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Desde la UTA afirman que Morales «sufrió en carne propia el avasallamiento» que padecen los trabajadores

«El gobernador se enoja y dice que los porteños no le van a manejar su vida. Bueno, listo, no dejemos que nos manejen la vida, pero hagamos algo», afirmó Nicolás Abet, secretario gremial de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) de Jujuy, respecto de la queja de Gerardo Morales por los subsidios nacionales al transporte público de las provincias.

Los choferes de colectivos finalmente cobraron casi la totalidad de lo que les debían las empresas. Se saldó la diferencia pendiente del sueldo de junio y el medio aguinaldo. Todavía falta la diferencia que quedó pendiente de la segunda cuota del aguinaldo del año pasado y corregir algunas liquidaciones de acuerdo a la escala salarial. Con esto, se disipa la posibilidad de que se realicen nuevas medidas de fuerza. Al menos por ahora.

«Por lo menos apareció el dinero para salir del problema urgente. Nos tiraron un salvavidas», describió Abet en diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5). 

El sindicalista prefirió no dar precisiones de números, porque todavía están haciendo cuentas. «Llegó ayer el dinero y con la desesperación hemos dicho que las empresas pongan lo que tengan que poner ya, para poder sacar esto. Ellos propusieron esperar hasta el lunes pero les dijimos que para nada, porque la gente necesita saldar sus cuentas y necesita también un poco de tranquilidad», relató Abet.

El Gobierno nacional envió a Jujuy 141 millones de pesos. Todavía falta que la provincia ponga su parte, una suma que ronda los 150 millones. Se espera que esto ocurra cerca del 15 de agosto porque la provincia todavía debe un reajuste del mes de junio, según explicaron desde la UTA.

El siguiente paso será una audiencia virtual con representantes de las empresas y el Ministerio de Trabajo y Empleo de la provincia, en la que el sindicato informará a cada firma los montos que están debiendo.

«Nosotros siempre decimos: si nos pagan, trabajamos. No tenemos ningún problema», afirmó Abet en relación a posibles medidas de fuerza.

Y agregó: «Pedimos las disculpas del caso, pero lamentablemente parece que somos hijos del rigor y hay que tomar medidas. Hemos pedido hace dos años y medio que nos sentemos, y hasta la fecha todavía no hemos sido convocados. Ahora nos dicen que sí».

Soluciones

Abet opinó también sobre la polémica que abrió el gobernador Gerardo Morales al quejarse de que los subsidios para el transporte dispuestos por el gobierno nacional discriminan a las provincias frente a lo que se entrega a la Ciudad de Buenos Aires. «¿Por qué siempre Buenos Aires? Tenemos que pensar qué tipo de transporte queremos y solucionarlo acá», sostuvo.

«Aquí hablan de que ahora tenemos energía para vender, los paneles solares, Cauchari, el litio, todas esas producciones que van a dejar plata. Bueno, que un poquitito de esa plata sea para el transporte público, que es del trabajador que va a todas esas fábricas, a esos lugares que producen», reflexionó.

Por otro lado, señaló que «si hay subsidios, que sean para el usuario y no para el empresario», y aseveró: «Yo dije mil veces ‘señores usuarios, denuncien al sistema’. Que el defensor del Pueblo se ponga a trabajar y haga lo que tiene que hacer, que es defender al ciudadano».

«El gobernador se enoja y dice que los porteños no le van a manejar su vida. Bueno, listo, no dejemos que nos manejen la vida, pero hagamos algo para que podamos contrarrestar, porque decir es fácil -continuó Abet-. Él ha sufrido en carne propia lo que sufrimos los trabajadores periódicamente, que es el avasallamiento. Cuando nosotros reclamamos que se nos pague en tiempo y forma, él ha dicho ‘no podemos, que mande Nación’. Ahora ha sentido lo que es eso cuando el gobierno nacional ha dicho ‘ponés la plata o yo no pongo nada'».

El timbre

Las falencias del sistema, que periódicamente genera incumplimientos, deudas salariales y los consecuentes paros de los trabajadores, no dejan espacio para que se discutan otros aspectos importantes para los choferes.

«El trabajo del chofer es muy particular, porque hay que aguantar muchas cosas -explicó Abet-. Es peor que el del cajero del banco. Nosotros tenemos contacto diario con las personas, que es lo más difícil. Conducir, estar pendiente de la calle, atento a todo, subiendo y bajando pasajeros, y el timbre que te vuelve loco. Hemos pedido 25 mil veces que cambiemos el sistema del timbre, porque te desespera, suena cada 30 segundos».

La cuestión del timbre no es menor. Los trabajadores proponen que se instale una banda de leds, frente al chofer. Algo parecido se puso a prueba hace un tiempo, pero no dio resultado. «Pusieron una lucecita chiquita en un solo habitáculo, y por ahí al darte vuelta no le prestabas atención», describió.

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