El presidente chino, Xi Jinping, dejó este miércoles Rusia rumbo a Beijing tras una cumbre con su par Vladimir Putin en la que buscaron demostrar unidad ante las potencias occidentales y profundizaron su asociación estratégica en medio de la guerra de Ucrania.
Los líderes de ambas potencias, dispuestas a contrarrestar la influencia internacional estadounidense, expresaron sus inquietudes por la expansión de la OTAN y acordaron profundizar una alianza que se ha estrechado desde la ofensiva rusa sobre Ucrania.
El avión de Xi despegó del aeropuerto moscovita de Vnukovo después de ser despedido por una guardia de honor que tocó los himnos nacionales de Rusia y China, informó la agencia de noticias local RIA Novosti.
Durante la visita, los líderes y sus delegaciones firmaron documentos de cooperación bilateral en áreas como agricultura, silvicultura, investigación básica científica y tecnológica, regulación del mercado, y medios de comunicación.
La visita del líder chino fue interpretada como un espaldarazo a Putin, quien enfrenta un pedido de captura de la Corte Penal Internacional (CPI) por denuncias de deportación ilegal a Rusia de niños ucranianos de zonas de Ucrania ocupadas por tropas rusas.
Ni Estados Unidos, ni China ni Rusia reconocen la jurisdicción de la CPI.
Putin afirmó estar abierto a negociar con Ucrania y alabó la propuesta de paz para Ucrania de 12 puntos presentada por China el mes pasado, que reclama diálogo y respeto por la soberanía territorial de todos los países.
«Numerosos puntos del plan de paz propuesto por China (…) pueden servir de base para una solución pacífica, cuando Occidente y Kiev estén dispuestos a ello. Pero no vemos por el momento disposición por su parte», dijo.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, explicó que había invitado a China a dialogar, pero que todavía espera «una respuesta».
China medió activamente en la reciente reconciliación diplomática entre Arabia Saudita e Irán, pero analistas estiman difícil que consiga un cese de hostilidades en la antigua república soviética. Estados Unidos ya ha dicho que rechaza la propuesta de paz de China para Ucrania porque favorece a Rusia al no exigir la retirada de las tropas rusas de las regiones ucranianas que ocupan, y que Moscú se anexó el año pasado.
El vocero de Putin dijo este miércoles que a Rusia no le sorprendía la reacción «hostil» de los países occidentales a la cumbre entre Putin y Xi. «En lo que respecta a la reacción de los países del colectivo occidental, el hecho de que sobre todas las cuestiones fuera de naturaleza inamistosa y hostil no es una noticia para nadie», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Unidas por su deseo de contrarrestar el dominio global de Estados Unidos, China y Rusia han dejado atrás las diferencias de la Guerra Fría y han incrementado su cooperación en los últimos años.
Xi aseguró que las relaciones entre ambas naciones «entran en una nueva era» y Putin celebró «las posibilidades y perspectivas ilimitadas» de su cooperación.
Putin dijo que las negociaciones fueron «significativas y sinceras» y que su país, tras haber perdido gran parte de su mercado europeo, podía satisfacer la «creciente demanda» de energía del gigante asiático.
En una declaración conjunta, los dos aliados expresaron su preocupación por el creciente refuerzo de los vínculos entre la OTAN y los países de la región Asia-Pacífico» y acusaron a la Alianza Transatlántica de «socavar la paz y la estabilidad regionales».
China y Rusia suelen actuar en tándem en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, usando su poder de veto como miembros permanentes para frenar las iniciativas de los países occidentales.
China trató de posicionarse como actor neutral en el conflicto de Ucrania, pero Washington considera que sus propuestas son «tácticas de demora» para ayudar y dar más tiempo a Moscú.
En paralelo al viaje de Xi, el dirigente de otra potencia asiática, el primer ministro japonés Fumio Kishida, viajó el ayer a Kiev y se reunió con el presidente Zelenski. «Nuestras conversaciones con el señor Kishida fueron bastante productivas», dijo el líder ucraniano.
Kishida era el único líder del G7 que no había acudido a Ucrania desde el inicio de la guerra y estaba bajo presión por hacerlo antes de acoger en mayo la cumbre del grupo en Japón. Zelenski confirmó el martes que participaría en esta cumbre por videoconferencia.