A los gritos, acusaron a Almagro de haber ayudado a «instalar una dictadura» en Bolivia

En un evento paralelo a la Cumbre de las Américas, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, fue cuestionado por su rol en 2019 durante el golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales.

Un activista interrumpió el panel de la Cumbre de Medios de las Américas, un encuentro con estudiantes de periodismo en el que participaba Almagro, para acusarlo de haber ayudado “a instalar” la dictadura de Jeanine Añez.

“Luis Almagro, tenés sangre en tus manos. Por tus mentiras, hubo un golpe en Bolivia; un golpe contra un gobierno elegido democráticamente. Y esa dictadura que vos ayudaste a instalar masacró a 36 personas”, le dijo el integrante de la organización Partido para el Socialismo y la Liberación.

El hombre también gritó que Almagro había ayudado a destruir la democracia en Bolivia, algo que, dijo, sucedió porque “Estados Unidos quería saquear los recursos, el litio, el oro, todos los recursos minerales, el gas de Bolivia”. “Ayudaste a instalar una dictadura que facilitaría ese saqueo”, insistió.

Libertad de prensa

Con el evento dedicado a la libertad de prensa y seguridad de periodistas como fondo, el activista también recordó a Sebastián Moro, el periodista argentino que colaboraba con Página|12 en 2019 y que anticipó el golpe de Estado. “Era un periodista que estaba mostrando las mentiras que vos decías y mostrando la verdad del golpe que vos orquestaste y lo golpearon en su departamento hasta matarlo. ¿Y ahora venís y nos das una clase sobre libertad de prensa?”, señaló en su intervención.

Almagro negó las acusaciones y le dijo que estaba “totalmente equivocado”.

En el mismo evento hubo un episodio parecido momentos después, cuando comenzó la intervención del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. En el marco de un panel titulado “Un compromiso con la libertad periodística”, el funcionario de Joe Biden iba a anunciar iniciativas para el continente, cuando un periodista del público le preguntó por qué el país norteamericano había invitado a la cumbre al primer ministro de Haití, Ariel Henry.

Tras el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse en julio de 2021, Estados Unidos ha mantenido su apoyo a Henry, quien todavía tiene que organizar nuevas elecciones en su país. Hace solo tres meses, un grupo de congresistas demócratas le pidió a Biden que retire ese respaldo y calificaron a la actual gestión en Haití como un “gobierno de facto”.

El periodista que increpó a Blinken en Los Ángeles también hizo referencia al riesgo que corren los periodistas en el país caribeño, en el que en lo que va del año fueron asesinados tres periodistas. “En Haití, continuamos trabajando por una transición que lleve a elecciones apropiadas”, le contestó el funcionario estadounidense.

En la misma línea, Blinken fue consultado sobre los asesinatos de la periodista palestina-estadounidense Shireen Abu Akleh de la cadena Al Jazeera en mayo y del columnista del diario The Washington Post  Jamal Khashoggi en 2018. “¿Por qué Israel y Arabia Saudita no tienen que rendir cuentas por asesinar periodistas?”, le preguntó una documentalista.

Blinken se limitó a decir que espera una investigación independiente sobre el crimen de Abu Akleh y continuó con su participación en el evento. No respondió más preguntas de la audiencia; solo contestó las que las moderadoras ya tenían preparadas y que no hacían ninguna referencia a aliados de Estados Unidos. “En Cuba, Nicaragua, Venezuela, el simple acto de dedicarse al periodismo investigativo es un crimen”, había dicho el secretario de Estado al comienzo de su intervención.

Agenda económica

Este miércoles, la cumbre continuó con un foco puesto en economía. En el primer día del presidente Joe Biden en el encuentro, el tema estuvo puesto en inversiones en salud y “prosperidad” en la región, según lo denomina la Casa Blanca. La intención del Gobierno estadounidense es la de proponer una “nueva agenda económica para el hemisferio”, basada en “una visión de la región que sea segura, de clase media y democrática”, describió un alto funcionario de la administración.

El Gobierno de Biden lo considera una “contraparte adecuada” a la última vez que Estados Unidos organizó la Cumbre de las Américas. En 1994, en Miami, el entonces presidente Bill Clinton también propuso una visión económica: los orígenes del Área de Libre Comercio de las Américas, una propuesta que naufragó en la edición de 2005 en Mar del Plata.

Esta vez, Estados Unidos propone un “acuerdo histórico” que permita profundizar la cooperación económica en la región y “se enfoque en los principales generadores de crecimiento”. Lo llama la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas.

“Vamos a fortalecer nuestras cadenas de suministros para que sean más resilientes ante shocks inesperados. Vamos a promover la innovación tanto en el sector público como en el privado, para que los gobiernos puedan encarar mejor los desafíos más acuciantes de la sociedad y que las empresas puedan incrementar su productividad. Y vamos a atacar la crisis climática haciendo crecer las industrias relacionadas que generen empleos de alta calidad”, dijo la Casa Blanca en una hoja informativa que distribuyó sobre esta propuesta.

Consultas

Sin dar demasiados detalles, la Administración de Biden también dijo que, una vez que termine termine la Cumbre de las Américas, Estados Unidos mantendrá consultas iniciales con los socios en el hemisferio y representantes de las siguientes áreas: revitalizar las instituciones económicas regionales y movilizar inversiones, con una reforma del Banco Interamericano de Desarrollo incluida; hacer que las cadenas logísticas sean más resilientes, actualizar acuerdos básicos, crear puestos de trabajo relacionados con energías renovables y avanzar en descarbonización y biodiversidad y, finalmente, garantizar un comercio sostenible e inclusivo.

Biden aterrizó este miércoles en Los Ángeles, después del mediodía local. Antes de llegar a California, habló con Juan Guaidó, a quien Estados Unidos reconoce como presidente interino de Venezuela. El mandatario estadounidense “expresó su apoyo a negociaciones” que lleve adelante el país caribeño “como el mejor camino hacia una restauración pacífica de las instituciones democráticas, elecciones libres y justas y el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los venezolanos”, según dio a conocer la Casa Blanca. Biden también reafirmó que el país norteamericano “está dispuesto a calibrar” su política de sanciones “según se desprenda de los resultados de las negociaciones que empoderen al pueblo venezolano”.

No invitados

La Casa Blanca consideró invitar a Guaidó en una lista preliminar de asistentes a la cumbre, pero finalmente desistió. “Hay gobiernos que tienen otras miradas y les consultamos. En última instancia, la potestad del anfitrión es importante, pero también queremos facilitar una discusión amplia en el hemisferio y asegurarnos de que estamos incluyendo todas las miradas”, había dicho la semana pasada Juan González, principal asesor de Biden sobre América Latina.

Estados Unidos no invitó a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, por considerarlos “no democráticos”, lo que causó que los jefes de Estado de Bolivia, Honduras y México se negaran a viajar a Los Ángeles para participar de la cumbre.

Por Aldana Vales, en Página/12

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