La Corte de Brasil confirmó la parcialidad de Moro y otorgó una nueva victoria a Lula

El Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte de Brasil, confirmó este jueves por mayoría la parcialidad y persecución política del exjuez Sérgio Moro en la causa en la que condenó y proscribió de las elecciones de 2018 al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, al que encarceló durante 580 días por corrupción. Con ese resultado fue ratificada la anulación de la condena contra Lula, que queda confirmado como posible candidato presidencial en 2022 y que actualmente lidera las encuestas de intención de voto por encima del presidente Jair Bolsonaro.

La Corte llegó a esa conclusión con siete de sus 11 votos, en una decisión que le dio un golpe mortal al ímpetu de Lava Jato, la mayor operación anticorrupción de la historia que utilizó, según los jueces, ilegalidades, negociaciones políticas y económica y motivación ideológica para llegar a sus objetivos, entre ellos inhabilitar electoralmente a Lula.

La condena sacó a Lula de la elección de 2018 en virtud de la Ley de la Ficha Limpia, que inhabilita a condenados en dos instancias, y luego de la victoria de Bolsonaro el propio Moro se sumó al gabinete como ministro de Justicia, cargo al que renunció para trabajar en el estudio jurídico estadounidense Alvares & Marsal.

En una tensa sesión con discusiones a favor y en contra de Lava Jato entre los jueces, estos confirmaron la decisión de considerar que Moro ejerció persecución contra Lula en el juicio en el cual lo condenó a ocho años de cárcel por la propiedad nunca probada de un departamento en la ciudad balnearia de Guarujá.

Los defensores de Lava Jato en el STF habían obtenido dos votos de la mano de Edson Fachin y Luis Barroso, quienes defendieron a Moro y a la operación por haber cambiado la forma de hacer política en Brasil.

La Corte también determinó que otras causas que Lava Jato abrió contra Lula quedaron anuladas y pasaron por una cuestión de competencia a Brasilia, ya que no había vinculaciones con los desvíos en la petrolera estatal Petrobras durante la presidencia del líder del Partido de los Trabajadores (PT), entre 2003 y 2010.

Entre la anulación se encuentra una condena a 15 años ya confirmada en dos instancias por una reforma que Odebrecht, constructora eje del caso de corrupción, hizo en una casa de campo de la ciudad paulista de Atibaia utilizada por Lula luego de dejar la presidencia.

Los jueces que lograron la mayoría para confirmar la decisión de la Sala II de la corte suprema fueron Gilmar Mendes, Antonio Toffolli, Carmen Lucia Antunes, Kassio Nunes Marques (el juez puesto por Bolsonaro), Rosa Weber, Alexandre de Moraes y Ricardo Lewandowski.

La sesión remota contó con el fuerte enfrentamiento entre Barroso y Lewandowski. Barroso, conocido por sus coincidencias jurídicas con el grupo mediático Globo y que llegó a la Corte por vía de la expresidenta Dilma Rousseff, repasó los logros de Lava Jato y no quiso considerar a Moro imparcial. El magistrado cuestionó las filtraciones sobre los diálogos entre Moro y los fiscales conspirando contra Lula y dijo que todos los partidos políticos estaban incluidos en la red de desvíos de empresas estatales para financiar campañas.

Sin embargo, Lewandowksi, que llegó por designación de Lula, contraatacó y le dijo que «quien no está a favor de los métodos de Lava Jato también puede estar en contra de la corrupción y a favor de combatirla», tras enumerar la crisis de empleo generada por la quiebra de al menos cinco empresas constructoras involucradas en las coimas en los contratos de Petrobras.

La sesión fue cerrada antes del fin de la votación en medio de un escándalo entre Mendes y Barroso que cruzaron insultos. La presidenta del PT, diputada Gleisi Hoffmann, afirmó que la corte «hizo justicia, Moro es parcial y Lula es inocente de las acusaciones y tiene derechos políticos plenos».

«Fueron cinco años de lucha que valieron la pena. Que nunca más el Poder Judicial vuelva a ser manipulado por persecución política. Que nunca más una elección se decida proscribiendo a un candidato», dijo Hoffmann.

De esta forma Lula, que denunció desde el inicio el lawfare de Lava Jato en su contra, se encuentra libre de culpa y cargo, pero deberá esperar si la justicia de Brasilia abre otros procesos que fueron anulados.

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