135 femicidios en seis meses de aislamiento por la pandemia del Covid

El Observatorio de las violencias de Género Ahora Que Si Nos Ven dio a conocer un informe sobre los femicidios en tiempos de pandemia. Reporta 135 femicidios del 20 de marzo al 20 de septiembre de 2020.

“Presentamos el relevamiento de las cifras de femicidios ocurridos durante los 6 meses del aislamiento y un análisis comparativo con los femicidios ocurridos en el mismo periodo del año 2019.

Según el monitoreo de medios gráficos y digitales de todo el país, pudimos observar que del 20 de marzo al 20 de septiembre de 2020 hubo menos femicidios que en el mismo periodo en 2019: 135 en 2020 y 164 en 2019.

La vivienda de la víctima sigue siendo el espacio en que más expuestas están las mujeres que sufren violencia, lo cual se refuerza durante el ASPO. En el 75% de los casos relevados durante el ASPO, el femicidio ocurrió en la vivienda de la víctima o del agresor, frente al 65% de los casos relevados en ese periodo en 2019.

Ello puede corresponder no sólo a la situación de aislamiento, sino también a la imposibilidad de abandonar en cuarentena el hogar en donde es violentada por la falta de recursos económicos y la inestabilidad laboral como consecuencia de la pandemia.

En este sentido, si bien en estos dos periodos en el 75% de los casos el femicida pertenecía al círculo íntimo de la víctima, en el periodo del ASPO creció el porcentaje de femicidios cometidos por las parejas, del 20 de marzo al 20 de septiembre de 2020: 47% y del 20 de marzo al 20 de septiembre de 2019: 42%.

Al mismo tiempo, queda expuesto que los femicidios en la vía pública se han reducido durante el ASPO. Entre el 20 de marzo y el 20 de septiembre de 2019 el 33% de los femicidios ocurrieron en la vía pública, mientras que del 20 de marzo al 20 de septiembre de 2020 esa cifra bajó a un 22%.

Del 20 de marzo al 20 de septiembre de 2020 hubo 29 femicidios menos que en ese lapso de tiempo en 2019. En estos seis meses de ASPO hubo 24 femicidios menos ocurridos en la vía pública en comparación con ese periodo de 2019. Esta disminución no responde a que no nos violentan en la calle, sino a que ese escenario de violencia machista estuvo restringido.

Respecto de las formas en que fueron asesinadas, podemos observar que durante el periodo de ASPO la modalidad más utilizada fue a golpes (24%), lo que nos habla de la violencia como un proceso que se da a lo largo del tiempo y que expresa un grado alto de crueldad.

En cuanto al acceso a la justicia, según el análisis de medios durante el ASPO se realizaron menos cantidad de denuncias previas al femicidio que en 2019 (18 en 2020 y 28 en 2019), y observamos menos casos con medidas judiciales: el número bajó considerablemente de 2019 (17) a 2020 (7). Esto podría corresponderse a la recomendación de aislamiento, dificultad de circulación y la falta de acceso y respuesta por parte de la justicia durante el ASPO.

Este análisis refleja cómo las desigualdades de género que sostienen la violencia machista quedan expuestas y exponen a las mujeres en tiempos de pandemia. Es vital la formación en perspectiva de género de los actores del Estado para brindar respuestas efectivas e integrales a una problemática compleja, histórica y cultural.

La elaboración de políticas públicas, como el Programa Acompañar, son el puntapié para comenzar a promover la autonomía de las mujeres y personas LGBTI que se encuentran en situación de violencia. Asimismo, continuamos exigiendo la implementación de la Ley Micaela en los tres poderes del Estado, pero también la formación en perspectiva de género y derechos humanos en las fuerzas de seguridad, ya que continúan sucediendo hechos de abuso de poder y violencia machista, como es el caso del femicidio de Magalí Morales en San Luis, quien, luego de ser detenida por violar la cuarentena, fue hallada sin vida en la comisaría 25 de Santa Rosa de Conlara.

También es fundamental el compromiso como sociedad para transformar esta realidad patriarcal, sobre todo en un momento tan particular condicionado por la pandemia y el aislamiento. Por ello, resaltamos una vez más la importancia de las redes solidarias. La violencia machista es producto de una cultura que genera y reproduce relaciones desiguales de género, y es responsabilidad de todxs no mirar para un costado y construir una sociedad más igualitaria.

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