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La dirigente justicialista Carolina Moisés criticó al radicalismo, especialmente al de la ciudad de San Pedro, por “la actitud que, en aras de sacar hasta la más mínima ventaja, buscando hacerse un lugar en la consideración de la gente, utilizan cuanto espacio público existe o, como viene sucediendo este año, cuanta fiesta patronal o celebración propia de cada localidad vaya surgiendo en el camino, en una clara actitud miserable por parte de quien la lleva adelante”.
La secretaria de Integración Regional señaló que “este tipo de actitudes, mezquinas y especulativas, se vienen observando en las últimas festividades pueblerinas, aquellas populares que convocan a toda una comunidad ya sea para honrar a sus santos patrones o para conmemorar el aniversario de su localidad o ciudad».
Agregó que «esta estrategia viene siendo utilizada abiertamente por precandidatos de la UCR, que con su máxima figura, el senador Gerardo Morales, candidato por tercera vez a la gobernación, no tienen reparos ni guardan el más mínimo respeto por los símbolos y las fechas más significativas y caras al sentimiento de los pueblos, desde los más pequeños hasta los más grandes”.
“En esta fecha en que se conmemora el 205° aniversario de la Revolución de Mayo y el 135° de la fundación de San Pedro de Jujuy, una vez más el radicalismo jujeño mostró su desprecio por las cuestiones ciudadanas y la historia de más de un siglo de vida que enorgullece a los habitantes de esa ciudad ramaleña y fue protagonizado por uno de los precandidatos a intendente que tiene el radicalismo en esta ciudad, Julio Bravo, quien con una clara intencionalidad política electoralista mandó a instalar sobre Plaza Belgrano un gazebo y cartelería variada promocionando su candidatura, casi en simultáneo al inicio del Tedeum que se celebraba en la Parroquia San Pedro de Río Negro, por el aniversario de la ciudad y de la gesta patria revolucionaria”.
Por último, Moisés aseguró que “fue un verdadero papelón. La desesperación por capitalizar votos y ganar terreno a base de operatorias propagandísticas de mal gusto quedaron en evidencia. Esta actitud miserable fue criticada y reprochada por el grueso de los feligreses que salían del templo y se daban de frente con el despliegue proselitista. Un nuevo papelón se anota en la agenda de esta campaña electoral del radicalismo, que optó ahora por copar los escenarios y los palcos oficiales de las diversas festividades que se concretan en la capital y el interior provincial”.
