El gobernador Gerardo Morales encabezó este viernes un acto en el barrio Campo Verde, donde inauguró «un sistema lumínico» para «un nuevo predio deportivo». En realidad, se trató de la instalación de algunos focos led en la cancha La Olla, con un despliegue que llamó la atención: acompañaron al gobernador el intendente Raúl Jorge, diputados y ministros, todo en medio de un fuerte operativo policial que impidió a los vecinos siquiera acercarse.
Este domingo se cumple un mese de la represión en el barrio Campo Verde, cuando el barrio quiso defender la cancha Las Gomas, armada y sostenida con el esfuerzo comunitario, donde el gobernador Gerardo Morales decidió construir una escuela secundaria, planteando así la falsa opción de «cancha vs. escuela». Desde entonces, la presencia policial en el barrio, de uniformados y gente de civil, se mantuvo constante.
En aquella oportunidad, Morales prometió que acondicionaría La Olla, a modo de compensación. Sin embargo, aseguran los vecinos que ese predio no es apto para hacer un polideportivo, como anuncia el gobierno.
En diálogo con el programa Día 6 (FM Conectar 91.5), Mara Martínez, de la Biblioteca Popular de Campo Verde, relató: «No entendemos por qué el gobierno provincial se toma la molestia de inaugurar cuatro focos con tanta presencia policial, sin dejar entrar a los vecinos, que se quedaron todos afuera del cordón policial, mientras adentro había muchísima gente que vino en un colectivo, en camionetas y autos».
La llegada de la comitiva de Morales en la noche del viernes provocó que muchos vecinos y vecinas volvieran a manifestarse. Mientras se desarrollaba el acto oficial en el medio de La Olla, detrás del cerrado cordón policial mostraban sus carteles y gritaban su rechazo.
En ese contexto, el gobernador dijo: «Es un gusto venir a inaugurar este sistema lumínico. Nuestros chicos, mujeres y jóvenes podrán practicar el deporte con esta iluminación”.
En rigor, quienes acompañaron al gobernador en el acto eran funcionarios y referentes políticos, además de un grupo de personas que, aseguran en Campo Verde, no pertenecen al barrio sino que llegaron en un colectivo especialmente para la ocasión.
“Hacer obras, es progreso. Ustedes son testigos», afirmó Morales, y advirtió: «Vamos a continuar trabajando en este barrio. Nadie podrá detener el proyecto que tiene el gobierno».
Además de Morales y Jorge, estuvieron el diputado nacional Jorge Rizotti; el ministro de Infraestructura, Carlos Stanic; el ministro de Seguridad, Guillermo Corro; el secretario de Energía, Mario Pizarro; diputados provinciales; concejales, y funcionarios de la comuna.
Zona de riesgo
Sobre La Olla, Mara Martínez aseguró que es terreno del lecho del río, supuestamente de riesgo. «Cuando hace años los vecinos pidieron una mínima infraestructura, les dijeron que no se podía hacer nada -contó-. Está prácticamente sobre el río, hay épocas que se inunda, porque es un hueco por debajo de las casas».
La situación general del barrio no es mejor. A la falta de cloacas y de gas natural, se suma que sufren frecuentes cortes del servicio de agua, sobre todo a partir de septiembre. En época de lluvia, algunas calles se tornan intransitables por los pozos y las grietas. Y la basura se acumula allí nomás, en la margen del Río Chijra. «Toda la ciudad lo usa de basurero, tiran autos, máquinas viejas, hasta animales muertos», relató Martínez, y agregó: «Y estamos a 10 minutos del centro».
En estas semanas, los vecinos siguieron intentando dialogar, plantear su postura e incluso ofrecer alternativas. Pero no lograron que los escucharan. Tampoco logran entender por qué el gobernador insiste con Campo Verde. Mientras tanto, la construcción de la escuela secundaria en el predio llamado Las Gomas, avanza a paso lento. «La cancha está cerrada, con policías alrededor. No podemos entrar, pero por lo poco que se ve, han avanzado muy poco», describió Mara Martínez.
Parte de ese mismo terreno fue cedido años atrás por los vecinos a la Municipalidad de San Salvador de Jujuy para construir allí el NIDO, sigla que significa Núcleo de Inclusión y para el Desarrollo de Oportunidades. «Los vecinos pensaban que iba a ser un centro de participación vecinal, pero no lo es. Tenés que pagar para recibir clases, hay toda una cuestión privada armada ahí, y nosotros no tenemos acceso. Entonces es lógico que no quieren seguir entregando el terreno para que se haga algo que no va a representar al barrio para nada», señaló Martínez.
Además de querer conservar ese espacio, los vecinos tienen dudas sobre la viabilidad del proyecto de la escuela secundaria, ya que Las Gomas, al igual que el resto del barrio, no tiene cloacas ni gas natural.
Lo que tampoco entienden los vecinos es por qué el gobierno no inició la construcción de la secundaria en los terrenos linderos a la Escuela Belgraniana, que supuestamente estaban destinados a ese fin. El estupor, la falta de diálogo y la confusión abonan las versiones. Se dice que hay proyectos inmobiliarios, que hay quienes quieren quedarse con esas tierras.
‘Todo hay que pelearlo’
Los vecinos batallan también contra las acusaciones. «No sé por qué insisten con esto, que si está la Tupac o los peronistas. Eso es desacreditar la lucha de la gente, del vecino. Campo Verde tiene esta característica de comunidad. Aquí la gente está organizada históricamente, no importa de qué partido sea», afirmó la docente.
Los barrios Campo Verde y 9 de Julio se formaron en la década de 1990 a partir de asentamientos. «Era una época muy complicada, y los vecinos tuvieron que organizarse, forzosamente. Ese historial lo venimos trayendo, y así nos organizamos para distintas instancias, para conseguir la Escuela Belgraniana, el jardín maternal, la biblioteca Popular. Todo se hizo a partir de la organización de los trabajadores y los vecinos», repasó Martínez.
Sobre los dos predios en cuestión, detalló: «Tanto La Olla como Las Gomas han sido huecos que los propios vecinos han rellenado, con carretillas, hombreando tierra, hasta lograr tener un espacio para compartir. Por eso tenemos esta sensación de atropello».
El 8 de marzo, el día de la primera represión, el barrio se despertó a la 1 de la mañana cuando entró un camión con cientos de policías. «Venían preparados para algo extraño y nosotros oficialmente no sabíamos nada -contó la docente-. A partir de ahí entramos en una vigilia, esperando al gobernador. La mayoría de los vecinos tenían la expectativa de que viniera a dialogar. Eso esperábamos; exponer sus razones, nosotros las nuestras e intentar un acuerdo».
Cuando el mes pasado los vecinos se enteraron del plan del gobierno, fueron de inmediato al centro vecinal. Les contestaron que no sabían de qué les estaban hablando. «El centro vecinal no trabaja. Es radical», precisó Martínez.
«Estas situaciones no son solo de Campo Verde. La diferencia es que la gente de Campo Verde se cansó -resumió la docente-. Esta bronca, este enojo, esta sensación de atropello, tiene que ver también con que permanentemente nos sacan todo. Si es la comida, hay que pelearla; la educación, los libros, internet, la luz, el agua… todo hay que pelearlo, todo hay que tratar de conseguirlo. Y encima entran al barrio y te sacan lo poco que tenés. Esa es la sensación más fuerte de los vecinos y por eso están tan plantados».
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