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Por Teresa Jordán y Camilo Haro Galli
Es domingo por la tarde en Huacalera. Matilde y Walter, los padres de Camila, la joven que apareció muerta hace 10 días, nos reciben en su casa para conversar acerca de lo sucedido, de cómo era su hija y de los motivos por los que sostienen que fue un femicidio y no una muerte por broncoaspiración como sostiene el Fiscal Cussel.
Matilde y Walter son los padres de Camila. Juntos formaron una familia integrada por dos hijas y un hijo. Son docentes de lengua y literatura en escuelas de la puna jujeña. Todas las semanas viajan 7 horas para trabajar en localidades del interior profundo. Allí estaban cuando les llegó la triste noticia de que su joven hija había fallecido.
Matilde nació en San Bernardo, departamento Tumbaya, en donde se crió junto a sus 7 hermano. También vivió en Humahuaca hasta que se quedó en Huacalera. En el año 2016 egresó como docente del IES N°2 de Tilcara.
Apenas empezamos la entrevista Walter se disculpa por no habernos recibido antes. “Recién estamos poniendo en orden todo y acomodándonos a la situación de estar viviendo con los nietos”, en referencia al bebe y la nena, hijos de Camila. Agrega “hasta ayer estuvimos rezando la novena, son nuestras creencias, lo que se acostumbra por acá”.
La familia se siente reconfortada por los vecinos que los acompañaron durante la novena y por quienes organizaron la marcha para recordar y pedir justicia para su hija. “Nosotros no estuvimos en la marcha, la organizó la hermana de Camila, nos sorprendió la convocatoria, seguramente habrá otra marcha cuando se cumpla un mes”.
Matilde tiene al pequeño hijo de Camila en brazos, lo hace jugar, se para y lo mece, manda buscar una mantilla y lo arropa, “le cuesta acostumbrarse a tanto cambio, la nena el otro día me dijo que quería volver a vivir a su casa”. Walter cuenta que Camila hace un año vivía en el barrio Inti Watana con los chicos “iba con ellos a todos lados, los llevaba a los controles médicos y se daba vuelta con la Asignación Universal, nosotros la ayudábamos en lo que podíamos, pero ella nos decía que no nos preocupemos y de a poquito avanzaba, había hecho el pozo ciego y ahora quería hacer el baño”.
Walter sostiene que “el motivo por el que mataron a Camila es el terreno, porque ella fue y se asentó ahí y lo puso a su nombre y de la nena”. El terreno está en un loteo fiscal y el municipio se lo entrego a “el flaco” pero fue ella que lo ocupo y le hizo las mejoras. La familia de él constantemente la hostigaba “querían el desalojo de ella”.
El papá y la mamá de Camila aseguran que la hipótesis del fiscal sobre la causa de muerte no es creíble; “la fiscalía debería defender a la víctima”. Aseguran que el cuerpo de su hija “presentaba un golpe en la cabeza” y tenía “la cara muy hinchada”.
También señalan que el vecino de Camila volvió a las dos de la mañana del trabajo y vio la moto de “el flaco” estacionada en el frente de la casa “él estuvo allí y no estuvo sólo, sino que con su actual pareja, cerca de las dos y media los vecinos escucharon a la moto irse, ese horario coincide con la hora de muerte que figura en el certificado de defunción”. Matilde se pregunta «¿Que hacia ese hombre ahí a esa hora?».
Otro dato importante que la familia de Camila señala es que no se dio importancia a las denuncias y exposiciones realizadas por la jovena por la violencia simbólica, física y psicológica ejercida por su expareja, su suegra y su cuñada.
“Quizá como estuvimos ocupados con el velatorio, el entierro, la novena y por la cuestión económica no nos dimos tiempo para buscar un abogado que acompañe el proceso, tener un perito de parte en la autopsia era muy costoso, pero estamos decididos a buscar asesoramiento y presentar las pruebas necesarias para que se revise la causa y se cambie la carátula».
Los padres esperan que la investigación profundice en las pericias al celular, tomando testimonios, indagando sobre los antecedentes de violencia y al conflicto sobre el terreno.
