La presidenta brasileña resaltó las oportunidades de inversión que ofrece Brasil en infraestructura, área a la que consideró como «llave» del crecimiento y el desarrollo, en un seminario organizado en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
«Tenemos muchos números para ilustrar las buenas perspectivas» que ofrece el país, señaló Rousseff a decenas de inversores, a los que reseñó que «en los últimos diez años, el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil creció 40 por ciento en términos reales, la inversión aumentó 70 por ciento y el comercio minorista se expandió un 120 por ciento».
La mandataria resaltó también que, en el mismo período, «la masa salarial creció un 65 por ciento y la tasa de desempleo bajó hasta el 6 por ciento», según reportó la agencia de noticias EFE.
No obstante, pese a esos datos positivos, admitió que Brasil tiene una urgente necesidad de modernizar sus infraestructuras de carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos.
Así, explicó los detalles de un programa anunciado por su gobierno para la construcción y modernización de infraestructura, que contempla inversiones por valor de 470.000 millones de reales, equivalentes a 212.956 millones de dólares, hasta 2016.
«El objetivo es mejorar estructuralmente a la economía brasileña y contribuir a volverla más competitiva y más productiva», declaró la mandataria, quien indicó que para eso el país necesita atraer al capital privado nacional y extranjero.
También admitió que Brasil tiene un importante déficit de viviendas e invitó a los inversores a participar en el plan conocido como «Mi Casa, Mi Vida», volcado a la construcción de residencias para las clases baja y media.
Por último, sostuvo que Brasil precisa, además, reforzar la inversión en las áreas de tecnología, telecomunicaciones y educación.