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Los sindicatos de docentes de la enseñanza pública de Paraguay rechazaron los descuentos salariales que les aplicó el gobierno durante la última huelga y endurecieron su posición al advertir sobre una nueva paralización de actividades y, llegado el caso, un nuevo paro nacional.
Los docentes iniciaron hoy una serie de movilizaciones callejeras y cierre de rutas para expresar su repudio a la medida del Ministerio de Educación, que afecta a unos 18.000 educadores.
La Federación de Educadores del Paraguay (FEP) analiza declarar una nueva huelga, mientras la Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay (OTEP) considera que la medida del gobierno «es un atropello, una sanción a los trabajadores de la educación por salir a defender sus derechos y reclamar sus reivindicaciones».
El Ministerio de Educación aclaró que no se trata de un descuento sino del no pago de servicios no prestados, como estipula el artículo 373 del Código del Trabajo.
La FEP y la OTEP declararon el 23 de julio la huelga que paralizó las actividades educativas en el país durante 26 días, en protesta por un proyecto de la ley que estipula bajas y recortes en las pensiones de los docentes.
El Ministerio de Educación rechazó revisar su medida de reducir durante dos meses el salario de los educadores como sanción por el paro que mantuvieron durante agosto, en demanda de mejoras en la jubilación del sector.
El recorte salarial dispuesto por el Ejecutivo alcanza más de 150 dólares en el caso de los maestros de educación primaria y casi 200 para los de secundaria, reportaron las agencias Prensa Latina y ANSA.
Vidal Ortega, dirigente de la Organización de Trabajadores de la Educación, declaró que el abandono de las clases y los bloqueos de rutas serán «la primera protesta» por la determinación del gobierno del presidente Horacio Cortes de insistir en un descuento considerado ilegal por los gremios.
Ortega reiteró que las acciones del martes y miércoles serán la primera reacción a lo ejecutado por el gobierno y después «cualquier cosa se puede esperar», en alusión a asambleas convocadas para decidir si se retoma la huelga nacional.
El dirigente gremial condenó finalmente la decisión tomada por el gobierno, a pesar de que el sector se mostró abierto a agotar las instancias de diálogo para solucionar el conflicto.
