«En los territorios más apartados de la geografía cubana existen 201 escuelas rurales con una matrícula de un solo niño que, además de tener un maestro para ese alumno o alumna, se cuenta también con iguales recursos que el resto de las instituciones docentes del país», escribió esta semana en el diario Página|12 el arquitecto Rodolfo Livingston, a propósito del anuncio de la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, de que cerrarán escuelas rurales «por baja matrícula».
Livingston cita a María Elena Sinclair, metodóloga nacional de la enseñanza primaria en el Ministerio de Educación de Cuba, quien señaló que esas escuelas «unipersonales» cuentan con una computadora, un video y un televisor, así como los software educativos propios de la enseñanza; el alumno estudia con iguales programas que el resto de las escuelas.
«Hasta el más apartado lugar de las montañas llegaron las celdas fotovoltaicas que permitieron electrificar todas las escuelas primarias de la isla y con ello se pudieron utilizar los medios audiovisuales que logran la maravilla de elevar el aprendizaje y la retención de los conocimientos», escribe Livingston.
En la provincia de Buenos Aires, tras disponer el cierre de ocho establecimientos del Delta, el gobierno decidió clausurar 39 escuelas rurales de la provincia a solo diez días del comienzo del ciclo lectivo. El bloque de diputados del FPV ya presentó un pedido de informes en la Legislatura para que la gobernadora María Eugenia Vidal brinde explicaciones, mientras que Suteba está haciendo un seguimiento “escuela por escuela”.
El cierre alcanza a tres jardines rurales y un secundario para adultos de la localidad de Tres Arroyos, dos primarias de General Viamonte, ocho escuelas en Lincoln, dos primarias de Junín, dos en Balcarce, dos en Chivilcoy, dos en Pehuajó, tres en Bolívar y una en Chascomús, entre otras. El riesgo de que muchos de los alumnos queden completamente expulsados del sistema educativo existe, a pesar de que sean relocalizados, porque es probable que muchos de ellos no cuenten con los recursos necesarios para trasladarse a sus nuevas instituciones.
Vidal ordenó cerrar más de 30 escuelas sin evaluar las causas demográficas o socioeconómicas que derivaron en la falta de alumnos. En el documento que presentaron el martes, los legisladores pidieron que se especifique cuál es la población afectada y que se brinden detalles sobre el trabajo previo que se realizó con los alumnos, los docentes y las familias alcanzadas por el recorte. “La situación de un solo alumno vale la pena porque estamos, además, condenando a un pueblo con dificultades de subsistencia a desaparecer”, advirtió Portos. La diputada apuntó contra el oficialismo provincial: “Nos prometieron jardines y terminan cerrando escuelas”.
Los docentes y directores de las instituciones repudiaron los cierres y la fusión de cursos, muchos de ellos comunicados por los jefes distritales.
Desde Suteba remarcaron que no están en contra del cierre de las escuelas sin alumnos, siempre que se reconvierta al edificio en un centro educativo y se relocalice a sus maestros como dicta el Estatuto Docente, pero ya dejaron en claro que no van a permitir que se cierren instituciones con chicos.