Tras el anuncio del gobierno nacional de cerrar de dos nuevos organismos estatales, el Instituto de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (Inafci), y del Consejo Nacional de Agricultura Familiar (CNAF), que dejará a 900 familias en la calle, los trabajadores y trabajadoras del INAFCI, emitieron un comunicado, “Mentir para ajustar”
“Queremos desmentir al vocero presidencial, Manuel Adorni y al presidente, Javier Milei compartió en sus redes sociales una serie de mentiras para justificar los despidos y la desaparición de la única política pública para el sector campesino e indígena de todo el país.
- Dijo: uno cada tres era funcionario !!. Mentira, somos más de 900 trabajadores que dependemos de nuestro salario para vivir.
- Dijo: que teníamos 204 vehículos. Con lo cual debería haber, por lo menos,10 vehículos por provincia. Hace años que ponemos el propio para llegar a los parajes rurales.
- Dijo: que el organismo tiene 2 sedes. Eso expresa el total desconocimiento del funcionamiento del organismo. Es una política nacional, que tiene su oficina central en Capital Federal y luego cada provincia tiene una delegación.
- Dijo: Puestos de no trabajo. Todos y todas los y las técnicos/as del Inafci podemos dar cuenta de proyectos ejecutados y en ejecución.
- Dijo: que los productores y productoras no se manifestaron. Muchas organizaciones vienen pidiendo presupuesto para el sector con feriazos y verdurazos.
Desde 1993, se sostiene esta política pública en gran medida por el compromiso y voluntad de las y los trabajadores que hoy nos estamos enterando por las redes sociales que nos quedamos sin trabajo. No somos la casta, tenemos 30 años de precariedad. Con un 100% de trabajadores no formalizados.
Somos trabajadores que acompañamos, en todo el país, la producción de alimentos, la producción agroecológica, el acompañamiento a mujeres rurales campesinas e indígenas, el acceso al agua en comunidades rurales, el acceso a la tecnología, las mejoras en la infraestructura productiva, el acceso al monotributo social agropecuario, generamos datos estadísticos a través del RENAF (Registro Nacional de la Agricultura Familiar campesina e indígena), acompañamos a ferias y el desarrollo de mercados de cercanía, circuitos de comercialización sin intermediarios y sin explotación, acompañamos las producciones artesanales.
Por su parte, La Junta Interna de ATE Agricultura advierte que el cierre del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e
Indígena (Inafcel) sólo generará un brutal crecimiento de la pobreza en los centros urbanos de las grandes ciudades. El desconocimiento del gobierno nacional respecto de lo que pasa en el interior del país es tan brutal, que han nombrado para liquidar al organismo a la psicóloga de la Policía de la Ciudad, Clara Sanz, que en tan solo cuatro días tomó una decisión que afecta al principal sector productivo de nuestro país.
“Milei y Adorni no la ven: la agricultura familiar no es un videojuego”
Desde diciembre el Instituto se encuentra sin autoridades, siendo los propios trabajadores los continuadores de las políticas delineadas para el sector.
Ante las incoherencias vertidas hoy por el gammer que oficia de vocero presidencial, debemos aclarar que:
- El Inafcel tiene 23 coordinaciones y 106 unidades territoriales en todo el territorio nacional. De esas oficinas solo dos tienen gastos de alquiler (Santiago del Estero y Catamarca), el resto de las oficinas están emplazadas en distintos organismos del Estado Nacional y desde allí sus técnicos asisten a más de 200.000 agricultores familiares.
- De los 200 vehículos mencionados por Adorni, 30 fueron dados de baja por desuso, 60 están en reparación y solo 120 están en funcionamiento. Ante estas deficiencias, son las y los mismos trabajadores del Instituto quienes se ocupan de solventar los gastos de movilidad (Nafta, Viáticos, reparaciones, etc.) para llegar a los territorios.
- La principal partida del presupuesto del Instituto son los sueldos, porque son las y los trabajadores quienes brindan asesoramiento a los desarrollos productivos de la Agricultura Familiar a lo largo y a lo ancho de todo el país. Esa labor promueve el arraigo territorial para que las familias puedan vivir en el campo y no superpoblar los centros urbanos.
El financiamiento del Instituto se explica en gran parte por el aporte de organismos internacionales, como FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) entre otros.
Todos esos organismos y estamentos gubernamentales ven lo que Adorni no ve: La Agricultura Familiar es la principal productora de alimentos de nuestra economía, generadora de valor agregado y sobre todo, una actividad que permite darle viabilidad económica a las familias que hacen patria en los lugares más recónditos del país.
Milei no la ve: El gasto que dicen ahorrar con el cierre del Inafcel, es el que van a tener que multiplicar para garantizar salud, seguridad y educación en las ciudades que recibirán a la población que se desplace desde la agricultura familiar hacia esos centros urbanos.
Con Macri nos quisieron desaparecer y acá estamos. Milei no te vamos a dar el gusto.