastroso.
Todas estas cosas empiezan a generar problemas. El mal manejo del agua, el mal manejo de la ecuación económico financiera en Cauchari o Cannava. Esto es lo que genera los problemas y la pobreza que tenemos hoy en Jujuy.