Niñas TIC: La tecnología necesita mujeres

Por Romina Tarifa*. La revolución tecnológica impacta en el desarrollo educativo, social, económico, laboral y profesional de la sociedad en su conjunto. Los chicos viven situaciones de incertidumbre respecto a su futuro laboral a causa de la desaparición de algunos empleos tradicionales. Se estima que las carreras del futuro se caracterizarán por trabajar a cualquiera hora y desde cualquier lugar, garantizando que los trabajos no sean repetitivos sino colaborativos y en redes, entre otras cosas.

En un futuro cercano, algunas de las profesiones demandadas serán youtuber, operador de dron o detective digital. Sin dudas, el desafío será la transformación digital que se lleve a cabo en las organizaciones de trabajo a través de la reinvención con la incorporación y uso de la tecnología digital. Sin perder de vista que antes, durante y después del desarrollo tecnológico, están las personas que lo producen y utilizan.

Brecha de género 

Hablamos de reducir la brecha de género en tecnología porque las mujeres son las que menos acceden a comprarse los aparatos tecnológicos y adquirir las habilidades y competencias digitales que les permitan realizar usos productivos, innovadores y diversos en su desarrollo laboral. Las mujeres son las que menos acceden a estudiar y ejercer profesionalmente carreras vinculadas a las tecnologías de la información y comunicación (TIC), por falta de oportunidades y por diversos estereotipos del rol de la mujer que funcionan como barreras culturales que obstaculizan su camino desde la niñez y adolescencia.

Las niñas y adolescentes no se orientan a estudiar profesiones vinculadas a las tecnologías de la información y comunicación, por diferentes razones, entre ellas se pueden mencionar:

● Se apoya solo a los varones a estudiar profesiones tecnológicas porque se asocia la tecnología con inteligencia masculina.

● Se orienta a las niñas hacia oficios y profesiones que están vinculados con la crianza de chicos, los cuidados, lo doméstico y la estética, entre otros.

● Se visibiliza poco a las mujeres líderes y destacadas en el campo tecnológico y científico, lo cual limita la motivación y proyección de las niñas y adolescentes.

Según la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), en 2020 habrá medio millón de puestos de trabajo en áreas como big data, inteligencia artificial, ciberseguridad o el Internet de las cosas por cubrir. Sin embargo, entre las elecciones de los jóvenes no está en primer lugar las profesiones tecnológicas, menos para las mujeres: solo representan el 30 por ciento de los investigadores del mundo en ciencia y tecnología, según la Unesco (2019).

En el Reino Unido, la Universidad de Surrey (2018) llegó a la conclusión de que las niñas que interactuaron con los videojuegos se autoidentificaron como personas vinculadas a la tecnología e informática, y muchas de ellas se orientaron a elegir profesiones vinculadas a las tecnologías. En el mismo sentido, México (2019) creó la carrera de Ingeniería en Videojuegos para formar profesionales especializados en el desarrollo de videojuegos que potencien los campos de la medicina e ingeniería.

Mientras tanto, ¿a cuántas niñas apoyamos a jugar videojuegos?

En 2010, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) sancionó el “Día internacional de las niñas en las tecnologías de la información y comunicación (TIC)”, con el objetivo de motivar y apoyar las vocaciones tecnológicas de la información y comunicación en las niñas, adolescentes y jóvenes, con la intención de reducir la brecha de género en tecnología. Estos datos de la OEI, la Unesco, la Universidad de Surrey y la UIT evidencian por un lado la demanda de profesionales que existe en el campo tecnológico y por otro la demanda de más mujeres insertas.

Vocación profesional 

“Mi hijo es inteligente, por eso va a estudiar Ingeniería”; “Mi hija quiere estudiar Ingeniería pero es una carrera para varones, ya le dije que elija otra”; “Mi hija será una maestra jardinera, ama a los niños, tiene instinto maternal»…

Crecimos creyendo que existían  carreras masculinas, ciencias duras y carreras de inteligentes, es decir, profesiones exclusivas para varones inteligentes y fuertes. En realidad, no existen carreras masculinas ni femeninas, y tampoco la inteligencia es un estado que tienen las personas al nacer según su sexo biológico.

Aún se cree que los niños y niñas nacen con capacidades innatas para ejercer determinada profesión. No obstante, la identidad profesional se construye a partir de una relación afectiva y cognitiva con los conocimientos, condiciones y oportunidades para desarrollarse. La identidad vocacional y la inteligencia se construyen a partir de condiciones biológicas, vínculos con la realidad y otros sujetos, con experiencias significativas desde la niñez, las cuales son significativas por la capacidad de aprender y descubrir el mundo que tienen tanto los niños como las niñas.

Los niños y niñas demuestran interés y curiosidad cognitiva hacia el desarrollo del pensamiento científico y tecnológico, pero no reciben las mismas oportunidades en sus entornos cercanos, pues reproducimos estereotipos que funcionan como barreras culturales que nos llevan a asociar a los varones con el desarrollo de profesiones vinculadas a la ciencia y tecnología, dejando excluidas a las niñas y adolescentes. Necesitamos derribar estas barreras que solo limitan y desmotivan a las niñas y adolescentes a vincularse en profesiones tecnológicas.

Por estas creencias, muchos padres, docentes y profesionales se posicionan como barreras y no apoyan ni motivan la interacción de las niñas y adolescentes con las tecnologías y los videojuegos, por ejemplo. ¿Cuántas niñas y adolescentes quedan en el camino por esta falta de apoyo, mandatos sociales y falta de condiciones para construir su identidad vocacional?

Organismos internacionales expresan que el mundo necesita tecnología, y la tecnología necesita mujeres. La tecnología que se desarrolla en el mundo es determinada predominantemente por el sector de los varones; las mujeres tienen que ser incluidas porque se reconoce que la diversidad en los equipos promueve mejor calidad de los productos y servicios que se crean.

Los niños y niñas tienen el mismo derecho a educarse con las mismas posibilidades y en un futuro elegir cualquier profesión. Se aprende a ser informático, se aprende a ser enfermero, se aprende cualquier profesión.

* Licenciada en Psicopedagogía (RP 020106). Instituto de Protección y Ciudadanía Digital. Defensoría del Pueblo de Jujuy

(388-15 432 7313)

 

 

 

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