La calificadora de deuda internacional Standard & Poor’s consideró un «Default» la decisión del gobierno de Macri de postergar los pagos de títulos de deuda por más de U$S 101.000 millones de dólares. La actual administración, además de endeudar en tiempo récord a la Argentina, y recibir el préstamo del FMI más grande de la historia del organismo, entregará al próximo gobierno un país en default y sin reservas en su Banco Central.
La deuda de corto plazo, bajó la calificación de «B» a «D», o sea, incumplimiento de los términos de pago: Default, sin atenuantes. La deuda de largo plazo que verá afectados sus plazos pasó a la calificación de «SD» o Default Selectivo.
«Según nuestros criterios de canjes en situaciones de distress, y en particular para las entidades con calificación ‘B-‘, la extensión de los vencimientos de la deuda a corto plazo sin compensación constituye un incumplimiento. Tras la incapacidad continua de colocar documentos a corto plazo con participantes del mercado del sector privado, el gobierno argentino extendió unilateralmente el vencimiento de todos los documentos a corto plazo el 28 de agosto. Esto constituye un incumplimiento bajo nuestros criterios (…) Por la continúa inhabilidad para colocar deuda de corto plazo con el sector privado, el Gobierno argentino extendió unilateralmente la decisión de postergar los plazos»,sostuvo la calificadora.
«Una entidad calificada con SD (siglas en inglés para Selective Default –Incumplimiento Selectivo) o D (incumplimiento) ha incurrido en incumplimiento de una o más de sus obligaciones financieras incluyendo las calificadas y no calificadas, pero excluyendo los instrumentos híbridos clasificados como capital regulatorio o en impago de acuerdo con los términos. La calificación de D o de SD se asigna cuando Standard & Poors considera que el incumplimiento será generalizado y que la entidad incumplirá en el pago de todas o una parte sustancial de todas sus obligaciones a medida que vayan venciendo»,explica Standard & Poor’s en un comunicado.
Esta situación puede ocasionar que fondos especulativos inicien acciones legales contra la Argentina por el incumplimiento de pagos.
También bajó la categoría de deuda argentina de largo plazo de «B» a «CCC», lo que implica una alta vulnerabilidad, previa al default. Ya el 16 de este mes, Fitch Ratings había bajado la calificación de Argentina como emisor de deuda a largo plazo a «CCC» desde «B», dejando al país al nivel de Zambia y República del Congo.
De acuerdo a la agencia internacional Bloomberg, una estimación realizada por la banca Morgan Stanley consideraba que la Argentina necesitaba U$S 12.900 millones de dólares para pagos de deuda durante los últimos cuatro meses de 2019. Sin desembolsos de fondos del FMI, y sin acceso a mercados de crédito, el país no habría podido enfrentar ese monto, por lo que Macri optó por defaultearlos en sus plazos y cargárselos al próximo gobierno, reteniendo así lo poco que queda de reservas para mantener la cotización del dólar. O sea: complica aún más al futuro gobierno mientras especula electoralmente y continúa con el gran negocio de los bancos, las Leliqs, que no solo no se reestructuran sino que hoy alcanzaron tasas del 80%.