Los trabajadores golondrina que pasaron dos noches en el complejo Eva Perón de Los Alisos fueron distribuidos hoy en varios hoteles donde deberán cumplir con la cuarentena obligatoria, después de haber regresado este miércoles de Mendoza, adonde habían laborado en la cosecha de uva y de tomate.
El grupo fue dividido en tres: 46 personas fueron alojadas en un hotel de San Pedro; otras 32, que son de Monterrico y Perico, en un hotel de San Salvador de Jujuy, y otras 8 a un hotel de Palpalá.
Las 86 personas, entre las que hay mujeres, niños y personas mayores, llegaron a Jujuy en la madrugada del jueves y fueron directamente llevadas al complejo Eva Perón, donde pasaron dos noches en condiciones lamentables: sin agua corriente salvo por algunas horas ayer, y durmiendo en cuchetas amontonadas en los dormitorios.
Habían llegado a la provincia después de viajar muchas horas en micro, habiendo pagado ellos mismos sus pasajes y tramitado los permisos correspondientes para el traslado. La mayoría estaban desde enero en Mendoza, trabajando en la cosecha de uva y de tomate. Y todos pagaron sus pasajes y tramitaron los permisos para trasladarse de regreso a sus hogares.
Después de viajar más de un día, las primeras horas que pasaron en el lugar sintieron que los habían abandonado, porque ninguna autoridad se acercó para explicarles nada. Mucho menos recibieron elementos de higiene, alimentos o atención sanitaria.
Recién en la tarde del jueves se presentó personal de enfermería que realizó un control sanitario. También les llevaron pan, arroz y unas latas de pan de carne.
«Anoche llegó una chica, a las 22.30, por ahí, a ver como estábamos. Nos vio durmiendo tirados en los colchones. Le pedimos si podía conseguirnos pañales», relató a El Submarino Radio (91.5) Analía Aldana, integrante del grupo, un rato antes de abandonar el complejo rumbo al hotel de San Pedro donde quedará cumpliendo la cuarentena obligatoria.
La escena puede parecer de ficción: 86 personas, incluidos hombres, mujeres, niños y adultos mayores, pasaron dos noches en un lugar con algunas pocas camas, muchos durmiendo sobre colchones, en medio de una de las tormentas más fuertes que azotó a la provincia en años. Y sin agua. «No podíamos lavar las tazas para hacernos un mate cocido ni el plato donde nos servimos unos fideos hervidos. Cosas elementales y básicas: lavarnos las manos, los dientes. No nos bañamos durante 4 días. El agua mineral que nos dieron la tuvimos que usar para esas cosas», detalló Analía.
«El gobierno salió a decir que nos estaba atendiendo y que teníamos todo. Pero no es cierto. Así dan pie a que la gente diga que queremos todo gratis. Pero no es así. Estamos acá, en la punta de un cerro, aislados de toda la ciudad. Juntamos plata y le dimos a los policías, que fueron y nos compraron mercadería para que podamos comer. Acá hace mucho frío», continuó.
Trabajadores jujeños que volvieron de Mendoza fueron alojados en un lugar sin agua ni comida