Perú: Castillo echó al jefe de Policía y aceptó la renuncia del ministro del Interior 

El presidente de Perú, Pedro Castillo, aceptó este domingo la renuncia del ministro del Interior, Avelino Guillén, y relevó de sus funciones al comandante general de la Policía Nacional (PN), general Javier Santos Gallardo Mendoza, quien está sospechado de cobrar sobornos a cambio de ascensos.

En un mensaje difundido a través de la red social Twitter, Castillo dio a conocer ambas decisiones. El jefe de Estado manifestó que decidió “dar por concluida la designación del comandante general de la @PoliciaPeru, Javier Gallardo Mendoza. Asimismo, acepto la renuncia del ministro del Interior, Avelino Guillén, a quien agradezco por los servicios prestados a la Nación”, escribió.

La resolución suprema que comunica estas decisiones a la ciudadanía, y que fue publicada en medios locales, precisa que el general Gallardo Mendoza pasa “de la situación policial de actividad a la situación policial de retiro”. Además, agradece al oficial “por los servicios prestados a la Policía Nacional del Perú y a la Nación”.

Guillén presentó su renuncia el pasado viernes luego de discrepancias con el excomandante general de la Policía Nacional respecto al pase a retiro de varios generales del cuerpo y la asignación de nuevos cargos.

Medios locales recuerdan que Guillén, tercer ministro del Interior del Gobierno de Castillo, objetó una propuesta de pase a retiro hecha por Gallardo Mendoza a partir de considerar que generales incluidos en ella debían continuar en la fuerza por su experiencia y eficiencia en hacer frente al crimen organizado. Además, discrepó con el oficial respecto a asignaciones de nuevos cargos.

Estas opiniones fueron asumidas por el excomandante general de la PN como una intromisión en asuntos de su competencia.

Las mencionadas desavenencias se dieron en el contexto de denuncias sobre corrupción dentro de la PN. Un portal local publicó el pasado jueves que en el proceso de ascensos dirigido por Gallardo Mendoza se llegaron a pagar sobornos que en algunos casos alcanzaban los 25.000 dólares.